Capitulo 25

2.3K 320 21
                                    

Hinata tamborilero los dedos sobre el volante de su auto y miro de nuevo hacia la entrada de aquel lujoso y enorme edificio donde trabajaba el amor de toda su infancia, adolescencia y parte de su etapa de madurez. Necesitaba hablar con el blondo convencerlo de que vivir sólo era un tontería y más a esas alturas donde pronto celebrarían su boda.

Miro su reloj de pulsera y torció el gesto. Le sabía bastante mal tener que esperar como si fuese cualquier persona. Y ella no estaba para pensar que era una rogona, no le parecía gracioso saber que Naruto no le estaba dando el lugar que le correspondía, un lugar dónde todos debían respetarla por lo que era. La prometida de un inversionista de aquella tan enorme empresa.

Apretó los labios y miro de nuevo hacia la entrada. Y lo que vio no le gusto ni un poco.

De nuevo Naruto con Sasuke. Se miro en el espejo retrovisor y  se acomodo el fleco. Se obligó a dibujar una sonrisa en su rostro y bajo apresurada del auto para darles alcance.

—¡Naruto! — no tuvo más remedio que gritar en medio de la calle, de no hacerlo estaba segura de que los perdería de vista, lo que en realidad era bastante poco probable por qué ella sabía bastante bien hacia donde se dirigía en especial el camino que estaban tomando con dirección hacía el tan famoso y conocido restaurante de comida Japonesa- Coreana.

Ambos, Naruto y Sasuke giraron las cabezas tras el llamado de la pelinegra. El rostro de Sasuke se mantuvo inexpresivo mientras que el estómago comenzaba a dolerle. No era por qué ella le desagradara sino por lo que entre el blondo y el estaba sucediendo. De pronto aquello le pareció infame.

Naruto por otro lado apretó los labios. Él le había dicho a Hinata que deseaba tiempo y eso incluía no verse. O sea el de ojos azules pensaba hablar con ella lo antes posible para dar fin a aquellos absurdos planes se matrimonio, deseaba en verdad tener una plática sincera con ella, intentar que la amistad y el cariño no se perdieran, aunque también estaba consciente que eso sería imposible en cuanto la pelinegra comprobará lo que en algún momento ella sospecho. Pero aún así el blondo deseaba que ella dejara ese absurdo capricho para con él. Que fuese capaz de entenderlo para que la desilusión fuese menos dolorosa. Pero no. Una vez más Hinata le demostraba qué de parte de ella no iba a obtener ese tan ansiado espacio. Que no le iba a dejar tan fáciles las cosas.

Naruto miro a Sasuke. Y entendió que lo que no pudo darle a Hinata a él se lo estaba dando en cuánto reconoció sus sentimientos. Con Hinata nunca pudo aunque intento por años.

—Naruto, quiero hablar contigo por favor— la pelinegra finalmente estaba frente a ellos, con semblante decidido y con el cuerpo tenso, ignorando sin miramientos al azabache, demostrado su rechazo de manera tan abierta.

—Esta bien— el blondo accedió por qué aquella posición en ella le desagradaba, le fastidio de algún modo el trato hacia el azabache. De echo siempre le molestó. Y recién se daba cuenta de por qué siempre salía dar la cara por él, del porque no le importaba incluso enfrentarse a el patriarca de la familia Uchiha. —Disculpa Sasuke, tendré que dejar para más tarde nuestra comida.

El hombre de tez blanca entendió. Por supuesto que lo entendió sin molestarse; la tranquilidad en la voz del blondo le dijo que Naruto no pensaba retrasar o esconder lo que entre ellos sucedía. Y eso para él fue suficiente para reafirmar sus sentimientos. Estaba en el lugar correcto y enamorado de la persona adecuada. Ya podían irse todos los que estuvieran en contra de su relación al carajo.

Hinata espero a que el azabache se marchará para colgarse del brazo de su todavía prometido. Naruto se tenso pero no le dijo nada.

Llegaron a un restaurante más privado y de comida italiana, todo a gusto y petición de la chica. El camarero anoto sus pedidos y se marchó enseguida. Entonces Hinata sonrió y se acomodo el cabello — Naruto, no es necesario todo esto que estás haciendo, pronto vamos a casarnos y yo no voy a impedirte nada sobre este nuevo episodio tuyo — Hinata tomó la mano del blondo y la apretó ligeramente, hablando con el mayor de los cuidados, intentando imprimir sus emociones— ¿Quieres experimentar independencia lejos de las influencias de tus padres? Esta bien, puedes hacerlo, se que todo este tiempo has vivido con ellos y que quizá eso de algún modo te resto ciertas libertades, pero cariño entiende qué a estás alturas es ridículo lo que estás haciendo— Hinata dio un nuevo apretón sobre la mano retenida — pero si te aferras a esto,entonces ¿Por qué no solo vivimos juntos? Siempre hemos experimentado cosas juntos, desde niños siempre hemos sido muy unidos ¿Recuerdas?

Naruto miro a Hinata. Y en algo tenía razón. Ellos siempre estuvieron juntos. El sentimiento de parte de ella siempre fue así de claro por qué incluso después de tanto tiempo ella era capaz de sacar tantas cosas como esas para intentar retenerlo. El blondo se sintió estupido por no haber sido capaz de entenderlo a tiempo. Por no hacer sido capaz de frenarlo antes. Al contrario alentó tanto aquellos sentimientos que debía ser cuidadoso para no lastimar a aquella niña que solía ser su amiga, a la niña que le dio su corazón y que él tan torpe y despistado acepto y solo por no ser capaz de esperar a conocer ese sentimiento llamado amor.

Tan sólo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora