* Mi querido Profesor *

8.- Y la reina es...

Desde aquel beso Elizabeth mantuvo una distancia muy larga entre ella y Meliodas.

Se sentía tan culpable.

Intentaba no pensar tanto en ese beso y con las preparaciones para la reina estudiantil se distraía bastante. Dia a día mejoraba en sus clases de baile, ella y las otras candidatas debían bailar una pequeña coreografía que sería la presentación de ellas.

Para la muestra de talento se decidió por cantar. Ella tenía una voz muy linda.

Era muy insegura y quizá por eso Meliodas habia sido asi con ella aquel día.

Le quería demostrar que podía ser más segura de sí misma.

Así que se impuso una meta personal.

Ser más segura.

Y el desafío era cantar frente a todos el día del concurso, era un gran reto y ella lo haría.

Cada día practicaba sola en su habitación, era fácil, pero le faltaba aún la mayor prueba.

Pidió apoyo a la maestra de Música, era la mejor tocando el piano.

La maestra flora por supuesto que la apoyaría, ella era una castaña de ojos color miel, no muy alta, menudita de cuerpo y de busto de un tamaño normal, a comparación de los grandes senos de la ojiazul.

Cada tarde después de clases ensayaban la canción que ella cantaría, sabía que estaba un poco en desventaja ya que las otras dos chicas harían un espectáculo diferente y de mayor atractivo visual. Pero el concurso era precisamente demostrar talento y ella tenía el talento de cantar.

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Un día antes del gran evento se retiró tarde de la escuela junto a las otras dos candidatas, ya que hacían su ensayo general y era el último.

Tenía un poco de miedo de que le pasará lo mismo de la última vez.

Pero esta vez ella definitivamente se defendería.

Estaba por llegar a la calle donde fue atacada, miraba a todos lados y encendió el GPS de su teléfono. Mantuvo el contacto de su padre en la pantalla para cualquier situacion que vea extraña.

Afortunadamente no le ocurrió nada en absoluto.

Continuó caminando tranquila y suspiró aliviada.

Pudo visualizar la esquina donde se ubicaban los departamentos donde vivía Meliodas, la motocicleta de él estaba en la puerta, quizá estaba llegando o estaba por salir.

Cuando pasó por la puerta lo vio salir sin camisa, y con las llaves en la mano, abrió su garaje y cuando él alzó su mirada hacia donde caminaba ella, ésta desvío su mirada hacia otro lado.

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Meliodas estaba en su departamento desde hace algunos minutos, se quitó la camisa dispuesto a darse un baño hasta que recordó que había olvidado meter la motocicleta, salió así sin camisa a la calle para guardar su moto en el garaje.

No había notado que la ojiazul caminaba por ahí, hasta que alzó su mirada.

Ella la desvío y el sonrió.

-¡Elizabeth!-
Le llamo fuerte para que ella lo viera

Un poco nerviosa lo miró y contestó.

-¿Si? Buenas noches profesor. ¿Desea algo?-

Meliodas se acercó rápido a ella.

-¿Podemos platicar un momento? No tardaré mucho lo prometo.-