10.- Festival Navideño

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El día del gran evento navideño llegó, la mamá de Elizabeth le mando a hacer un vestido rojo con orillas de felpa blanca alrededor de la parte superior del vestido y el faldón, era de mangas cortas, tenía un prendedor en forma de estrella en medio, cinturón dorado y el cabello lacio, adornado con una estrella dorada, botas altas que le llegaban un poco antes de las rodillas.

Elizabeth estaba fascinada con su vestido, era cómodo y ligero.

Su padre la llevo a la escuela y ella encantada aceptó.

Llegó temprano, algunos maestros estaban ahí ya junto a la directora.

Ayudo con lo que hacía falta para el evento y espero a que sus compañeros llegarán.

Al cabo de una hora la escuela estaba llena ya, los estudiantes jugaban reían, bailaban, la noche era un éxito.

Elizabeth junto a Merlin y algunos otros profesores veían a las jovencitas bailar, ya que una de ellas sería la reina del baile.

La ojiazul tenía a alguien en mente.

Su amiga castaña Diana.

Ella vestía un conjunto parecido al de ella, a excepción de que el de ella era una blusa larga por detrás con pantalón negro y zapatillas bajas negras.

Antes de mencionar a la ganadora, fue hacia la sala de música, quería ensayar un poco antes de salir a cantar con el villancico.

Estaba segura de que nadie la siguió, pero estaba equivocada.

Cantaba casi en susurro para ella cuando la puerta se abrió a la par, miro hacia atrás, viendo a un chico de cabellos cortos rebeldes.

-¿Ray? ¿Que buscas aquí?-

Pregunto un poco confundida.

Aquel chico no contestó, se dirigió a ella con una mirada escalofriante, Elizabeth dio un paso hacia atrás.

El chico se acercó más a ella acorralandola.

-Eres la más bella de todas Elizabeth, no aceptaré un no de parte tuya, tienes que ser mia.-

Ella se asustó mucho, como pudo le dio un golpe con su brazo y logró correr un poco, pero el la alcanzó de inmediato y la jaló de nuevo.

Comenzó a forcejear y a gritar, sus gritos llegaron de nuevo a su rubio profesor.

-¡Sueltala!-

Aquel chico asustado la empujó, Elizabeth fue sostenida en brazos de su profesor, una vez más el la rescataba.

-No vuelvas a intentar hacer eso con nadie más, o yo mismo te daré tu merecido, te mantendré vigilado.-

Sus palabras ocasionaron un terrible miedo en él, que salió corriendo de aquella sala.

Elizabeth se dejó envolver en los fornidos brazos de su querido profesor, no lloraba,pero si estaba temblando de miedo.

-Gracias por salvarme una vez más, profesor Meliodas, parece que tú eres mi ángel guardián.-

Mencionó aún entre sus brazos ya un poco más tranquila.

-Siempre que estés cerca de mi te ayudaré en lo que pueda.-

Contestó suavemente en su oído de la albina.

Elizabeth alzó su rostro y le depositó un suave beso.

-Empiezo a enamorarme de usted profesor y es malo.-

Meliodas se sorprendió un poco de la declaración, no se la esperaba para nada.

Elizabeth lo miraba con ternura y sinceridad.

Nuevamente lo besó, pero ahora era un beso más profundo.
Meliodas encantado correspondió aquel beso.

La voz del conductor de aquel festival anunciaba el siguente evento, que era el del villancico que protagonizaba la ojiazul.

-Tengo que ir al escenario, gracias de nuevo profesor, lo veré después.-

Comentó mientras se alejaba de él y le guiñaba con un ojo.

El rubio sonrió y asintió con la cabeza y la miró salir y alejarse de él.

Elizabeth cantó como todo un ángel, los aplausos para ella resonaban en la escuela, definitivamente ella era una jovencita con un gran futuro por delante.

La ganadora de aquel festival resultó ser Diana, su amiga ojiazul fue la encargada de colocarle la banda de reina del baile navideño.

Meliodas no mencionó nada acerca del incidente con aquel estudiante ya que lo mantuvo siempre cerca en la mira.

El festival culminaba, poco a poco todos se comenzaron a ir.

Meliodas fue hacia el estacionamiento, miro a Ban fumar un cigarrillo y se acercó a él, platicaban amenamente cuando sus dos chicas llegaron a ellos.

Elaine y Elizabeth platicaban tranquilas y alegres mientras ellos las miraban llegar.

-Las jovencitas de hoy en día son tan lindas-

Mencionó Ban mientras veía fijamente a la bella rubia de ojos color miel.

Meliodas miro hacia ella, para luego fijar su mirada a la ojiazul.

-Ban, ¿Tienes una relación con Elaine cierto?-

El chico casi se atraganta con el humo del cigarro y comenzó a toser.

Si bien eran amigos, aún no se tenían esa confianza entera.

-No menciones nada, tenemos casi un año guardandonos de todos, y no por vergüenza, sabes que la perjudicada aquí sería ella, no quiero que hablen mal de ella.-

Meliodas veía la sinceridad en su mirada de su amigo, sabía que la querían bien, su mirada lo decía todo.

-No te preocupes, no diré nada en absoluto, confía en mí.-

El peliplata sonrió y agradeció.

-¿Ya te irás?-
Preguntó la rubia cuando estuvo frente a frente de él.

-Si, te veo en la esquina.-
Contestó con una sonrisa

Elizabeth y Meliodas solo estaban en silencio mirándose mutuamente.

Elaine se dio cuenta y sonrió cómplice de aquellas miradas. Ahí hay amor, cualquiera podía darse cuenta.

Palmeó el hombro de Elizabeth haciendo que ella dejara de ver a Meliodas y la mirara a ella.

-Si no tienen que hacer podemos ir al departamento de Ban a platicar más tranquilos ¿Les parece?-

La propuesta de Elaine era muy tentadora que sin dudar aceptaron.

Ella guiaría a Elizabeth hacia la esquina donde se encontraba con Ban y ahí ellos esperarían por ellas.

Quizá esa noche ocurra algo inesperado..

* Mi querido Profesor *Donde viven las historias. Descúbrelo ahora