decem et septem pt.1

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DIECISIETE

Johnny y Ten estaban parados en la sala solo escuchando gritos agonizantes desde el exterior de su casa, esperando que los chicos no se alarmaran pero en su lugar 2 humanos bajaron las escaleras corriendo.

— ¿Qué está pasando? —preguntó Hendery asustado.

—No te preocupes, asuntos del otro mundo —respondió Johnny —Literalmente.

Xiaojun solo los miró frunciendo hasta que los gritos cesaron y un demonio entraba felizmente de nuevo a la casa junto con los dos ángeles de la muerte con un aspecto exhaustivo.

—Si quieren acuéstense en los sillones —ofreció Ten al ver que no parecían aguantar mucho tiempo parados.

Ambos aceptaron la oferta y se echaron en los sofás sin hacer ni un ruido.

—Ahora estaré al tanto de todos sus movimientos, si me traicionan, lo sabré —advirtió Doyoung mirándolos —Por el momento solo les puedo dar un poco de mi energía.

Alzó los brazos hacia ellos y lo que parecía niebla negra salió de las palmas de sus manos dirigiéndose hacia los cuerpos agotados de los ángeles de la muerte.

Los humanos solo miraban aún con un poco de miedo por la presencia de Leviatán pero este ni los miraba a ver.

— ¿Son ángeles de la muerte? —preguntó susurrando Hendery temeroso — ¿Vienen por Yang?

— ¡No dejaremos que se lo lleven! —exclamó Xiaojun.

Ten solo rodó los ojos y negó con la cabeza.

—Al parecer ahora somos una casa de refugiados, ellos se quedarán aquí por un tiempo —respondió calmando a los humanos

—Aparte, deberían de mantener en secreto la presencia de Yangyang —agregó Johnny susurrando.

Escucharon un suspiro de uno de los ángeles de la muerte y todos voltearon a verlo. Yuta parecía tener más energía y se sentó en el sofá mirando a los humanos.

—Ustedes no tienen ángeles guardianes —dijo frunciendo.

—Y ustedes no tienen guadaña —respondió Xiaojun a la defensiva.

—Los ángeles de la muerte invocamos nuestra guadaña a través de nuestros libros —respondió intentando pararse —Sin embargo, ustedes no pueden elegir si tener o no ángeles guardianes, ¿quiénes son?

—N-nunca los hemos tenido —dijo Hendery con un poco de miedo en su voz pero intentando sonar fuerte —No sabemos porque no tenemos.

—Tal vez están más conectados al infierno que al cielo —respondió Sicheng sentándose lentamente.

—Vamos a la iglesia —dijo Hendery.

—Eso no importa, no por embarrarte mierda de perro te convierte en perro. No por ir a la iglesia te conviertes en una persona buena —dijo levantándose —Cuando recupere mi energía quisiera ver sus mentes.

Los humanos fruncieron y se miraron entre ellos, si Johnny les había dicho que mantuvieran en secreto la presencia de Yangyang debe ser por algo y que el ángel de la muerte viera sus mentes haría que este supiera de la existencia de su amigo.

—No, gracias. Preferimos morir con la duda —

Sicheng solo rechistó y se volvió a acostar.

—No importa —dijo Yuta sentándose a lado de Sicheng —Leviatán mencionó que no era necesario meterse en la mente del niño para saber la ubicación de nuestro compañero, ¿ya saben dónde está?

Sicheng interesado se volvió a sentar sintiendo como su energía volvía lentamente a su cuerpo. Yuta tocó discretamente su brazo y se mantuvieron así.

—Sí, pero no podemos hacer ningún movimiento —respondió —El Consejo celestial tiene ojos por doquier en busca de Taeil, saben que él no les tiene miedo.

—Nosotros tampoco, ellos ya no confían en nosotros —comentó Sicheng —Yo tengo el libro de Jungwoo.

Los entes lo miraron con curiosidad, se había dicho que el libro se había quedado con el Consejo y que nadie tenía permitido verlo. Al parecer habían mentido para mantener al cielo y al infierno en la línea limitante.

—El Consejo mintió para que nadie buscara el libro —explicó —Sin embargo las últimas páginas fueron arrancadas.

— ¿Puedo verlo? —preguntó Doyoung.

Los ángeles de la muerte dudaron por un segundo, pero el demonio no ganaría nada con verlo. Sicheng resopló y levantó su brazo mirando la palma de su mano.

Epiklíseis —susurró y el libro apareció lentamente en su mano ofreciéndoselo a Doyoung.

Este lo tomó y lo hojeo viendo como en las últimas páginas habían quedado rastros de las hojas arrancadas.

—Lamentablemente no tengo alguna habilidad visionaria —comentó Doyoung resoplando —Todo está en griego y mis conocimientos son limitados

Mientras que los humanos solo miraban la escena, Hendery se llenó de valor y habló.

—Yo podría ayudar —

Xiaojun se sorprendió al escuchar a su compañero hablar y lo miró expectante.

— ¿A qué te refieres? —preguntó Yuta sin confiar mucho en él.

—No aseguro nada pero podría intentar ver que pasó antes de que las hojas fueran arrancadas —

Yangyang había visto el momento en el que las hojas habían sido arrancadas pero no pudo llegar a ver lo que pasó antes debido a la limitación de su habilidad, Hendery que ahora tenía algo con que conectarse al otro mundo tal vez podría verlo más claramente sin tener que realizar un viaje astral.

Todos miraron a Sicheng en busca de una respuesta pero este parecía meditarlo hasta que solo asintió tomando más fuerte el brazo de su compañero.

—Si lo haces correctamente, prometo que cuando mueras yo recogeré tu alma y haré de tu viaje uno agradable —

—N-no suena tentador pero gracias —dijo temeroso.

Doyoung le ofreció el libro y este lo tomó nervioso no sabiendo si podría hacerlo. Se sentó en el piso y Xiaojun se sentó a lado de él tomándole la mano.

—No haré un viaje astral —dijo mirando el agarre.

—Lo sé —respondió.

Hendery solo sonrió y dejó el libro frente a él poniendo la palma de su mano sobre él y cerrando los ojos tratando se conectarse con la energía del libro sintiendo como sus sentidos se iban agudizando hasta que todo a su alrededor dejó de existir. 


PRÓXIMO CAPÍTULO: DIES SPECULATIONIS, EL DÍA DEL JUICIO

please, angel «markhyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora