LO QUE NOS HICIERON CREER © [COMPLETA]

Capítulo 3 - (Ágata Banks)

Doy la mejor sonrisa falsa que puedo dar después de que su señoría me presentara ante el público.

El tiempo que me llevó cambiar mi vestido y terminar de arreglarme para presentarme me ayudó para razonar sobre todo lo que ha sucedido y concluir que perdí mi tiempo llorando y lamentándome por el señor Devine, así entonces, con ayuda de mi hermano, he logrado re construir en minutos, el amor propio que en cinco años los demás se han encargado de destruir en mí.

No puedo decir que ahora soy la que más se quiere a sí misma, pero si puedo decir que la determinación que tengo ahora, de salir de todas y cada una de las desgracias que me han ocurrido y hacer pagar a cada uno su merecido, es más fuerte que nunca.

Después de encontrarme con mi hermano y que, afortunadamente el señor Hugh no se diera cuenta de que me acompaño a arreglarme para la presentación, aprovechamos el poco tiempo que tuvimos para contarle, a manera de resumen, lo que ha sido de mi vida en estos cinco años sin vernos. Tanto él como yo, llegamos a la misma conclusión respecto a que los tres hombres: mi padre, el señor Hugh y el señor Devine, son unos completos canallas.

Claramente él en su posición de caballero ante la sociedad, no podía manifestárselos en sus respectivos rostros, pero, no iba a dejar de buscar el momento apropiado para poder hacerlo sin tener que arriesgarse a levantar habladurías frente su comportamiento.

Ese tiempo con él, me motivó más para dejar de comportarme como una víctima y empezar a hacerle pagar a cada una de esas personas que me desdicharon la vida con todo aquello que me hicieron. Por supuesto no tomó tampoco de buena manera, los moretones que me descubrió en el rostro. Tuve que contenerlo por muchísimo tiempo para que no saliera de ahí disparado y formara un escándalo.

Ahora heme aquí, de pie frente a mucha gente, escuchando el silencio total de todos y cada uno de los invitados. Mi sonrisa se vuelve nerviosa «¿se me notará algún moretón?»

Miro disimulando el nerviosismo a lord Hugh, que también se nota asombrado por mi apariencia. Me acerco cautelosamente.

– ¿Pasa algo milord? –susurro sin dejar de sonreír.

–Estás... –dice– ¿no es hermosa mi querida esposa? –sube el tono de voz.

Me sorprende con sus palabras, sin embargo, no abandono mi fachada, hace mucho tiempo no me arreglo con tanto esmero como hoy, puesto que no es de extrañar que haya olvidado cómo me veía bien cuidada, los invitados pasan de estar en silencio a aplaudir. Él me abraza la cintura de modo que ambos quedemos de frente al balcón y ante la multitud de personas que nos acompañan.

«Todo esto parece un gran espectáculo» digo hacia mis adentros mientras suspiro.

–No puedo negar que me has sorprendido Ágata. –murmura lord Hugh apenas audible– por un momento me hiciste olvidar lo repugnante que eres para mí.