-Capítulo 2-

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-Narra Nathan-

Luego de "acceder" a que mi madre viera el "ausente", por no decir otra palabra, de mi padre, llamé a Camilo y le pedí que la acompañara. Mamá solo dijo "perfecto" con una sonrisa enorme.

Yo, por mi parte, caminé al colegio, encontrándome con extrañas miradas que ya habían formado parte de mi rutina diaria. Sentarme solo, almorzar solo, básicamente, estar solo ya era algo a lo que me había acostumbrado. Crucé algunas miradas con Ashley, cielos, no puede ser más hermosa. Pero qué irónico, mirar a la novia del chico que siempre te está agrediendo o molestando. Que novelístico.

Las horas de clases se me pasaron volando, la verdad, tengo una gran inteligencia, no necesito estudiar para las pruebas, me alcanza con prestar atención en clase y releer quizá algunas veces. Es todo. Mi memoria e inteligencia me ayudan, y gracias a dios que tengo ese don, ya que no tendría tiempo de estudiar. La escuela y el trabajo me agotan.

Sonó el timbre del receso y salí a despejar un poco mi mente. Es raro que Stan no se me haya acercado a molestarme. Luego de despejarme otro rato el timbre sonó, avisando que deberíamos volver a clase. Recorrí unos metros del pasillo y adivinen quién se me cruzó en frente.

Cameron: Hola idiota -dijo sonriente. No quise contestar, así que solo lo esquivé- Ay, ¿así eres siempre? -preguntó el muy imbécil- ¿siempre evadiendo asuntos?

Nathan: ¿Por qué no dejas de molestarme? -pregunté y luego giré a verlo, a él y a Jason, su estúpido cómplice-

Cameron: Es divertido -respondió-

Nathan: ¿No tienes nada mejor que hacer, cierto?

Cameron: ¿Y quién te va a defender? ¿Tu padre? –dijo- ¿o acaso tu enferma mamita? -rió con el otro estúpido-

Nathan: Dilo otra vez -dije acercándome a él para quedar cara a cara-

Cameron: ¿Qué? –preguntó- ¿lo de la enferma de tu madre? -preguntó y mi paciencia se saturó-

Con toda la fuerza y bronca que me estuve ahorrando para este momento, cerré mi puño derecho y con una gran velocidad, golpeé su nariz. Se escuchó un ruido y gritos de su parte. Ojalá le haya roto el tabique.

Pero claro, era de esperarse, el idiota nunca está solo, los otros dos matones llegaron y eran tres contra uno. Genial. Jason golpeó mi estómago haciendo que el aire se me agotara. Otro golpeó mi mejilla, cerca del ojo, más o menos por los pómulos. No continuaron golpeándome porque su amigo, Cameron, y su nariz estaban sangrando.

Me senté en el piso, intentando recuperar el aliento, ya que respiraba con dificultad. Vi como una gota de sangre caía de mi cara al suelo. Entonces toqué un poco más debajo de mi ojo y encontré un pequeño tajo allí. ¿Cómo se lo oculto a mi madre ahora? Una sombra tapó el sol de ese día y levanté mi cabeza para verla. Tan pequeña, con una carita de nena dulce, tan inofensiva y delicada. Nunca la tuve tan cerca.

Ashley: ¿Necesitas ayuda? -preguntó con esa angélica e inocente voz. Su rostro expresaba preocupación-

Verla es como sentir que te vuelve el aliento cuando creías que se te iba por completo. Pues es exactamente lo que sucedió. Volví a respirar con normalidad.

Me paré de repente. "Nathan, por favor, no actúes como un estúpido" me dije a mí mismo. Solo me limité a sonreírle y continuar mi camino. "Idiota" me dije a mí mismo. Quizá haya sido la única oportunidad de tenerla tan cerca.

Ashley: ¡Espera! -dijo y me quedé quieto. Su simple voz me paraliza.- ¿Estas sangrando? -preguntó y sentía su voz aún más cerca-

Ella se plantó en frente mío. Le llevo como una cabeza y un cuarto de alto. Es tan chiquita, te dan ganas de abrazarla y nunca soltarla. Intentaba moverme o aunque sea, dar una respuesta. Pero es imposible. Sus ojos me hipnotizan y no sé qué diablos decir o hacer. "Actúa o perderás la oportunidad" pensé.

Ashley: ¿Estás bien? -volvió a preguntar-

Nathan: Si, bien -dije algo nervioso. Ella me sonrió. Nunca tuve su sonrisa tan cerca, en realidad, nunca la tuve a ella tan cerca de mí-

Ashley: Ven -dijo y tomó mi mano. Al primer contacto sentí que temblaba- ¿Te incomodé? -preguntó risueña. Al parecer notó que me tensé un poco- Nathan: ¿Qué? ¿Tú? ¿Incomodarme? –pregunté- no, claro que no -dije y le regalé una cálida sonrisa. Ella me contestó de la misma manera-

Me llevó hasta unos asientos. De su bolso sacó un pañuelo y lo acercó a mi rostro, en donde había recibido el puñetazo.

Nathan: No, oye, lo ensuciarás -le dije, deteniéndola-

Ashley: No importa -dijo ella con una sonrisita en sus labios- será mejor que te cure -dijo y volvió a reír-

Yo solamente la miraba. Ella miraba un punto fijo en mi rostro y yo miraba constantemente a sus ojos y a sus labios. ¿Imperfecciones? Ninguna. Es exactamente la mujer que quiero para mí.

Ashley: Listo -dijo ella, sacándome de mis pensamientos-

Nathan: ¿Qué? -pregunté desconcertado-

Ashley: Que terminé -dijo riendo-

Nathan: Oh, sí lo siento -dije algo sobresaltado. Ella rió-

Ashley: Ven, vayamos a la enfermería a ver si encuentro alguna crema que haga que tu mejilla se deshinche -dijo tomándome del brazo-

Nathan: No hace falta, Ashley -dije-

Ashley: Si. Si hace falta -sentenció y no quise discutirle más. Recorrimos los pasillos hasta llegar a la enfermería- Recuéstate -sentenció-

Nathan: ¿Qué... me... recueste? -tartamudeé-

Ashley: Si, eres mi paciente ahora -dijo y me regaló una cálida sonrisita-

Sonreí sin mostrar mis dientes blancos y me recosté en la camilla como ella me indicó. Ella me cubrió con unas mantas calentitas. La miré raro.

Ashley: Ahora muévete y hazme un lugar -dijo. Yo la miré directo a los ojos y fruncí el seño-

Nathan: ¿Qué...? –pregunté-

Ashley: Obedece -dijo y decidí abrir la manta y dejarle un lugar a mi lado-

Sentir su cuerpo tan cerca me hacía sentir tan vivo. Ni cuenta me había dado de que ella untó sus dedos en un pote con crema y ya estaba esparciéndolo por mi mejilla algo hinchada. Lo más lindo de todo es que la tenía a tan pocos centímetros que su aliento chocaba con mi piel haciendo que me estremeciera. Enredó sus piernas con las mías haciendo que la deseara cada vez mas. Rezo porque Nathan Jr. no se hinche y que ella lo note.

Ashley: ¿También te golpearon el labio? -pregunto la rubia-castaña-

Nathan: Pues, no...

Ashley: ¿No? –preguntó- déjame ver -Con un brusco movimiento ella estaba ya encima de mí-

Kriptonita -Mateo Palacios y Sofia Pevensie (2da temporada)- FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora