Kriptonita -Mateo Palacios y Sofia Pevensie (2da temporada)- Fanfiction

-Capítulo 14-

-Narra Mateo-

Mateo: Puedes tutearme... -iba a terminar la oración pero no sabía el nombre de la chica-

Ashley: Ashley -dijo la rubia con mejillas mojadas-

Mateo: Ashley –sonreí- me recuerdas a alguien, pero no sé a quién.

Y era cierto, me recordaba a alguien, pero por más de que buscara en mi memoria... no lo recordaba. Una enfermera salió de la sala de mi hijo y nos miro

Enfermera: ¿Sr. Y Sra. Palacios? -preguntó y la miré atenta-

Miré a Sofia, aún no era la señora Palacios, pero ¿qué tal si lo fuera? Quise sonreír. No era mala idea.

Mateo: Yo soy el padre -dije acercándome-

Enfermera: Su hijo estará bien, señor -dijo y suspiré mas tranquilo-

Mateo: ¿Puedo verlo?

Enfermera: La hora de visita empezó hace quince minutos, puede pasar -dijo y sonreí-

Sofia tomo mi brazo, deteniéndome y me hizo un gesto con la cabeza, apuntando hacia Ashley. Entendí al instante lo que quería decir, volví a sonreír

Mateo: Ve -le dije-

Ashley: ¿Qué? -preguntó la joven-

Mateo: Apuesto a que quiere verte a ti ahora -dije y le guiñé el ojo. Ella sonrió y entró algo tímida-

Me giré a ver a Sofia, mi hermosa Sofia. Es tan imposible, pero cada momento que vivo con ella es simplemente perfecto. La abracé, ahora todo estaría bien

Mateo: Sofia -la llamé-

Sofia: ¿Sí? -preguntó con ese brillito en sus ojos-

Mateo: ¿Qué tal si cuando todo esto pase, salimos a comer... solos? -Sonrió divertida-

Sofia: ¿Solos? -preguntó con una sonrisa y levantando la ceja-

Mateo: Solos -afirmé y besé sencillamente sus labios-

Sofia: Me encantaría, señor Palacios -dijo y me abrazó-

Sabía que no quería tener nada más en mis brazos. Solo éramos ella y yo en un terrorífico hospital, pero aún así, todo el entorno parecía ser el escenario perfecto. Solo pasaba si estaba con ella. El entorno no importaba, importaba que sea ella quien esté ahí, nadie más. Seguía abrazado a ella, con mis ojos cerrados y mi barbilla apoyada en su cabeza, mientras acariciaba su pelo. Abrí los ojos y me encontré con una imagen terrorífica. ¿Era X? ¿Era Anne? X sostenía a la castaña de pelo enrulado dándole la espalda, con un cuchillo en su cuello, mirándome con furia. Es como si hubiese revivido ese momento. Pero ahora estaba pasando en el pasillo del lugar. ¿Era X? parecía más joven. La cicatriz, no estaba. Estaba helado. No tenía movimiento, nada me respondía, apenas parpadeaba. Estaba aferrado a Sofia, no podía soltarme. Estaba congelado. Como una estatua, veía lo que pasaba, no podía hacer nada. De repente, el cuchillo rajó el cuello de Anne. Abrí mis ojos lo más que pude, aún así no fue mucho, no podía moverme. Anne cayó desangrada al suelo. X tenía una sonrisa de par en par. "Estoy más cerca de lo que crees, Mateo. Y me vengaré" dijo, y todo se volvió oscuro.

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Abrí lentamente los ojos. Miré a un lado, no era la cama del hotel, pero reconocía ese lugar. ¿Era la casa de Sofia?

Sofia: No Derek, no despertó aún -escuché la voz de Sofia desde afuera-

Derek: ¿Quieres un abrazo?

Sofia: No, no quiero un abrazo -dijo de nuevo esa voz. Me hirvió la sangre. La toca y lo mato. Intenté apoyarme sobre el respaldo de la cama. ¿Qué hacia ahí? ¿No estaba en el hospital? Recordé lo de Anne... jamás sacaré esas imágenes de mi cabeza. ¿Y Nath? ¿Cómo estará? Me sentía débil, caído, sin fuerzas

Derek: ¿Por qué no vienes a dormir a mi casa, Sofia? Hace una semana que duermes en el sillón y estás toda contracturada ¿te doy un masaje? -preguntó el imbécil-

Olvídalo idiota.

X: Déjala en paz, pesado -dijo una voz parecida a la de Camilo-

Me paré como pude, tenía un suero que salía de mi brazo, llevé el suero conmigo e intenté abrir la puerta. La abrí y todos los de la sala me miraron. Camilo corrió junto a Sofia y me sujetaron, me desmoronaba. Entre los dos me llevaron a la cama.

Sofia: ¿Cómo te encuentras, cielo? -preguntó con lágrimas a punto de brotar de sus ojos-

Mateo: Débil –dije- ¿Qué pasó?

Camilo: Te desmayaste en el hospital -dijo-

Mateo: ¿Y Nathan? –pregunté-

Sofia: Esta en observación, tuvo unos golpes fuertes, pero estará bien –dijo- Camilo, quédate con él, le prepararé un sándwich

Mateo: Já –reí- Camilo despacha primero al inútil que está en la sala

Camilo: Con gusto, quise hacerlo hace tiempo -dijo parándose eufórico-

Sofia: ¡Camilo! -lo regañó-

Camilo: ¡Ay, por favor! ¿Por qué está aquí? -protestó-

Mateo: Quiere aprovecharse de que esté en este estado para aprovecharse de mi novia, ¿qué no es obvio? -dije enojado-

Sofia: ¿Novia? No recuerdo que me lo hayas pedido nunca, Mateo -dijo la castaña, quién parecía ofendida-

Mateo: Sofia...

Sofia: Técnicamente no somos nada -dijo y se fue de la habitación-

Mateo:¡Pues creí que estaba claro! -grite con fuerzas para que me escuchara. Un portazo- mujeres -susurré y Camilo rió-

Camilo: Iré a echarlo -sentenció y casi me ahogo de risas cuando lo echó-

"Vete antes de que aplaste tu pobre cabeza y se la dé de comer a Mateo" dijo con autoridad. "No das miedo" respondió Derek y supe que la sangre de Camilo hervía, no puedes decirle eso a Camilo Moretti. "Te arrepentirás algún día" dijo Camilo, y no mentía.

Camilo volvió a entrar a mi cuarto

Camilo: Bien, debo irme a casa -dijo y estrechó mi mano- ¿estarás bien?

Mateo: Si, ve, y gracias -dije y él se fue-

Al rato vino Sofia con una bandeja, para ese tiempo ya había cepillado mis dientes y lavado mi cara. Dejó la bandeja y se dispuso a irse, obviamente, la frené. "Ven" dije y palmeé el lugar que quedaba al otro lado de la cama. Ella lo dudó, pero aún así, se acostó a mi lado. Yo me di vuelta para mirarla a los ojos

Mateo: Lamento haber sido tan celoso -confesé-

Sofia: Lo entiendo -dijo asintiendo despacio-

Mateo: No sabía que era tan importante para ti ser mi novia

Sofia: Lo es -dijo y admiró mi pecho mientras lo acariciaba-

Mateo: No voy a pedirte que seas mi novia -dije y me miró. Sus ojos reflejaban decepción y tristeza. Estaban apagados. Intentó irse, pero la detuve tomando su mano. Ella quería llorar, y lo sabía. Pero yo estaba feliz. La miré con una sonrisa- Voy a pedirte que seas mi esposa -dije enseñándole un hermoso anillo de oro y diamante-