-Capítulo 8-

854 50 6
                                    

-Narra Nathan-

Ashley: ¿En mi? -sonrió-

Nathan: Uhm... no quise decir eso... me refiero a... yo... olvídalo -tartamudeé-

Ashley: ¿Entonces no pensabas en mí?

Nathan: Pienso en muchas cosas en realidad

Ashley: ¿Pensaste en cómo me dejaste anoche? -preguntó y la miré. Por primera vez, sus ojos no irradiaban el brillo de siempre-

Nathan: Hice lo que creí correcto, Ashley

Ashley: Supongo que... ¿debo dejar de molestarte? -preguntó-

Nathan: No me molestas, nunca lo hiciste... es solo que... -suspiré-

Ashley: ¿Qué?

Nathan: Tengo muchos problemas y no quiero tener a Cameron como un problema más, es solo eso

Ashley: ¿Quieres contarme? -preguntó-

Nathan: Por más que te cuente, no puedes ayudarme en nada -contesté-

Ashley: A veces hace mejor hablar con alguien -contestó ella en defensa. Suspiré y me digné a hablar-

Nathan: ¿Recuerdas el hombre de la cafetería?

Ashley: Si -dijo ella-

Nathan: Es mi padre -contesté-

Ashley: Creí que tu padre...

Nathan: Sabía que no estaba muerto –dije- pero nunca hablé con mi madre acerca de eso.

Ashley: Tienes derecho a saber, pregúntale

Nathan: No es que ella no quiera decirme...

Ashley: No entiendo -dijo ella-

Nathan: Es que yo no quiero saber

Ashley: ¿No te intriga ni un poco saber por qué no estuvo contigo?

Nathan: No hubiese cambiado nada

Ashley: ¿Cómo sabes que no? -pregunto-

Nathan: ¿Cómo sabes que si?

Ashley: No lo sé, pero si solo hubieses preguntado podrías haber hecho algo al respecto

Nathan: No lo creo

Ashley: Bien, preguntémosle a tu madre -dijo y se paró. Yo también lo hice-

Nathan: Claro que no, prefiero hacer mi vida y que él haga la suya

Ashley: No puedes simplemente hacer como si él no existiese

Nathan: Ashley, no -dije pero parecía no escucharme-

Ashley: Él es parte de tu vida, no puedes ignorarlo

Nathan: Ashley...

Ashley: Tenemos que preguntarle por qué no estuvo en tu niñez, si eso haremos -tomó mi mano pero con un brusco movimiento me solté de su agarre-

Nathan: ¡No, Ashley! ¿¡No lo entiendes!? -ella me miró sin mover un músculo- ¡No me importa ni él, ni su historia! ¡Nada!

Ella me miró pero no respondió por unos segundos

Ashley: Creí que eras un chico inteligente Nathan -dijo y se dio la vuelta para caminar hacia quién sabe dónde-

Caminé a casa, la verdad, el sueño ya me mataba y estaba oscureciendo. Abrí la puerta y la vi a mi mamá sentada en el sofá mirando la televisión

Sofia: Por fin llegas –dijo- comenzaba a oscurecer

Nathan: Bueno, dije que llegaría antes.

Caminé a la ducha, quería pensar con tranquilidad. El agua caliente corrió por mi cuerpo y por fin me sentía más relajado.

-Narra Sofia-

Tocaron el timbre y atendí

Sofia: ¿Mateo?

Mateo: Hola cielo -dijo y besó lentamente mis labios, fue imposible no abrazarlo-

Sofia: Por favor, Nath está en casa -dije colocando mis manos en su pecho para crear una distancia mínima entre nosotros-

Mateo: No seguiré ocultándome de mi hijo, ya no más

Sofia: No sé si es lo mejor

Mateo: Él debe entender que somos una familia y debe dejar que le expliquemos qué pasó -dijo y tomó delicadamente mis manos que descansaban en su fuerte pecho-

La puerta del baño se abrió y Nathan salió de ahí. Qué momento más incómodo. Mi hijo nos miró consecutivamente, a mí y a Mateo

Nathan: ¿Qué no fui claro? -preguntó luego de un tiempo de silencio. No contesté, al igual que Mateo- Te dije que no te quería ni cerca de mí ni de mi madre. ¿Qué parte de eso no entiendes? -preguntó haciéndole frente-

Mateo: ¿No me dejarás explicarte qué pasó? -preguntó-

Nathan: No me importas lo suficiente ni me interesas, sal de mi vida, ¿oíste? -dijo mi bebé y abrió la puerta invitándolo a salir. Mateo me miró y volvió a mirar a Nath-

Mateo: ¿Por qué me juzgas sin saber qué pasó? -preguntó-

Nathan: ¿Crees que te juzgo por nunca haber estado? -Mateo lo miraba fijo- es más, te lo agradezco -fruncí el seño- me convertí en el hombre que tu nunca fuiste por tener que mantener a mi familia.

Mateo: ¿Qué no fui un hombre? –preguntó- Tú no sabes por lo que tuve que pasar, y juro que no tuve elección. Jamás hubiese decidido por mis propios medios el tener que irme. De verdad no sabes de lo que hablas

Nathan: Que gusto –dijo- porque no me importa en lo más mínimo

Mateo: Solo déjame...

Nathan: ¡No me explicarás nada! ¿¡Entiendes!? ¡No necesito un padre y menos uno como tú!

Sofia: ¡Nathan! -exclamé-

Nathan: Solo vete -dijo y Mateo salió por la puerta-

Miré a mi hijo y negué con la cabeza. Me fui directo a mi habitación. Luego de un rato sin poder dormir, alguien toco mi puerta. Lo ignoré y él entró despacio

Nathan: Pedí comida china -dijo. No contesté- camarones –dijo- como te gustan

Sofia: : No quiero hablar, hijo -dije y me volví a acomodar en la cama-

Nathan: Bien, no hablemos, pero come algo

Sofia: No tengo hambre -dije y lo miré- Quiero estar sola

Nathan: No tienes que hacer esto solo por él, no lo vale...

Sofia: Él sacrificó mucho por nosotros -dije y lo miré directo a los ojos. Tiene los mismos ojos que su padre- pero tú no entiendes de qué te hablo. Sacrificó su propia vida por nosotros.

Se acercó, dejó la bandeja en mi mesa de luz y se fue por la puerta, otra vez...

Kriptonita -Mateo Palacios y Sofia Pevensie (2da temporada)- FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora