-Capítulo 11-

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-Narra Nathan-

Ashley: ¿Nathan? -me llamó, ni me percaté de que esa figura había desaparecido ya. Giré a verla- ¿Estás bien? -guardé mi celular sin dejar de mirarla, me temblaban un poco las piernas-

Nathan: Sí -contesté débilmente-

Ashley: Si tu lo dices... -dijo insegura y tomo sus cosas para irse-

Nathan: Aguarda -dije y volteó- ¿crees que puedas escuchar mis problemas y aconsejarme algo? -La rubia sonrió de par en par. Le conté lo que sucedió, ella me escuchaba atenta-

Ashley: Creo que debes darle una oportunidad a tu padre -dijo-

Nathan: No lo sé...

Ashley: Dale aunque sea, la oportunidad de que te explique lo que pasó, debe haber una razón

Nathan: Quizá tengas razón...

Ashley: Si, la tengo, ahora ve y habla con él -La miré a los ojos, tenía razón-

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-Narra Mateo-

Hacía ya una hora que Sofia se había ido, ya la extrañaba. Me había dedicado a ordenar bien la casa, y a salir a dar un paseo, extrañaba la libertad. Estaba mirando plácidamente un partido de fútbol cuando el teléfono sonó. No dudé en atender

Mateo: ¿Hola?

X: ¿Mateo? -preguntaron del otro lado-

Mateo: ¿Sí? ¿Quién habla? -pregunté-

Nathan: Nathan -dijo y se me erizó la piel-

Mateo: Oh, hola, ¿Qué tal todo?

Nathan: B... bien -dijo no muy seguro-

Mateo: ¿Seguro? -pregunté-

Nathan: Claro, ¿y tu?

Mateo: Bien -dije algo cortante-

Nathan: Oye, no haré esto largo, solo cambié de opinión y quiero escuchar lo que pasó -lo escuchaba atento- ¿crees que podamos ir a tomar algo y charlar? -Sonreí para mi mismo, al fin puedo tener un rato a solas con mi hijo, hacerle entender lo mucho que lo amo-

Mateo: Claro, solo dime dónde -me pasó los datos y corrí a alistarme-

Busqué con el auto la dirección, Guiness Coffee era el lugar. Luego de tantas vueltas logré encontrarlo. Vi a Nath sentado en una de las mesas contra la ventana. Caminé hacia él con una sonrisa

Mateo: ¿Qué tal?

Nathan: Hola... -dijo dudoso pero sin sonar cortante. Nos quedamos varios segundos en silencio-

Mateo: ¿Tomamos algo? -pregunté para romper el hielo-

Nathan: Está bien, pero yo pago lo mio y tu lo tuyo

Mateo: Está bien -dije, sabía que no lo convencería de que pague yo. Hicimos nuestras órdenes y el silencio volvió a apoderarse del momento-

Nathan: Bueno, si quieres, puedes empezar a hablar -dijo, incitándome a que contara la historia-

Mateo: Bien, intentaré ser lo mas claro y breve a la vez...

Nathan: Tómate tu tiempo -dijo y asentí-

Mateo: Bueno, todo esto pasó por mi "padre" él... era un hombre horrible. Estaba con mi mama solo para distraerse pero traspasó la línea. Cuando se enteró de que mi madre estaba embarazada, se volvió frio, distante, violento... se volvió loco. Ella se fue, tenía miedo, poco tiempo luego de darme a luz, me dejó en un orfanato, poco tiempo luego, mi "padre" la encontró y la asesino -él me miraba atento y yo la verdad, no quería hablar mas, pero tenia que hacerlo- Mi padre tenía una especie de "mafia" y lo que él quería era que yo estuviese con él en esa corporación, quería encontrarme de pequeño, lavarme el cerebro y hacerme como él. Pero no me encontró hasta los quince años, cuando ya era lo suficiente maduro para diferenciar el bien y el mal. Entonces comenzó a mandar gente a matarme -él abrió los ojos, sorprendido- Y no quiero que pienses mal, pero tuve que defenderme hijo

Nathan: ¿Los mataste? -dijo y asentí- ¿y qué se siente? ¿matar a alguien?

Mateo: No importa lo que se siente, lo que importa es que luego de eso, solo hay que olvidar

Nathan: Bien, continua -dijo y obedecí-

Mateo: Necesitaba ayuda, sabía que no podría solo entonces, tuve que aliarme a un clan que estaba en contra de esta mafia, así conocí a tu tio Camilo

Nathan: ¿Camilo? ¿Conoces al tio Camilo? -preguntó sorprendido-

Mateo: Claro, es mi mejor amigo, el día que tuve que irme le pedí que te cuidara a ti y a tu madre, y lo hizo muy bien -dije orgulloso de mi amigo-

Nathan: ¿"Tuve que irme"? -citó mis palabras-

Mateo: Solo déjame continuar -dije y asintió callado- con el tiempo me convertí en el líder del clan, con Camilo de mi mano derecha. Pero conocí a una chica, se llamaba Anne, me enamoré de ella pero para que la corporación llegara a mi y a mi clan, mi "padre" la secuestro, lo que hizo que yo la tenga que rescatar... pero no logré

Nathan: ¿Cómo que no lo lograste? –preguntó-

Mateo: No la pude salvar. X, mi padre, la mató en frente de mis ojos. Eso es algo que jamás olvidaré -dije dolido, aun recuerdo eso y jamás se borrará de mi mente-

Nathan: En verdad lo lamento, Mateo...

Asentí pero preferí seguir con la historia y terminar con esto de una vez por todas

Mateo: Desde ese día me prometí que jamás me encariñaría con alguien más, pero eso tampoco lo pude cumplir, tu madre llegó a mi vida. Intenté distanciarme pero me fue imposible, me enamoré y ella también, pero se repitió la historia, con la diferencia que cuando él la secuestró, tú ya estabas dentro de ella. Yo no lo sabía, ella fue secuestrada justo saliendo del médico. Esta vez, pude salvarlos, fue allí lo de mi pierna. Pero nada pudo haber sido posible sin la ayuda de Manuel Vainstein.

Nathan: ¿Quién?

Mateo: Me alegra que no lo conozcas. Él estaba enamorado de tu madre, le pedí ayuda, pues él era amigo de un clan fuerte, parecidos a nosotros, él aceptó pero mi puso una condición, él y su grupo nos ayudarían si yo me entregaba a la policía. Y tuve que hacerlo, Nathan, no tuve opción. No quería vivir con un hijo y una mujer teniendo que vivir constantemente escondiéndome de la policía.

Nathan: ¿Y X?

Mateo: Tuve que matarlo, no tuve opción –contesté-

Nathan: Aunque sea... ¿me viste de bebé? -preguntó y respiré hondo-

Mateo: No, Nathan, sabía que si te veía nunca podría irme. Es así como me sentenciaron a diecisiete años de prisión. Pero no creas que soy un criminal

Nathan: No, no creo que lo seas -me miró con entendimiento- Creo que simplemente, no tuviste opción. Creo que te juzgué mal...

Mateo: No, Nath, quizá no, pero tenemos mucho en común, mi padre se lo dijo a tu madre mientras la tuvo secuestrada; "el primer hijo de todos los Palacios siempre es varón e idéntico a su padre"

Nathan: Tú no eres igual que X, eres la excepció -dijo y jamás pensé en eso- mas allá de que no haya podido llenarte la cabeza, eso está en los genes, y tú no eres así

Mateo: En eso si tienes razón. Eres inteligente -sonreí orgulloso de él-

Nathan: Una de mis pocas virtudes

Mateo: Apuesto a que tienes miles, Nathan -sonreí, ahora las cosas estaban mejor...-

Kriptonita -Mateo Palacios y Sofia Pevensie (2da temporada)- FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora