-Capítulo 13-

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-Narra Sofia-

Sollocé por un rato. Intentaba tapar el teléfono para que no me escuchara

Mateo: ¿Sofia...? -preguntó y yo trate de callar mis sollozos-

Sofia: Tienes razón cielo, solo llamaba para pedir perdón. Supongo que no lo vale

Mateo: Si lo vale, es solo que...

Sofia: ¿Estás enojado?

Mateo: Sí, bueno, algo

Sofia: ¿Por qué no vienes, tomamos un café y hablamos?

Mateo: Bien –suspiró- ya voy

Sofia: Gracias -sonreí-

Mateo: Adiós...

Sofia: Mat... -lo llamé-

Mateo: ¿Sí?

Sofia: Te amo, y mucho -sonreí para mí misma. Esperaba su respuesta-

Mateo: También yo, mi amor

Sofia: Adiós –sonrei-

Al poco tiempo Mateo toco a la puerta, besé su mejilla y lo invité a pasar

Sofia: ¿Quieres tomar algo?

Mateo: No, gracias -dijo algo serio, pero amable-

Sofia: Bien, siéntate entonces -dije y me obedeció-

Mateo: ¿Querías hablar no?

Sofia: Sí, bueno, se que pedir perdón no es suficiente... así que quiero que te mudes con nosotros

Mateo: No creo que Nathan esté de acuerdo

Sofia: Lo convenceremos, no sé, pero quiero que vivas conmigo, con nosotros. Lo necesito, por favor –insistí-

Mateo: Hablaremos con Nathan primero... ¿no crees que sea apresurado?

Sofia: No, Mateo, creo que es lo mejor –sonreí. Me paré, rodeé la mesa y lo abracé por detrás- ¿Estás muy, pero muy muy enojado? -pregunté con voz de niña-

Mateo: Pues... algo -dijo medio dudoso. Lo tomé del brazo y lo obligué a pararse-

Sofia: ¿Puedo hacer algo para desenojarte?

Mateo: Uhm... -dijo algo nervioso-

Me acerqué y lo besé lentamente. En poco tiempo nuestros labios y lenguas entraron en ritmo y él se apoderó de mi cintura. Lo tomé de la camisa y lo atraje mientras yo caminaba hacia atrás, a ciegas. Choqué con una puerta, mi cuarto. Sonreí de satisfacción y me subí a su cintura. Mateo me sujeto para que no cayera, pero en ningun segundo nos separamos, hasta ahora, que él comenzó a besar mi cuello y yo a arquearme sobre él. Abrí la puerta y él continuó besándome y caminando hacia delante. Hasta que caímos a nuestra preciada cama. Mis piernas seguían enganchadas alrededor de sus caderas y ya empezaba a sentir un bulto en contacto con mi, aún vestida, feminidad. Comencé a desabrochar su camisa mientras me apoderaba de su cuello. Siempre amé esa parte de su cuerpo. Sabía que era una de sus partes más débiles. Tiré todo lo que cubría su tórax al suelo. Acariciaba su pecho y bajaba mi lengua por cada abdominal hasta llegar a la parte más baja.

Empecé a desabrochar el cinturón y consigo el pantalón. Los bajé pero sin sacárselo. No tenía tiempo, necesitaba otra cosa en ese momento. Admiré unos segundos la majestuosa masculinidad que aún seguía refugiada por debajo de sus bóxers. Lamí los mismos unos segundos, pero ni yo misma me aguantaba. Quité violentamente sus bóxers y ahora si estaba en frente de... eso, no se explica en palabras. Masajeé ese enorme... bueno, ya saben, mientras lamía mis propios labios. Lo introduje dentro mío e inicié esos movimientos que sé que a Mateo lo vuelven loco. Asi fue un rato. Esos gemidos de su parte fueron lo mejor del mundo. Tomó mi mano y me subió hasta sus labios, los que besé desenfrenadamente. Fue quitándome la ropa lentamente. Cuando mis pechos estuvieron a su alcance soltó mis labios y tomó uno con la mano y el otro con la boca. Sentía arder todo a cada lamido. Me arqueé contra él y gemí. Cambió de pecho pero su mano libre se dirigió a mi feminidad, la cual acarició por arriba de mis pantalones. Malditos pantalones, seguían ahí. Gemía y enredaba mis dedos en su cabello. Sacó todo lo que me quedaba de ropa. Le pase un preservativo y se lo puso. Masajeó mi clítoris con su pene y luego, penetró en mi. Me estremecí pero el entraba y salía cada vez mas fuerte. Clavé mis uñas en su espalda y gemí como nunca. Él lo hacía cada vez más fuerte y rápido y yo lo mismo pero con mis gemidos. Ambos llegamos al climax y luego de pasarlo, Mateo bajó la velocidad. Se acostó a mi lado

Mateo: Te amo tanto -susurró a mi oído, me subi arriba suyo y lo abracé. Quedamos uno acostado arriba del otro-

Sofia: Te juro que te amo Mateo -dije y escondí mi cabeza en su pecho. Lentamente nos fuimos quedando dormidos-

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-Narra Mateo-

Un ruidoso teléfono sonó, era el teléfono de línea, atendí

Mateo: ¿Hola?

X: ¿Se encuentra la madre de Nathan Palacios?

Mateo: Soy... su padre, ¿Quién es usted? -pregunté desconfiado-

Director: Habla el director del Instituto West High. Su hijo fue partícipe de una violenta pelea y esta internado con lesiones en el Hospital General de La Boca

Mateo: ¿¡Como dice!? ¿¡Está bien!?

Director: Cálmese, está estable. Necesito que venga en cuanto pueda

Mateo: Voy para allá.

Tenía el corazón en la garganta. Moví a Sofia rápidamente.

Sofia: ¿Qué pasa? -preguntó dormida-

Mateo: Nathan está en el hospital, hay que ir ahora

Sofia: ¿¡Qué!? ¡Mi bebé! -dijo parándose de un salto. La abracé y sentí como su corazón latía a mil, al igual que el mío-

Mateo: Esta estable, hay que ir -dije. Ambos nos cambiamos y nos pusimos en marcha-

Conduje lo más rápido que pude y de lo que se podía bajo la ley, lo único que me faltaba era otro problema con el gobierno. Entramos corriendo y nerviosos. Era un buen hospital, pero era tétrico, como todos.

Me acerqué a una recepcionista

Mateo: Disculpe, necesito saber en qué sala está Nathan Palacios

Recepcionista: Sala 207, segundo piso, señor

Mateo: Gracias

Tomé la mano de Sofia y corrimos por las escaleras, siquiera tomamos el ascensor. Por fin llegamos. Vimos a una rubia que lloraba, jovencita en verdad, la había visto antes. Había otro hombre, supuse que era el director

Mateo: ¿Qué fue lo que pasó? -pregunté y miré al hombre y a la chica-

Ashley: Fue mi culpa, señor -dijo la rubia con la cabeza gacha- en verdad lo siento.

La rubia rompió en llanto y Sofia la abrazó. Luego de un rato se separaron. La tome de ambos hombros

Mateo: ¿Puedes explicarnos lo que sucedió? -pregunté. La chica tomó aire-

Ashley: Mi ex novio me hizo esto -dijo y señaló a su ojo izquierdo- Nath lo vio y lo golpeó, la pelea se fue de control, fue mi culpa, lo lamento -dijo y volvió a llorar-

Mateo: No, no es tu culpa -dije y la abracé- él estará bien, tranquila -dije y le mostré una sonrisa-

Ashley: Nathan se le parece mucho a usted -dijo con una sonrisa entre sollozos-

Kriptonita -Mateo Palacios y Sofia Pevensie (2da temporada)- FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora