-Capítulo 5-

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-Narra Sofia-

Ya había terminado de limpiar el cuarto de Nathan y el mio. No había recibido ninguna llamada de Mateo, se supone que hoy saldría de la cárcel. En fin, hice spaghetti para comer y esperé a Nath. Mi hijo entró a casa y no parecía tan feliz.

Sofia: Hola bebé -sonreí-

Nathan: Hola mamá -dijo pesadamente-

Sofia: ¿Pasa algo?

Nathan: Nada -dijo algo cortante-

Sofia: ¿Seguro? -pregunté y asintió con la cabeza-

Nathan: Ma... -dijo pasando una mano por su cabeza mientras miraba los spaghettis-

Sofia: Dime -sonreí-

Nathan: No comeré en casa hoy -dijo. Lo miré desentendida-

Sofia: ¿Por qué no? -pregunté y él dudó en contestar- no irás a trabajar a ese bar, ¿cierto?

Nathan: No, no –dijo- saldré con alguien -Levanté una ceja y lo miré divertida-

Sofia: ¿A sí? -pregunté sonriendo- ¿Y se puede saber de quién se trata, Nathan Palacios? -pregunté casi riendo-

Nathan: Uhm... ¿recuerdas a Ashley? -preguntó y sonreí al instante. Sabía que era ella-

Sofia: Si -dije sonriente-

Nathan: Bueno, de ella se trata -dijo-

Sofia: Es muy linda -dije sonriendo al ver su cara que mezclaba nerviosismo y sorpresa-

Nathan: Si, no me preguntes por qué una chica tan linda como ella quiere salir conmigo -dijo- porque no sé -susurró. Lo abracé-

Sofia: Si sos el más lindo de todos -dije en su pecho-

Nathan: Lo dices porque eres mi madre

Sofia: Además de eso, eres un chico muy atractivo -dije sonriente-

Nathan: Bien, como digas, no discutiré por eso -dijo y rió levemente. Su cara cambió a una algo seria-

Sofia: ¿Qué? –pregunté-

Nathan: Nada, es solo que no tengo traje que ponerme o auto con cual pasarla a buscar -dijo frustrado- creo que deberé cancelar la cita. Si es que es una cita -Sonreí al instante-

Sofia: Bueno, si no te rehúsas, tengo un par de sorpresas para ti -dije y me miró raro-

Fui a mi armario y saqué, de unos cajones que estaban bien altos, una remera polo y un pantalón negro-

Nathan: ¿De dónde sacaste eso? -preguntó Nath-

Sofia: Es la remera polo preferida de tu padre -dije sonriendo- la usó la primera vez que salimos.

Nathan: Definitivamente no me pondré eso -sentenció-

Sofia: Por favor, créeme, se te verá genial –sonreí- además... no veo que tengas otra opción

Nathan: Aún así, no tengo auto, cancelaré -Lo llevé casi corriendo. Entramos a un garaje cercano y prendí las luces. Nathan se quedó mirando ese bonito Audi-

Sofia: Tarán -dije e hice un gesto con las manos- no es el más moderno pero es algo

Nathan: ¿Tú lo compraste? -preguntó sorprendido- ¿Con qué dinero?

Sofia: Es de tu padre

Nathan: Cielos, está bastante... bien -dijo caminando alrededor del vehículo pero se frenó en un momento- pero... si este auto es de... él... lo debes tener hace bastante.

Sofia: Si... es solo que siempre tuve miedo a manejar y también tengo miedo que lo uses porque es un auto algo llamativo y podría venir un ladrón y matarte por el o tener un accidente de tránsito. Vivo con ese miedo y es por eso que lo guardé aquí. Pero creo que ya es momento que te deje crecer -sonreí. Tenía tantas ganas de llorar al ver a mi bebé tan grande- ¿cuándo creciste tanto, bebé? -pregunté con lágrimas en los ojos y él me abrazó. Así estuvimos un rato y luego nos separamos- mejor ve a prepararte -sonreí y volvimos a casa-

Esperé que se preparara y cuando estuvo listo, acomodé su remera y le deseé buena suerte

Sofia: Cuídate -le dije y él arrancó el auto-

Entré a casa y comí algo de spaghetti. Lo que sobró, que fue bastante, lo dejé dentro del microondas para que no se enfriara del todo. Me dispuse a ver algo de tele, ya con el pijama puesto pero tocaron la puerta. Me acerqué a la abertura que tienen las puertas para ver afuera y lo reconocí de una. Abrí la puerta y me abalancé contra él, abrazándolo muy fuerte. Así estuvimos un rato, sin decirnos ni una palabra. Me separé lentamente de él, quería mirarlo a los ojos.

Mateo: La verdad, no sabía si venir o no -dijo-

Sofia: ¿Por qué no, Mat? -pregunté triste-

Mateo: Nunca más volviste a verme... no desde el quinto mes -dijo y miró el suelo-

Sofia: Mi amor... -susurré- estuve muy mal desde entonces

Mateo: No es excusa, solo un dia, diez minutos de tu vida, por mes, eso era todo -dijo mirándome profundamente-

Sofia: Tenía que estar pendiente de él, hasta pasé tres meses internada una vez, Camilo se hizo cargo de Nath

Mateo: Tu no entiendes la desesperación de no saber nada sobre ustedes -dijo esquivando mi mirada-

Sofia: Juro que si hubiese podido, lo hubiese hecho -dije mirándolo a los ojos. De un segundo al otro, ya estaba abrazada a su torso. Él acariciaba mi espalda-

Mateo: No sé a quién quiero engañar -dijo y yo lo escuchaba atentamente. Se separó un poco de mi- no puedo enojarme contigo Sonreí ampliamente- Solo venía por mis cosas

Sofia: ¿No te quedarás?

Mateo: No lo creo, no le caigo muy bien a Nathan, Sofia -dijo él-

Sofia: ¿Y cómo lo sabes? -pregunté-

Mateo: ¿No te contó?

Sofia: ¿Qué cosa? -lo miré desentendida. Mateo suspiró-

Mateo: Me lo encontré en una cafetería hoy -contestó-

Sofia: ¿De veras?

Mateo: Si, se dio cuenta de quién era, se lo dije, pero al parecer no le cayó muy bien

Sofia: Dale tiempo, se acostumbrará -sonreí y acaricié su mejilla-

Mateo: Lo dudo

Sofia: No lo dudes -sonreí- ¿por qué no pasas? Te doy tus cosas y te quedas a cenar

Mateo: No creo que Nathan esté contento con ello -dijo-

Sofia: Él no está en casa. Salió con una chica

Mateo: Oh, bueno... en ese caso... -dijo y me sonrió-

Kriptonita -Mateo Palacios y Sofia Pevensie (2da temporada)- FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora