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Mi vida siempre se había guiado por la tranquilidad de la que había gozado

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Mi vida siempre se había guiado por la tranquilidad de la que había gozado. Tomaba mis decisiones con mente fría y nada me distraía... hasta que esa mocosa malcriada apareció.

No estaba dispuesto a seguir negándolo, Beth había legado y de una forma u otra había hecho temblar todo mi alrededor. Hacía que mi paciencia se estirase hasta límites inimaginables, provocaba que quisiese consolarla y quitar de su cabeza toda la mierda que había vivido, me hacía querer protegerla del asesino que andaba suelto tras ella...

Por eso fue que decidí encerrarla en su habitación, pero tenía que haber previsto lo que sucedería.

Un espíritu libre siempre encontraría la forma de liberarse de un encierro, incluso si fuese autoimpuesto.

Tenía una firme sospecha de que ella se encontraría en la fiesta, Mikael quería que la llevase a la organización esa noche, al parecer Benjamín tenía planes para ella también y si no conseguía lo que mi jefe pedía yo podía despedirme de encargarme de ella, lo que generaría que ella acabase siendo vigilada por James o alguno de sus amigos.

Gabi estaba en ese momento con Carlos, Axel y Anna; por eso lo primero que hice al salir de la cueva vacía de mi compañera de piso fue informarle de la situación en la que nos encontrábamos.

Antes de darme cuenta ya me encontraba en la fiesta, bajándome de mi preciosa moto. Tan pronto como mis pies tocaron la tierra del jardín de la casa de alguno de los ligues ocasionales de Carmen pude percibir que un cuerpo delgado y con una mata de pelo negro que echaba a correr en dirección a la parte trasera del lugar. La perseguí, estaba seguro de que era Beth.

Era rapidísima, como un ciervo huyendo de algo, su agilidad me sorprendió como nadie lo había hecho. Esquivaba a todos los adolescentes borrachos que se cruzaban en su camino, saltaba bancos e incluso consiguió no mojarse un pelo en la piscina, hasta que saltó la valla, con el objetivo de invadir el patio trasero de la casa vecina.

Cuando yo ingresé tras ella acabé sumamente desconcertado, nadie se encontraba allí. Beth había desaparecido.

Miré en todas las direcciones, estudiando cada rincón del lugar, pero no había ni rastro de ella. Contemplé la opción de que solo hubiese sido una mala pasada de mi mente, pero había sido demasiado real, las personas se movían para apartarse de su camino, más de uno la miraba durante la carrera, era imposible que volviese a tener alucinaciones. No estaba loco, me negaba a creer eso. Lo había superado hacía tiempo.

Cuando estaba a punto de entrar en pánico recordando toda la mierda que había vivido sentí una especie de picotazo en el cuello. Acto seguido lleve mi mano a la zona dolorida, encontrando un dardo allí. Ni siquiera lo pensé en el momento, simplemente lo extraje de mi piel sin la más mínima intención de ser cuidadoso, pero, ya era tarde. Su contenido ya se había vaciado en mis venas, cosa que confirme cuando la vista frente a mi empezó a nublarse.

INOCENTE(pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora