Darkness #1 (Completa✔)

● 16 ●

Salgo del baño encontrándome a Jason fuera.

—Hola. —lo saludo. Pero pasa a mi lado buscando a alguien. —¡Jason! —lo llamo pero no responde.

Me paro delante de él para que me vea, pero su vista sigue buscando a alguien, ¿será que así funciona el hechizo protector?, ¿soy invisible para otras criaturas?
Camino afuera en busca de Payton, pero me encuentro con Edward esperándome.

—Hola linda. —me dice caminando hacía mi.

—Ey, ¿vamos? —le pregunto.

—Claro, ¿quieres pasar por un café o algo? —me pregunta.

—Como tú quieras. —respondo.

Me sonríe y subimos a su auto. No sé a dónde nos dirigimos, pero realmente no me importa.
Lejos de Payton y Jason me es suficiente, no quiero tener que preocuparme por cosas del otro mundo, todavía pertenezco al mío, aunque este lleno de mentiras, aún así le tengo afecto. Sobre todo a las personas que están en él.

—¿Pensaste lo del baile? —me pregunta. Aún insiste con eso.

—No suelo ir, pero lo haré. Iré contigo. —termino aceptando, es mi última oportunidad para asistir a un baile, luego de eso se supone que me iré a la universidad. ¿Pero como será ahora que soy un ángel?

¿Lo perderé todo?

—Seremos el rey y la reina del baile, te lo prometo. —me dice con una enorme sonrisa.

—Yo solo quiero divertirme. Pero ganar una vez en mi vida no es algo de lo que me quejaría.

Edward frena en el tanque de agua del pueblo y bajamos del auto.

—¿Por qué aquí? —pregunto.

—Porque desde aquí las estrellas parecen brillar más. —responde.

Subimos las escaleras del tanque y nos sentamos en la punta del mismo.

—Suelo escapar del mundo aquí. Cuando ya no puedo con nada ni con nadie. Se ha vuelto mi lugar. —dice mirando las estrellas.

—Yo suelo leer libros cuando quiero escapar.

—Entonces sueles escapar seguido. —me dice sonriendo.

—No tolero al resto de las personas que me miran como si fuera una rarita.

—Esas son las personas que tienes que ignorar.

—¿Cómo se supone que ignore mas de 200 miradas? —le pregunto.

—Con la cabeza en alto, demostrando que no te aterran las miradas. —dice como si supiera de lo que hablo.

—Tú tienes que soportar esas miradas también. Solo que a ti te miran con admiración. —y me doy cuenta ahora.

—Pero no dejan de ser miradas atormentandote y juzgando cada cosa que haces día tras día. —me responde.

—Te entiendo.

—Después de todo no somos tan diferentes. —piensa en voz alta.

—No, somos tan iguales. —digo con sarcasmo. —Tanto que somos la pareja perfecta. —nuevamente uso sarcasmo.

—¿Ya somos pareja? —pregunta.

—Pareja en el baile de graduaciones. —aclaro.

—Por un momento pensé que ya lo habías aceptado. —dice volviendo a mirar las estrellas.

—¿Haber aceptado qué? —pregunto.

—Que te gusto tanto que no resistes mis encantos. —dice exagerando un poco.