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Greyson me ha despertado a mitad de la noche, me ha dicho que no logro convencer a los demás de salir de aquí sin ellos. Pero que se le ha ocurrido un plan.
Ahora me encuentro creando un portal al cielo con la almohada pegada a la cara.

—Concéntrate, una vez que lo perfecciones podremos cruzarlo. Así de rápido también podremos volver. Estarás en tú cama antes de que tú madre despierte. —Greyson me alienta. Jamás había hecho un portal sin practica previa y jamas los había atravesado. Si cometo un pequeño error quedaremos varados en el limbo.

—Creo que ya lo tengo. —digo segura.

—Piensa en el despacho de tú abuela. Conozco una entrada a los calabozos desde ahí que no tiene guardias. —me dice Greyson.

Calmo mis nervios, respiro profundo y tomo a Rey del brazo.
Cierro los ojos, temo no llegar nunca al otro lado. Atravieso la masa transparente flotante en mi cuarto.
El ambiente y aroma cambian. Así me doy cuenta que ya no estamos en el refugió.
Abro los ojos, estamos definitivamente en el despacho de mi abuela.
Pero no estamos solos, mi abuela espera frente a nosotros, como si supiera exactamente nuestro plan. Greyson me mira asustado, pero veo en sus ojos la mentira.
Se ríe al darse cuenta de mi sorpresa.

—Eres tan ingenua. —me dice caminando a un lado de mi abuela.

—¡¿Como pudiste?! —le grito, mi corazón esta acelerado.

Todo esto es una trampa, Greyson solo es un peón. Mi abuela lo maneja y así me persuade a mi.

—¡Confíe en ti! —le grito mientras me mira con una sonrisa llena de ego.

—Esa era la idea, pequeña humana ingenua. —dice mi abuela. —Era de saber que tus instintos humanos te harían tener compasión por un ángel caído. Si hubieras nacido aquí, como ángel jamás te hubieras acercado. Si quiera le hubieras dirigido la palabra. Todos saben que un ángel caído haría cualquier cosa por recuperar su lugar en el cielo.

—¡Solo me usaste para volver a ser un ángel! —le grito a Greyson. Su mirada no derrocha ni un poco de compasión.

Miro la puerta detrás de mi. 2 ángeles la protegen.

—¿Piensas escapar? —pregunta mi abuela.

—¡¿Dónde esta mi padre?! —le grito ignorando su pregunta.

—Oh, él esta muy bien, sígueme y podrás verlo. —mi abuela abre una puerta a un lado de ella. Un pasillo oscuro se distingue en mi campo de visión.

—¿Cómo se que no es una trampa? —le pregunto. —¿Por qué me dejarías verlo?

—Viste los recuerdos de Greyson, ¿no te fue suficiente?

Tiene razón, estoy segura de que no se puede alterar un recuerdo plasmado en la mente.

—Bien, llévame con él. —le digo.

Me señala la puerta, yo debo bajar primero. Le hago caso, solo por que estoy emocionada de volver a ver a mi padre.
Uso mi poder de fuego y prendo algunas antorchas que se encuentran en el camino.
El olor de las paredes de piedra humedas me recuerdan al escondite de Thot bajo tierra.
Greyson me pisa los talones y me abuela viene detrás de él. Estoy asustada, pero la emoción y ansiedad son más grandes.
Bajo unas escaleras y un poco más adelante distingo rejas de hierro. Todo dentro esta tan oscuro que si alguna persona se moviera allí, no lograría verla.

—Se caballero y abre la puerta. —le dice mi abuela a Greyson.

Este la mira con odio, parece estar cansado de seguir sus ordenes.
Mi abuela le entrega una llave y Greyson se acerca a la puerta del calabozo.

—¿Hay que hacer esto? —le pregunta Greyson. —No podemos solo...

—No te pedí que hicieras preguntas, solo debes cumplir con tú tarea. ¿Quieres ser un ángel de nuevo?, son sus alas por las tuyas.

Cuando mi abuela pronuncia esas palabras ya es demasiado tarde para escapar. Estoy dentro del calabozo, Greyson cierra la puerta con la llave y se la tira a mi abuela que la atrapa, la guarda en su bolsillo y se aleja.

—No tardes, debes venir conmigo a la tierra. —le dice antes de desaparecer por completo.

—No lo harás. —le digo tratando de persuadirlo.

—Debo hacerlo. He hecho cosas que no podrías ni imaginarte para poder volver, pero jamás me permitían tener mis alas de nuevo. Tú abuela convenció a los Arcángeles de que probaría mi lealtad y así podría volver.

—¿Quitarme mis alas es probar tú lealtad? —le pregunto asustada, mi cuerpo tiembla por dentro y por fuera.

—Eres demasiado peligrosa, incluso puedes destruir la tierra. Eres la primera hija de una ángel y un ángel de la muerte. Ellos te tuvieron mientras todavía mantenían sus poderes. Eso significa que heredaste los 2. Si te dejo mantenerlas tú crearás una raza igual. Los ángeles no podrán vencerla y los demonios tampoco. Serán una raza poderosa suelta.

—¿De qué estas hablando? —digo confundida. —Solo soy una ángel, no tendría alas blancas si así fuera.

—Estuve vigilándote, recuerda que yo te entrene, posees poderes que los ángeles jamás han tenido. Es obvio que esos los heredaste de tú padre. —me dice acercándose lentamente.

—¡No hagas esto! —le suplico. —Prometo convertirme en la jefa de los ángeles y devolverte al cielo. —digo retrocediendo.

—No podrás sacar a tú abuela del mando, todos están de su lado y se ha encargado de convencer a los Arcángeles de que eres peligrosa para pertenecer aquí.

—Prometo luchar hasta conseguir desterrar a esa vieja bruja. Ella es la peligrosa, no yo. —la rabia sube por mi cuerpo.

—Si no lo hago ya no seré enviado a la tierra, me pateara el trasero apuntando directo al infierno. —dice Greyson, esta tan asustado como yo.

—¡LO PROMETO! —le grito. —Escapemos de aquí, dime cuales son sus planes. Pensare en algo y podremos derrotarla juntos, ¡por favor! —mi voz suena alterada. Mi cuerpo choca contra la roca fría, ya no puedo retroceder.

Escondo mis alas detrás de mi espalda. No puede quitarme lo que aún no he podido disfrutar. Las necesito, necesito mis poderes. No quiero vivir una vida humana de nuevo. Ser una inservible y débil humana, no quiero.
Greyson frena un momento, deja de acercarse. Me mira con el ceño fruncido.

—Bien. Pero promete que no me volverán a desterrar. No podría soportarlo.

—Eso dependerá de ti, si cometes errores seras nuevamente desterrado. Eres tú el que debe prometerme que te comportarás. —le digo tratando de convencer a mi cuerpo tensado de que todo esta bien.

—Ya aprendí de mis errores, lo prometo. —su mirada es sincera. No debería volver a confiar en él, pero se lo que es estar desesperada y las cosas que te lleva a hacer.

Me acerco a él, aun asustada, tomo su mano y creo un portal. Nos transporto al refugio, cruzando con los ojos cerrados nuevamente.

Darkness #1 (Completa✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora