10.

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Pinche jeta me duele un chingo.

Apenas despierto y ya me ando cagando el día. Bueno, tardes wey, porque ya era la una. Putos malestares.

Me sentía hinchado y con un putero de dolorosa comezón. Que pinche asco.

¿Habrá algo más pendejo que esto?

Y vino a mi cabeza aquel puto nombre; Pinkimo.

Pinkimo.

Pinkimo, ¿Qué mamada de nombre era ese? A lo mejor su jefa no lo quería.

Me levanté de la cama para ir al baño.

No pude evitar verme al espejo llegando, me sigo viendo de la verga. Al menos ya se me quitó lo amarillo del rostro.

Entonces... Pinkimo era el pendejo inestable con el que tenía un chingo de pedos. También era un fenómeno de seis dedos y lengua azul. Y posiblemente sea el cabrón que casi me mata al principio.

Ah pinche wey pendejo, pues si ya sé cómo es el puto mono ese, ¿para qué vergas lo tengo que andar describiendo y diciendo lo que hizo?

No mames.

Mientras me miraba, quité las vendas de mis brazos, después de bañarme me pondría unas nuevas, pero por ahora lo hize para descansar de esa picazón.

Saliendo del baño me encaminé a la cocina a desayunar, ya no me sentía tan imbécil como para postergarlo más.

Hoy sí tenía esa energía de al menos hacerme un huevo de desayuno.

Comida grasosa, sí, chingona la cosa.
Incluso mi panza estaba celebrando este hecho.

Iba entrando a la cocina, y...

No mamen, acontecimiento increíble y mamoncisimo weyes, ni me lo van a creer.

Sí nenes.
Nuestro pinche adefesio favorito estaba aquí.

No sé si me miraba a mí.

Estaba sentado en una silla y frente a la mesa, casual, comiendo huevo revuelto con catsup.

Y había un plato extra, frente a la otra silla a su izquierda.

Mi estómago gruñó.

La catsup afuera y un par de tortillas en el plato junto al huevo.

Intacto.

¿Intacto?

Después de inspeccionar esa mamada, lo miré.

Y él seguía bien pinche casual, tragando huevos.

Jajajsja, "tragando huevos", que puto.

-Ya cabrón, ¿Qué chingados quieres? -dije recargando mis manos en la mesa.

El wey estaba masticando, sin preocupaciones o prisa.

-Siéntate a tragar -respondió pasando el bocado.

Seguí mirándolo emputado y esperando una respuesta como tarado.

Creo que le incomodó mi jeta viéndolo, o no sé qué verga, porque se torció el cuello para volteárme a ver.

-¡Que te sientes, pendejo! -se levantó solo para empujarme a la silla.

-¿Por qué madres lo haría?

-Porque te hice el pinche desayuno, mamada inútil.

Parecía realmente molesto de que le siguiera haciendo preguntas, pero no mamen, pinche desconfianza culera que le tengo.

A Causa Del Estrés.【Negas×Pinchimono】 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora