12.

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Me levanté en chinga de la cama, hasta me mareé al hacerlo, me puse unos pantalones y después...

Me quedé ahí parado como idiota...

¿Debía ir?

Pinkimo no era tan inútil como para dejarse matar, ¿o si?

¿Contra quién estaría peleando?

¿Serían muchos weyes contra él?

¿Por qué estaba peleando?

¿Era su pedo?

¿Si estaba donde yo creo?

Si alguna mamada me pasa, preferiría estar en casa, pero también no puedo estar tranquilo sabiendo que el pendejo ese estaba en una mamada mortal.

Estaba muy concentrado pensando, incluso sentí algo de sudor en mi frente gracias a imaginarme los múltiples desenlaces mamastróficos en donde yo salía perdiendo.

No.

Tuve náuseas, mi cabeza se calentó demasiado por pensar en chinga, hasta me dolieron los ojos, quise vomitar.

Estaba preocupado. Y mucho.

Fuí caminando al baño, al entrar sentí el ambiente típico fresco, me sujeté del lavamanos, estaba aún más mareado, y sentía pequeñas arcadas en mi garganta.

Me sentía mal. Emocionalmente mal, era un asco, una porquería.

Tenía impotencia pero de una manera cabrona. Quería gritar, quería llorar, quería golpear y también no quería hacer nada.

Y pronto sentí un putazo en el estómago, casi suelto el lavabo del dolor, pero me quedé ahí aferrado.

Pinche conexión culera.

Mi teléfono vibró. Tenía los músculos tensos y no podía relajarme. Entonces con movimientos pendejamente bruscos lo saqué de mi bolsillo para desbloquearlo.

Era Pinkimo.

«Deja de sentirte como pendejo»
«La cagas»

Tuve un ardor en el estómago, sentí un putazo en la sien, luego otro en la mandíbula. No pude más. Solté el celular, cayó cerca de mi pie, y vomité en el lavabo.

Fue asqueroso, muy pinche asqueroso. Putos todos los pendejos momentos de mi maldita vida que me llevaron a este momento.

Fallaron mis piernas, sabía que ya había valido madres.

Como tarado fuí de nuevo a mi cama, no podía con ninguna otra estupidez ya. Las arcadas no se detenían y me llegó una jaqueca culera. Incluso me molestaba cerrar los ojos.

Sujeté mi abdomen con fuerza, era lo que más me dolía, me hice bola apretándola, al chile sentía que me iba a morir.

Pero ni podía gritar del dolor o del pánico, se me iba el aire del cuerpo. Tal vez me desmayaría.

¿Qué pinche puta zorra maldita desgraciada vomitiva asquerosa hija de perra sucia mamada hice para merecer esto?

Culpo de todo al imbécil de Pinkimo.

Y a Paulo también, porque solo saber que un pendejo como ese es mi jefe me caga la puta existencia.

Pinche maquila culera.

Pinche capitalismo opresor.

Pinche necesidad.

Quizá nunca debí de irme de Chihuahua.

Aveces extrañaba a Ral, o al Gena, incluso también a los niños mecos que de repente se metían a la casa.

Extrañaba mi mísero trabajo, mis compas, a los expendios, a los weyes que pisteaban en la banqueta, hasta a mis exes, extrañaba todo así a la verga. Pinche vida en la ciudad, era una caca.

A Causa Del Estrés.【Negas×Pinchimono】 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora