One shot - Valu

U ain't know

El jardin estaba divinamente decorado, su madre se había esmerado todo en aquel lugar estaba perfectamente colocado haciendo dandole a aquel lugar un aire romántico. La chica estaba junto a Carla tomando una copa de champagne mientras hablaban sobre como sus vidas habían cambiado, ya no eran las chiquillas de 17 años sino mujeres empoderadas de 25 años respectivamente. Cada una había seguido su destino, gracias a su padre la marquesita era diplomática mientras Lucrecia había seguido su sueño siendo diseñadora de modas, la cual poco a poco se estaba abriendo paso en el mundo de la alta costura compitiendo con grandes marcas.

Miro a su alrededor y allí estaba su hermano, mas bello que nunca, el estaba impecable con aquel traje que ella misma había confeccionado para aquella ocasión. Ambas miradas se encontraron y de manera picara le guiñó un ojo haciendo que el chico sonriera pero no duro mucho tiempo por que Valerio volvió a mirar a su novia, Nadia. Aquella noche se había comprometido después de casi 3 años de noviazgo. Miss Mexico se acerco a ellos con paso firme y con la cabeza en alto -Felicidades- menciono abrazando a la chica para luego abrazarle a él y susurarle en el oído -Se feliz, te lo mereces-. Aquello lo decía de todo corazón, era lo que ella mas deseaba que su hermano mayor fuera feliz y que dejara aquellos fantasmas del pasado.

Se despidió de sus padres y se fue a su departamento al cual nada mas llegar se quito los zapatos y se sirvió una copa de whisky. Estaba cansada de fingir toda la noche, un largo suspiro se hizo presente a la vez que una lagrima solitaria bajo por su mejilla, aquella noche daba por terminado su historia con el chico aunque realmente nunca sucedió nada. Ella desde siempre había estado enamorada de su hermano pero el chico siempre la vio como su hermanita menor a la que debía proteger, asi que su amor unilateral se quedo como un simple sueño, un anhelo de algo que nunca iba a suceder.  Sentía dolor, como si su corazón se hubiera partido en miles de pedazos, ella sabia que algún dia tendría que verle hacer su vida pero era muy difícil sin embargo lo que mas le dolía era que el chico nunca se entero de sus sentimientos. Mas lagrimas siguieron cayendo a la vez que tomaba queriendo así quitar su tristeza, ni siquiera una vez ella tuvo el valor de confesarle lo que le estaba pasando de hacerle sentir todo el amor que ella guardaba para él.

La lluvia empezó a caer, ella le escuchaba era lo único que se podia escuchar en aquel lugar haciéndole sentir aun mas triste, ¿quizás el cielo estaba triste también? Aquello se le paso por la mente haciendo que una sonrisa triste apareciera en su rostro. Su mirada estaba perdida y su semblante oscuro, pensaba que hubiera pasado si le hubiera contado sobre sus sentimientos, si las cosas serian diferentes o si por lo menos darle rienda suelta a aquello hubiera hecho menos doloroso ese momento. Volvió a servirse mas whisky, recordando como el miraba con tanta adoración a aquella musulmana insulsa, haciendo que una bala se le clavara en el pecho.Ya no la odiaba lo que había pasado entre ellas fue algo de críos, sino mas bien la envidiaba ya que ella tenia lo que ella mas anhelaba. Se limpio las lagrimas aquella serian las ultimas dedicadas a Valerio.

Su movil sonó y ella lo busco en bolso al ver de quien se trataba respiro hondo no quería que se diera cuenta de que se encontraba mal -Guapa, ¿donde estas?- pregunto Guzman. A pesar de todo lo ocurrido seguían juntos ambos se dieron cuenta que al final como siempre ella dijo, solo eran ellos dos. -Estoy en casa, me duele algo la cabeza- mintió. -¿Quieres que vaya a casa?- pregunto preocupado por que no la escuchaba bien, no sonaba como la miss México de siempre -No, solo necesito dormir y ya se me pasara- respondió esa noche no quería compañía -Bueno, llámame cualquier cosa...Te amo-. El escuchar eso de Guzman le hizo sonreír por que antes hubiera dado por escuchar esas palabras pero en ese instante no la hacían sentir ni siquiera la mitad a lo que le hacia sentir Valerio cuando le decía que la quería -Yo tambien te amo cariño- respondió y colmo. Tomo otro trago mirando el ventanal decidida a que mañana volvería a sonreír y seria la misma Lucrecia de siempre.