Pinky and Cerebro

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-Suéltame Lu- le grito enojado haciendo que ella le mirara sorprendida -¿Por que me gritas?- exclamo molesta ya que la chica no estaba acostumbrada a que nadie le hablara mal -Hace calor, ¿acaso no entiendes español?- dijo liberándose por fin de los brazos de la chica. Se paro y con rapidez se dirigió a su habitación, al llegar cerro la puerta para luego patearla. El estaba tratando de mantener distancia, pero ella no comprendía sin saber que el lo hacia por su bien.

Valerio estaba desesperado, se tiro en la cama y cerro los ojos... A mala hora se le ocurrió a su madre enviarle de nuevo a España, en otro momento de su vida estar en aquel país junto con Lu seria lo mejor que le pudiera haber pasado, ya que aquella chiquilla siempre había sido su pinky, el chileno siempre decía que ellos eran compañeros de aventuras así como Pinky y Cerebro, obviamente quedaba claro quien era quien en aquella relación así que no hay por que abundar mas en el tema, sin embargo cuando volvió a España aquel verano ya Lucrecia no era una niña, sino una adolescente con todas las armas para hacerlo caer y no solo a el sino mas bien a cualquier hombre.

Aquella bruja con cabello castaño y labios rosas  estaba jugando con el tentándolo, lo cual era una pesadilla hecha realidad por que el pobre chico de 17 años a pesar de tener todas las hormonas a millón tenia que frenarse por que se trataba de su media hermana... Algunas veces cuando ella le guiñaba el ojo o le sonreía de manera picara se preguntaba: ¿Acaso quiere volverme loco? Por que lentamente lo estaba consiguiendo, cada vez era mas difícil para el detener aquellos malditos instintos y tenia miedo, por que sabia que si ella daba el primer paso a el no le importaría probar aquellos labios aunque se arrepintiera al día siguiente, solo se detenía por que ella no merecía eso solo por eso trataba de evitarla, pero a el no le importaba su familia en lo absoluto, ni siquiera la sociedad en la que vivían en donde un romance entre hermanos aunque tuvieran diferentes madres todavía era prohibido.

El suspiro cuando escucho como alguien tocaba a la puerta y abrió sus ojos cuando aquel demonio de cabello castaño hablo -¡Val!- le llamo en voz alta, trato de ignorarlo sin embargo ella no se iba a dar por vencida y luego de aquel grito, varias veces le grito hasta que consiguió lo que quería -¿Que quieres?- exclamo molesto al abrir la puerta y al mirarla a los ojos lo que vio le asusto por que vio cierto fuego en ellos, solo con ver aquellos ojos castaños supo que el demonio había ido a buscar su alma y el estaba dispuesto a entregarla.

One shot - ValuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora