One shot - Valu

Better man

-A este paso nunca acabaremos la construcción- se quejo Valerio a la vez que volvió a mirar la laptop observando con cuidado el plano que le habían enviado -Después de esto no quiero que me vuelvan a molestar- dijo a su asistente el cual estaba en la otra linea, el chileno duro un poco mas de lo que esperaba en aquella llamada -Se supone que estoy de vacaciones- se quejo y no logro mucho por que su asistente continuo hablándole sobre las nuevas especificaciones que quería. Aquel cliente, el cual era cada vez mas molestó pensaba que era fácil cambiar en un dos por tres las especificaciones ya señaladas cuando la construcción estaba en marcha.

Dejo de ponerle atención a lo que su asistente le decía cuando escucho risas muy alegres, no pudo evitar pararse y salir al balcón para ver de donde provenían aunque también quienes eran los causante de distraerle por un momento. Lo que vio le hizo sonreír, su esposa jugaba con su hijo en la piscina y este abrazaba la panza de Lucrecia la cual estaba embarazada haciendo de su vista algo hermoso y se quedo alli para seguir observando aquel par que no se daban cuenta que estaban siendo observados.

Escucharlos reír era música para los oídos del hombre, a medida que los espiaba se cuestionó: ¿Seremos capaces de continuar siendo tan felices como hasta ahora?...¿Podremos seguir tan enamorados?. Aquellas preguntas cruzaron por su mente y aunque el futuro le asustaba por que no sabia que podia pasar, el haría todo lo que estuviera a su alcancé para que aquel sueño que estaba viviendo no acabara nunca, por que cada vez que Lu le abrazaba por las noches buscando el calor que su cuerpo emanaba o cuando su hijo sostenía su mano fuertemente al caminar le daban fuerzas para continuar, tratar de ser un mejor hombre cada día. Cada sonrisa de aquel par que pronto sera un trio valía la pena, era la mayor recompensaba que obtenía el hombre.

Quien diría que aquella oveja negra o alma descarriada hubiera cambiado tanto y todo se debía a aquella chica castaña que desde el momento que entro a su vida lo revoluciono todo llevándolo a cruzar el mismo infierno y también a vivir las cosas mas hermosas que la vida podia ofrecer, haciéndolo adicto a ella.

A pesar de los años Lucrecia poseía una belleza mas madura, los años con ella habían hecho un buen trabajo y no hablaba solo del físico, sino también en lo sentimental por que ella seguía haciendo con un sonrisa que todo dentro de el se moviera, como cual adolescente enamorado y no importaba que hubiera tenido un día de mierda en la oficina, por que al llegar a casa sabia que la mexicana estaría allí para escucharle, levantarle el animo y lo que no sabia la mujer era que solo con estar ahi esperando por el era mas que suficiente por que significaba que Val ya no estaba solo, tenia a alguien que estaría ahi para el incondicionalmente. ¿El camino había sido duro?....¡Si!, no iba a mentir, había sido agotador y muy doloroso, lleno de altibajos sin embargo si tuviera que pasar todo aquel infierno de nuevo para llegar allí lo haría encantado, soportaría cada una de las discusiones y peleas no solo con sus padres sino con Lu también por que cada una de ellas había valido la pena, habían hecho a Valerio aquel hombre fuerte dispuesto a proteger lo que quería.

-Jefe- menciono su asistente sacándolo de su pequeño trance -¿Entonces le digo que tendrán para mañana las nuevos planos?- cuestionó  a la vez que escucho a su esposa. -Cariño!- grito Lu al percatarse de que su esposo le miraba desde el balcón -¡Ven!- exclamo con una enorme sonrisa haciendo que el chileno sonriera dándose cuenta una vez mas de lo afortunado que era -Voy en un momento- dijo en voz alta para que la castaña le escuchara. Entro a la habitación aun con el movil en la mano y tomo el traje de baño que estaba encima de la cama -Encárgale eso a otro, se supone que estoy de vacaciones así que no me vuelvas a llamar y si es urgente llama a mi papa- menciono y colgó para después apagar el móvil no quería saber nada mas de la constructora Montesinos, lo único importante para el era aquel par que esperaba por el.