Crush

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Ella le llamo por que estaba aburrida y rápidamente aquel par se puso de acuerdo sobre como pasar aquella noche, ninguno de los dos tenia algo mejor que hacer y ninguno de los dos podia negar que la compañía del otro le agradaba por algo desde el día en que se habían conocido gracias a un amigo en común conectaron volviéndose amigos.

El paso por ella en su increíble mercedes negro que le daba cierta elegancia al aire de chico malo que el chileno poseía y que a pesar de los años aun mantenía. Aquel viernes en la noche la pasaron increíble no por que se fueran de fiesta cosa que pasaba a menudo, sino mas bien en aquella ocasión compartieron una buena cena en uno de los restaurantes mas exclusivos de la ciudad, una agradable conversación por que había la suficiente confianza para quitarse las caretas y por supuesto lo que no podia faltar entre ellos una botella de un buen vino, el alcohol entre ellos era algo inevitable puesto que ambos desde muy jóvenes habían aprendido a apreciar un buen trago aunque por diferentes razones. Uno por tratar de escapar de la pesadilla que vivía y el otro simplemente por que en sus reuniones familiares era un habito el compartir un trago social.

Luego de compartir como por un buen rato Valerio como siempre dejo a Lucrecia en su casa estaban estacionados allí sin decir nada, completamente en silencio puesto que no sabían que hacer, antes el ser amigos con beneficios le resultaba fácil,pero con el paso del tiempo algo había cambiado y aunque no lo dijeran sabían ambos que estaba allí. -Tengo un buen coñac arriba, creo que te encantara- menciono la mexicana con una enorme sonrisa a la vez que su semblante era calmado, aquella simple proposición tenia algo oculto, algo que aquel par de individuos necesitaban con urgencia así que Val con una sonrisa también su rostro simplemente dijo -Claro-. Ambos entraron en aquel departamento y como siempre la puesta en escena daba inicio, tomaron unos tragos en la sala y luego los suaves susurros cerca del oído, que después dieron paso a aquellas caricias que dejaban a descubierto aquel juego entre ellos cosa que realmente los hacia desearse aun mas. Valerio y Lucrecia en el fondo sabían que eran iguales así que no importaba como pasaran la noche o el día siempre terminaban allí, mirándose con aquel deseo, sintiendo como la atracción recorría por cada fibra de si cuerpo a la vez que el latido de sus corazones era mas fuerte.

Cuando Valerio miro fijamente a Lucrecia tanto sus ojos como su boca decían lo mismo, no pudo soportar mas y estampo sus labios contra los de la mujer la cual le respondió con el mismo entusiasmo por que ya no quería perder mas tiempo acabando aquel juego, aunque ellos sabían como terminaria desde el momento en que Lucrecia le llamo para saber sobre sus planes.

Obviamente no se quedaron en la sala y pasaron a la habitación en donde no se detuvieron hasta saciar el hambre que sentían por el otro, lo cual era fácil entregar sus cuerpos sin embargo lo difícil era después de eso. Lucrecia estaba tapada con la sabana mientras sus pensamientos estaban lejos de allí aunque era contradictorio por que el ser que estaba en su mente estaba a unos pasos de ella cambiándose, ya era hora de que se marchara luego de que ambos tuvieran relaciones. Lucrecia se sentía en un apuro por que sus sentimientos habían cambiado y sin ella darse cuenta, poco a poco su corazón empezó a latir mas fuerte al estar cerca de el y disfrutaba de su compañía como nunca antes le había pasado con otro chico, por mas que quizo minimizar aquel sentimiento en aquel momento que lo veía alistarse para marcharse su corazón le decía que era mas que eso...Estaba enamorada.

Ella se paro mostrando se desnudez sin importarle, no había vergüenza alguna entre ellos -Val- le llamo y cuando lo tuvo en frente, le beso esta vez no apresurado como los de antes sino calmado disfrutando de aquella sensación, confirmando así que estaba loca por aquel chico malo que tenia un hermoso corazón, pero que sin embargo no le pertenecía a ella. Valerio había dejado bien en claro desde el principio que no esperará nada mas por que había sido lastimado en su anterior relación y ella, la que siempre dijo que no iba a sufrir por alguien estaba allí en un amor unilateral. Se alejo un poco, le miro y al hacerlo aunque su corazón le decía a gritos que le confesara lo que estaba sintiendo su cabeza gano la batalla a pesar de que la mirada del hombre era tan dulce que la hacia dudar aun mas. -Lu- susurro con tanta suavidad que la hizo agachar la mirada y respirar hondo, necesitaba tranquilizarse cosa que logro al ver aquella mancha roja -Lo siento, ensucie tu camisa con mi labial- dijo mirándole y señalando con con uno de sus dedos donde estaba la mancha, silenciando así su corazón una vez mas.

One shot - ValuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora