Beautiful night

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-Bienvenida a España- dijo suavemente el agente de aduana luego de sellar su pasaporte y entregárselo, por fin volvía a aquel país con su maleta no solo llena de sus cosas, sino mas bien repleta de mas sueño y planes que cuando se marcho hace 6 años.

Al volver a pisar aquel pais no pudo evitar pensar en todo lo que sucedio antes de su partida, todavia cada tanto pensaba en Polo en como con aquella tristeza en sus ojos y voz debil dijo -Lo se- mientras daba sus ultimos respiros, aquello era dificil de olvidar. Iba con maleta en mano y miraba atenta a la misma vez que ansiosa entre las personas en el aeropuerto, no pudo evitar sonreír cuando por fin encontró a la persona que le esperaba y al llegar a esta solo pudo abrazarle fuerte puesto que tenían dos años de no verse - Nadia- exclamó a la vez que le soltaba para luego acariciar suavemente la barriga de esta. La beduina al final y a pesar de su propio pronóstico, cuando volvió a España no pudo evitar aquella química con Guzman y solo paso varios meses para que al final dieran rienda suelta a lo que sentían, así que ahora aquel par estaban esperando un bebe.

-Te advierto que voy a malcriar ese bebe como no tienes una idea- mencionó emocionada haciendo que la morena sonriera -Lo se, no podia esperar menos de ti- dijo y luego de aquello ambas emprendieron camino. Mientras encontraba lugar, se quedaria en un hotel aunque tanto Nadia como Omar le ofrecieron sus casas, pero Lu no acepto no queria invadir la privacidad de ambos ademas ella preferia tener su espacio, no queria hacer sentir incomodos a Guzman o Ander con los cuales mantenia una amistad al igual que con los hermanos Shanaa.

Nadia le dejo en el hotel no sin antes quedaran de acuerdo en que mañana harían una comida para celebrar que estuviera de vuelta...Si las cosas habian cambiado bastante como su relacion con Nadia que gracias a el paso del tiempo ahora era mas que amigas, por que durante los años en la universidad ambas se cuidaban las espaldas básicamente era lo unico que tenian en aquel pais donde no tenian a nadie que las respaldara. Despues de acomodarse en su habitación se comunicó con su jefe, por eso había vuelto a España por negocios. La compañia para la que trabajaba habia adquirido una empresa y necesitaban alli  a alguien que se encargara de que aquella empresa que habian comprado rindiera beneficios a largo plazo ademas de que conociera el mercado, asi que Lucrecia estaba mas que calificada para el puesto, por que hay que decir que al final no estudio diseño, sino negocios internacionales, por que sabia que seria mas fácil salir adelante si estudiaba algo relacionada a las finanzas y mas ya que no contaba con la ayuda de su padre.

Eran las 4 de la madrugada y no podia dormir por el cambio de horario, asi que se levanto y fue a buscar una de las hotellas de vino que había traído con ella, sin vacilar tomo aquel saca corchos que estaba guardado aun en su maleta y aunque no le gustaba se sirvio en un vaso para despues tomar asiento en una de las sillas del balcon.

La noche estaba preciosa, podia ver algunas estrellas haciendo que el cielo oscuro fuera le relajara mientras su mente volaba lejos recordando a aquel yonqui. Seria una mentira si negara que el tambien fue de las cosas que cada cierto tiempo volvia a su mente. Sabia gracias a Carla que a pesar de todas las predicciones le estaba yendo bastante bien como si al final hubiera encontrado en que era bueno, asi que se dedicaba al area de relaciones publicas en el viñedo de esta. Un largo suspiro le abandono y suavemente mencionó -¿Como estarás?- para luego agregar -¿Aun pensaras en mi, como yo pienso en ti?- no pudo evitar que aquello saliera con un deje de melancolía en su voz, por que a pesar de la distancia y del tiempo el seguía siendo importante en su vida ya que representaba aquel amor puro, que al mismo tiempo es pasional por que te hace tocar el cielo a la vez que te hace tocar las llamas en el infierno, pero que final vale la pena vivir.

Sonrió tristemente, conocía a Valerio así que sabia que estaba segura de que el había hecho su vida y ella ya no cabía en ella, el de seguro ya le había olvidado. No pudo evitar que sus ojos se humedecieran al pensar en ello, ya que aunque lo supiera no quería confirmarlo, no podia ver que el era feliz sin ella, era demasiado egoísta todavía para eso. Tomo otro sorbo de vino como si así eliminara aquella pena que le albergaba y miro al cielo oscuro ya que era su único acompañante para decir suavemente -Te extraño- esperando que cuando saliera el sol dejara aquella pena atrás, sin embargo aquel amor siempre seria un anheló, una historia inconclusa.

One shot - ValuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora