capitulo 24

10 0 0
                                    

Narrador*

Ya en el horario de la tarde todo estaba más tranquilo y relajado, el ambiente ya no era tenso... O por lo menos no tanto.

Las cuatro chiquillas ya habían terminado las clases, pero esta vez decidieron ir caminando al santuario. En el camino, conversaron y hablamos sobre el entrenamiento.

- en mi casa mientras estaba sola practique y también un rato por las noches- comento la morena

-yo igual- la trigueña la miró- también he estado haciendo ejercicio un rato en la mañana para entrar en calor- ambas se miraron

La Carolina y la Antonella se miraron entre sí, ambas sabían que esas dos se habían distanciado bastante, no había que ser experto para saber que algo pasaba entre esas dos, bueno por lo menos para ellas que las conocían desde hace años.

-sabes tengo algo que decirles a todas- intervino antonella. La caro la miró extrañada- resulta que desde que empecé a hacer ejercicio y a entrenar, les informo que he bajado tres kilos- sonrió

Todas se detuvieron, incrédulas

-¿que...?

-¿es enserio.... Omma?

-eso...Eso es exelente!-carolina la abrazó

Cada una se unió al abrazo, cada estaba feliz por el logro de su amiga, ya que hace bastante tiempo que a estado intentando bajar más su peso por su salud.
Las chiquillas se mantuvieron en el abrazo hasta que la bocina de un auto llamo su atención.

-¡disculpen!... Estoy buscando a cuatro chiquillas, entre trece y quince años,... con habilidades increíbles... Medias tintas talvez- la mayor sonrió

La caro se cruzó de brazos- nooo fíjese- dijo con obviedad- para nadaaa,... Nosotras también buscábamos a nuestra profesora... Girafa, pelo largo , parece un fideo- las chiquillas la miraron con cara de... "¿En serio...? Pero si es ella pendeja"

-a mira tu....- ambas asintieron

-creo que deberíamos subirnos al auto- comento la Antonella, interrumpiendo el momento

-sip- concordó Carolina

Cada una fue entrando al auto y sacándose las mochilas- hola niñas

-hola elizabeth- dijeron al mismo tiempo

-awww qué tiernas- la mayor sonrió- en marcha al santuario niñas-

                       ***

El viaje fue tranquilo entre todas, sorprendente la Michelle y la Antonia  se sentaron juntas escuchando música.

-ok, como todas no son weonas, ya sabemos que una de las cosas más importantes es teletransportarnos a lugares de largas y cortas distancias- habló la trigueña a cada una de sus amigas

-en resumen quieres que todas practiquemos ir de un lugar a otro...- se adelantó la castaña

-no....bueno si, ¿que opinan?

-yo creo que está bien, conociéndonos, esa habilidad nos servirá mucho en un futuro muy cercano a todas nosotras- la Antonella se cruzó de brazos mirando a cada una

Era de esperarse que todas coincidieran, porque seamos realistas, estás niñitas del señor más de una vez llegarían tarde a la escuela.

-entonces...¿hacique les gusta el pan chiquillas?-

-andate a la chucha caro- respondío la antonella rápido. La castaña solo la miró con cara de pervertida

Las menores una vez se colocaron en sus posiciones y se concentraron lo suficiente para sacar su transformación de guerreras, se miraron. Serías y atentas.

-¿ahora que es lo siguiente?- Michelle señaló el libro. Antonella lo leyó

-una vez hecho lo primero..... Bla, bla, bla... Aquí está, antes de viajar a un lugar se deben ser conscientes de algunas cosas,... UNO se  debe tener la transformación dominada, SEGUNDO se debe tener el collar, sin él no se podrá ir a ningún lado y TERCERO tener claro el lugar donde se planea ir... Una vez esto esté bien, se podrá ir a cualquier lugar- la menor dejo el libro donde mismo.

-entonces, ya tenemos los dos primeros listos, ahora lo que falta es...

- ...tener algún lugar dónde ir- completó la frase la morena a la castaña

-pero, no pensemos en un lugar muy lejano- sugirió la trigueña- comencemos primero ir a un lado del patio o dentro del santuario-

-para asustar al profe Rodrigo- sugirió la morena

-aaa pero hoy día no vino- dijo apenada la castaña

-otro día, pero eso es cierto, nosotras estamos recién empezando- concordó la robusta- pero será mejor que  empecemos ya antes de irnos- indicó

                        ***

Haci paso el rato y las horas, las chiquillas con cada intento memorisaban lo que tenían y lo que no tenían que hacer.
En el primer intento no fue muy agradable que digamos.

Partiendo por la Michelle, la morena quedo arriba de un árbol

-¡¡¡Aaaaaaahhhhhhh...... Bajjeenmeeeee!!!- parecía un gatito asustado.....

Por otro lado la Antonia callo al otro lado del patio, pero no callo de buena manera sobre el pasto, haciendo una cara de dolor al tocarse el costado derecho su muslo; de seguro le quedaría un buen moretón.

En tanto Carolina.... No estaba en el patio, en cambio se enviaron dos grandes estruendos dentro del santuario.
Ante el gran escándalo la mentora salió, preocupada, al patio.

Primero bajo a la Michelle quién se aferró a ella como su su vida dependiera de eso; la mayor nego con la cabeza, luego fue a ver el gran ruido adentro, al entrar a la biblioteca se encontró que una de las mesas estaba rota porque la Carolina le había caído encima.
La mayor la ayudo a incorporarse y dejó tanto a la Michelle y a la caro sentadas en el sillón.
Después fue a ver a arriba, encontrandose con que la antonella había aparecido en el baño, y afortunadamente no había roto nada del lugar pero la menor tenía el pómulo izquierdo lo tenía roto. La mayor también procedió a ayudar a la menor a bajar con cuidado hasta la biblioteca.

Mientras tanto en el patio la pelinegra Haci lo que podía por pararce e ir adentro del santuario.

-carajo...mierda- se quejo por el esfuerzo recién hecho-ok... Un poco más...ahg- se volvió a quejar

Y en tanto cerca de ahi, otro mayor había estado mirando todo el espectáculo fallido, Alan negaba con la cabeza, las menores eran demasiado estúpidas... Pero hasta el sabía que no tenía que  subestimarlas; era orgulloso pero no idiota, o casi no era idiota... Todo lo que veía lo anotaba, por lo menos lo importante... Esa vez había dejado a su alumno en la casa estudiando cosas de demonios.

En tanto estaba ahí observando, saco de su bolsillo un abano cubano y si encendió con un fósforo. Ese era un pequeño capricho que se daba  a veces.
Pero ahora que ya no había nadie en el patio, Alan bajo del árbol y se dirigió hacia el centro del bosque o casi al centro; una vez estuvo en el lugar correcto rebuscó algo en su bolsillo,... Una vez lo encontró, lo saco y analizó por unos segundos.

Lo que sostenía en sus manos era un huevo... Pero no un huevo cualquiera, era un huevo de demonio, si se veía un poco pequeño, pero una vez el huevo se rompía y la bestia crecía... De solo verla te orinas de miedo.
Alan hizo un pequeño hoyo y coloco ahí el huevo, lo tapo con tierra y se retiró del lugar lo más pronto posible...

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Continuará...

Corazones De Oro.  (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora