━ fourteen

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"Oh no, there you go, making me a liarGot me begging you for moreOh no, there I go, startin' up a fire

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"Oh no, there you go, making me a liar
Got me begging you for more
Oh no, there I go, startin' up a fire."















El viernes fue un día sin problemas, a decir verdad

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El viernes fue un día sin problemas, a decir verdad. Excepto por que los exámenes y toda esa etapa de crisis había llegado a su fin; pero al menos todos aprobaron a duras penas y la profesora Granville los dejó irse dos horas antes de la que normalmente acostumbran para salir.

Y bien, Alex parecía un tanto ansiosa, había sido grab idea que la profesora los dejara salir antes. Justo cuando todos dejaban el colegio con un buen humor, la chica tuvo que asegurarse que todos se habían ido, sabía que alguien querría seguirla y no quería verse tan sospechosa.

Hasta que estuvo segura de que no había rastro de nadie por toda la universidad, decidió tomar un camino un poco corto y fácil para llegar a tiempo.

Debía suponer que ya la estaban esperando.

El robot cabeza de espagueti con una forma de hamburguesa siempre la molestaba con excusas, claro que aquellas personas tenían motivos para burlarse de ella.

Era muy menor para ellos en cuestión de edad, pero nadie podría negar que era ágil, muy rápida y demasiado fuerte y astuta en batallas cuerpo a cuerpo.

Se había ganado el respeto de esas personas por robarle los cuchillos a Momakase, sabiendo que ella era el doble de rápida que Alex.

No solo eso. Si no por que tenía un don muy especial que podría facilitarles todo.

Claro que Alex no quizo entrometerse al principio. Pero cuando el se metió con su madre y la amenazo de muerte, ya no veía otras opciones para dar marcha atrás.

Sabía que está mal, ella no quería ser una villana del montón por que no veía el por que. Sabía que la gente quería usar su ingenio y capacidades para el mal o aveces para el bien.

Nueva York le parecía más seguro que estar en SanFransokio; hasta que de alguna manera ese hombre dio con su familia, y logró quitarle a su padre.

De ahí perdió todo, en lo que creía, las esperanzas y la confianza.

Hasta que conoció a ese chico en la universidad. Hiro Hamada. Que aunque ella sabía que le tenía rencor por haberse internado en su grupo de amigos, siempre vio un alma buena en ese muchacho.

Quería abandonar el plan por que sabía que aquel hombre que acabó con su padre, quería acabad también con Hiro y sus amigos de quienes no tardó en darse cuenta que eran los grandes héroes que salvaban la ciudad.

De muchas maneras se sentía una traidora.

Cuando se adentró al lugar, resultó que Obake ya había estado ahí desde hace siglos, no siglos pero llevaba mucho tiempo esperando sentado como si nada en un sillón viejo leyendo algo que Alex probablemente no tenía la decencia de saber.

-Llegas tarde -habló Obake mirándola a través de unas gafas de montura cuadrada.

-Lo lamento, salimos temprano per quise asegurarme de que nadie me seguía- explicó la muchacha tartamudeando de vez en cuando debido al nerviosismo.

De un bolso dentro de su fina sudadera negra sacó una memora que le entregó al hombre.

Este la examinó con triunfo y se la guardó en los bolsillos del pantalón.

-Si Yama te hubiera dejado morir, probablemente esto se retrasaría más de la cuenta- señaló Obake.-Es un milagro que ese niño te hubiese salvado de una muerte horrorosa, me parece que le gustas.

Un rubor en las mejillas de Alex se extendió hasta el cuello y sus ojos azules brillaron entre la poca iluminación de aquella bodega.

-Yo no creo eso la verdad- musitó mirando al suelo. Obake solo esbozó una sonrisa un tanto terrorífica haciendo que la mitad de su cara brillara como era de costumbre.

-Ya puedes largarte. Si necesito algo te enviaré a Momakase o a ese tonto robot. De momento sigue así, yo te daré luz verde cuando sea el momento.- Alex no le quedo de otra más que asentir, giró sobre sus talones y se encaminó a la salida. Antes de salir escucho por ultima vez la voz de Obake; su advertencia más bien.

-¡Ah Alex! Y recuerda; no te encariñes con ese chico- eso le provocó un manojo de nervios en su estómago y de fue sin decir nada. Esa era la clave para el.

Alex no sabía cómo explicarle que, esa advertencia ya la estaba quebrantando más de cuenta.

Jugar con fuego era una de las cosas que se había acostumbrado a hacer, pero esto era jugar con fuego y sentir mucho dolor.

1| YOUTH ━━  BIG HERO 6  ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora