1| YOUTH ━━ BIG HERO 6 ✔️

━ eighteen

Me cansé de luchar y de guerrear en vano. De estar en la línea de fuego y de meter la mano. Acepto mis errores, también soy humano. Y tú no ves que lo hago porque te amo.

-¡No puedes quedarte con El Capitan Encanto! ¡No puedes! - gritó Karmi muy molesta con voz de niña berrinchuda. Tanto había sido así que esa era la primera pelea del día de nuevo en la cafetería.

-Cálmate Karmi, no estoy interesada en "tu príncipe azul" así que bájale a tu escándalo - respondió Alex con indiferencia, a ella no le gustaba robar atención, era reservada. A excepción de Karmi que parecía un perro caprichoso.

-¡Yo lo vi primero! ¡Así que mantente fuera de la vista de mi héroe!- Alex casi le escupía el licuado por la risa.

-Ay Karmi, parece que no te has despertado de tu sueño culposo- segundos después, Karmi se fue gritando horrorizada y cubriéndose la cabeza como si algo le fueses picar. Le encantaba hacer ese tipo de juegos todo el tiempo. Lo mejor es que la gente de la cafetería no se había dado cuenta. Salvo a Hiro.

-¿Que le pasó?

-Nada, solo que ha perdido la batalla esta vez-eso le dio a entender que le había dicho algo a Karmi que la hubiera alejado así.

Era mejor que Hiro no supiera que hizo que Karmi alucinara con abejas. El terror de Karmi eran abejas y bastante grandes para ella. Claro que el no se lo iba a contar, por que tenía ciertas inseguridades de empezar con el tema de su pasado.

Karmi era la única que lo sabía, pero pensó que no era lo bastante tonta para contarle a medio mundo quien era Alex realmente. De ahí surgue todo eso de molestarla aparte de que también fue aceptada en la universidad como Hiro.

Pensó que si Obake se enteraba de aquello, no tardaría en tomar medidas bastantes drásticas para que aquello no se propagara por toda la ciudad. Además de molestarla, sentía un poco de empatía por Karmi. Todo lo que le hacía y decía era para mantenerla callada y que Obake no la encontrara.

En cambio si Hiro llegaba a saber la verdad, seria una situación más intensa. Por que Obake quería acabarlo por alguna razón, y si se enteraba, ese hombre tendría más de una razón lógica para deshacerse del chico.

Solo tenía que protegerlos sin que Obake y las bola de idiotas que trabajan para el, se enterarán.

También tenía que cuidarse de Liv Amara. Ella era otro caso más distinto pero peligroso.

000

Si había una de las cosas que tanto molestaba a Obake, era la larga espera. Quería que todo fuera rápido. No podía retrasarse por más tiempo. Mientras volvía a revisar el dichoso diario con apuntes ocultos, captó la presencia de Alex y el Chico Noddle Burger entrando. Solo ellos y los demás conocían el paradero de la "cueva" (como Alex le suele llamar.

-La encontré señor- hablo el cabeza de hamburguesa y se retiró cantando una famosa canción de lo que solía ser su restaurante.

-Así que Yama trato de matarte otra vez.

-Si, pero no tuvo éxito otra vez- antes de poder decir otra cosa Obake la miro con una gota de desprecio.

-No debiste alterarle la realidad en su mente. Aun eres novata pero tienes potencial. Me encargaré de avisarle a ese grandulón que te deje en paz. Te necesito viva por ahora.

Aquello último hizo que le recorriera un escalofrío a la chica por toda la espalda.

¿Eso quería decir que iba a matarla después de todo? Supuso que si.

-Además estabas ayudándolos.- musitó el hombre pero Alex no lo escuchaba.- Dime algo Jansen, ¿estás enamorada del capitán encanto?

La sangre de todo el cuerpo le empezó a hervir al igual que se había sonrojado. ¿A que iba esa pregunta? Se lo pensó muchas veces antes de contestar.

-No- contestó temblorosa apretando los puños fuertemente. Ya le hartaba que Obake le preguntara siempre eso cada vez que se veían- mejor dime que necesitas que haga por ti esta vez.

Obake río entre dientes, algo no estaba bien claramente.

-Diles la verdad a tus amigos, todo tu pasado. Si no enviaré a pegajoso o al cabeza de espaguetis a que lo hagan por ti.

Eso si, no se lo había esperado. No podía contarles nada sobre eso. De regreso a su casa, mientras caminaba por entre la lluvia sin importarle nada, pensó si aquello era lo correcto.

O un simple chantaje de Obake.