I'm brOKen (TaeNy)

Viaje apresurado

DISCLAIMER: La historia le pertenece a Xiknxan, yo solo la adapto al TaeNy.

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Capítulo 16: Viaje apresurado.

MARTES 6 DE NOVIEMBRE, PARIS.

TIFFANY POV

-¡Esto es imperdonable!- el grito de mi padre estremecía hasta mi interior.

-Señor, le prometo que no volverá a suceder una cosa como esta.- excuso preocupada Erika, parada justo detrás de mí.

-¡Ella es tu responsabilidad carajo!- grito y golpeo su escritorio enfurecido. Mientras yo que estaba sentada frente a él me encogí de hombros, nunca había visto a mi padre tan enojado como ahora.

-Lo sé... perdón señor.- pude sentir la culpa de Erika.

-Padre, no seas tan duro con ella. Todo fue mi culpa.- le dije intentando calmarlo un poco.

-Escúchame Tiffany. Ella es quien debe protegerte no importando cuanto te arriesgues, ¡porque para eso le pago!-

-Pero es que es injusto. Yo le ordene que me dejara sola y ella aun así me siguió de cerca.- intente explicar la situación.

-Señor Hwang, asumo toda responsabilidad.- Erika se acercó un poco más hasta quedar a mi costado.

-Si le hubiese llegado a pasar algo a mi hija, ¡en estos momentos estarías muerta!- le hablo mi padre secamente.

-¡No hable así padre!- dije levantándome de la silla. No podía dar crédito a sus palabras, definitivamente ese no era mi padre. Pero de todas maneras tenía que menguar la discusión, porque no lo arriesgaría a que sufriera un infarto. -Por favor, míreme, estoy bien.- le dije sonriendo. -Y todo es gracias a Erika. Ahora aprendí mi lección y no me expondré gratuitamente.-

-Esta es la primera y última vez que permito un error así.- dijo el un poco más calmado. -Para la próxima, usted Erika, puede hacer las maletas sin que se lo pida.- le sugirió el de manera muy seria.

-Claro señor...- le contesto mi guardaespaldas. En ese instante, la luz del teléfono de mesa de mi padre comenzó a palpitar. El sin quitarle la mirada a Erika contesto.

-Dime...- dijo fríamente. -Ok, hazlo pasar por favor.- sin más palabras colgó. -Ahora tengo una reunión muy importante, así que por favor...- indico con su mano que nos teníamos que retirar

-¿Cuando le volveré a ver?- pregunte.

-Aun no lo sé... por ahora cuídate hija, recuerda que eres todo lo que tengo y no quiero imaginar que algún día te perderé.- me beso en la frente y nos dio la salida.

Cuando iba saliendo de la elegante oficina de mi padre ubicada cerca del barrio Saint-Germain-des-Prés choque el hombro con el cuerpo de un hombre alto, casi tanto como Erika, que lucía un elegante traje y zapatos italianos. Tenía el pelo tan blanco como la nieve y un bigote que estaba perfectamente ubicado entre su nariz y su gruesa boca.

-Perdone señorita.- me dijo clavándome unos ojos marrones escasos de sentimientos. Lo que me provocó un ligero estremecimiento.

-Disculpe usted.- le dije reverenciándome rápidamente, fue ahí que me di cuenta de que cargaba un maletín en su mano.