I'm brOKen (TaeNy)

Cumpleaños Feliz - Parte 2

DISCLAIMER: La historia le pertenece a Xiknxan, yo solo la adapto al TaeNy.

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Capítulo 22: Cumpleaños Feliz - Parte 2

TIFFANY POV

Lentamente comencé a calmarme. Recupere mi respiración habitual y la sangre volvió a mi cara. Acababa de ver a Taeyeon en medio de la multitud y acto seguido cada centímetro de mi cuerpo reacciono quedándose inmóvil. Intenté con todas mis fuerzas moverme, seguir hablando. Pero lo único que conseguía era seguir mirándola. Ella sonreía complaciente, supe que disfrutó ese momento y eso me partió el corazón.

-Tiffany traeré un poco de agua.- me dijo Erika. Yo lentamente comencé a observar a mí alrededor.

No tenía ni idea que hacía en esta habitación. No era muy grande, había tres sillas elegantes y un gran sillón largo completamente blanco. En una de las sillas me encontraba yo. Había un par de ventanas que dejaban entrar la agonizante luz anaranjada de un atardecer. Y algunas plantas adornaban el lugar.

-¿Tiffany estas mejor?- esa dulce voz pertenecía a la mujer de Yoona. Entonces clave mis ojos en ella.

-Creo que si.- dije mareada.

-Erika fue por un vaso con agua.- me aviso, inclinada frente a mi.

-Gracias.- susurre mientras miraba por la ventana como el sol le daba paso lentamente a la noche.

-Todo estará bien.- me dijo ella consolándome, lo cual aprecie mucho.

-Eres muy dulce.- le comenté.

-Voy a ver a Erika.- dijo poniéndose de pie. -No tardo.-

-Claro.- Una vez que la vi salir de la habitación apoyé mi cabeza en el respaldo de aquella silla y cerrando mis ojos. Suspire profundamente, mientras me maldecía en silencio. "Como es posible que no pueda mantener la cordura, esto no puede seguir así".

Un aroma a rosas me golpeo la nariz. Lo que me hizo volver a abrir los ojos. Y frente a mi había una hermosa rosa roja, sostenida por una delgada mano que se perdía a mis espaldas, justo detrás de la silla.

-Erika...- dije sonriendo al ver como intentaba subirme el ánimo.

-Hola rubia.- la voz que escuche nuevamente me congelo el alma. No se trataba de Erika, ni Seohyun. El corazón comenzó a dolerme por la fuerza de su palpitar. -Lamento decepcionarte.- dijo pasando por un costado, para ponerse de cuclillas frente a mí.

Inmediatamente sentí su indescifrable mirada como agujas de hielo sobre mí. Esos ojos azules me observaban sin emociones. Comencé a sentir nuevamente que el cuerpo me fallaría, que el oxígeno escaseaba, que mis músculos se contraían. No era capaz de hacer nada más que mirarla.

Vestía un elegante vestido negro, que dejaba al descubierto completamente sus hombros y de seguro también su espalda. Su cabello negro estaba perfectamente alisado y montado sobre su hombro izquierdo. Era como tener frente a mí a una princesa, no podía negar que su belleza me atemorizaba más de lo que ella puede imaginar. Aun sostenía aquella rosa en sus manos.