Magia, otra vez - Caché [Terminado]

Arena.

4 meses después....

Angel.

Flashback.

Todo era tan improvisado, pero tan genial a la vez, Daniela, se había encargado de hacer una pequeña recepción sencillamente espectacular.

Me encontraba en la mesa junto con Matu y Daniel, hablando lo felices que se veían nuestras amigas, cuando la pequeña Luciana llegó hasta dónde me encontraba sentada y se sentó en mis piernas. Esta pequeña se había convertido en la adoración de todos, tanto que Matu y yo hemos pedido que la semana siguiente se quede en casa.

Fin Flashback.

°°°°

Poché.

Le hacía el amor a Daniela, era la última noche en esta isla en Grecia, y hemos decidido despedirla de una forma salvaje.

En un pequeño espacio cerca a la playa se encontraba una cama, de la cual colgaban algunas telas finas en color blanco, habían pasado cuatro meses y el regreso a casa era al día siguiente.

Daniela se encontraba atada de manos, totalmente desnuda y con la expresión más sexy que jamás le había visto, llevábamos unas tres horas haciéndolo y el tiempo simplemente parecía congelado.

— Amor, necesito que me hagas gritar, pero ya. —Ordenó.

Mordí mí labio y me arrodillé frente a ella, abrí sus piernas y empecé a estimular su clítoris, llevé mí lengua a su entrada y en simultáneo empecé a hacer mí trabajo, ella acariciaba sus senos con un salvajismo que me tenía totalmente mojada. Con agilidad ubicó su pie en mí entrepierna y empezó a hacer presión, me fue imposible no empezar a jadear con pesadez, después de un rato de gemidos descontrolados por parte de ambas decidí unir nuestros cuerpos, me ubique encima de ella provocando que nuestros centros húmedos hicieran contacto, simulando la explosión de una galaxia entera entre mis piernas.

°°°°

Habían sido cuatro meses solo de Daniela y yo, disfrutando del amor y de las pequeñas maravillas del mundo, habíamos recorrido algunas partes en Colombia, luego habíamos viajado a París y por último nos habíamos aislado del mundo durante las últimas dos semanas en esta hermosa isla en Grecia.

Estaba feliz, plena y llena de una paz increíble, ya extrañaba a mí familia y se que Calle también, desde que decidimos partir de Las Vegas habíamos apagado los celulares y no supimos nada de nadie durante todo este tiempo, mañana era nuestro regreso y confiabamos ciegamente en las personas que habíamos dejado a cargo de todos los negocios.

André y su hermano ahora hacían parte del cuerpo de seguridad de Valentina y Matu, quienes eran la cabeza visible en nuestra ausencia.

Con respecto a la comunidad habíamos decidido empezar por construir un centro especial para los niños y abuelos de la calle, donde puedan vivir, recibir amor y sentir ese calor de hogar que tanto faltaba. Nuestros padres decidieron aportar una cantidad mensual para ayudar con nuestra causa, por lo cual creamos una fundación, la cuál inauguraremos a nuestro regreso.

Debo admitir que he extrañado demasiado a Angel, ella es como esa figura materna que me ha hecho un poco de falta, aunque adoptó la edad de veintisiete años, tiene la sabiduría de un anciano y la mentalidad de una niña de cinco años. Extraño las conversaciones profundas y aún más las estúpidas, digamos que ella es parte de nuestra alma y por alguna razón no he podido sacarla de mí mente.