Magia, otra vez - Caché [Terminado]

Tiene un Angel.

Después de esa noche todo mejoró, la vida de ambas recuperó parte de su significado y todo lo que estaba mal ubicado, regresó a su lugar.

María José esa noche tomó las riendas de su vida y en frente de su familia y amigos de toda la vida, le pidió a Daniela que volvieran a ser una familia, esa familia sólida y llena de valores que empezaron a forjar desde que eran unas jóvenes de veintidós y veintitrés años, Daniela lloró, pero entre esas lágrimas llenas de cualquier cantidad de sentimientos le pidió perdón y prometió delante de los presentes que jamás permitiría que algo las volviese a alejar. Recuerdo la frase que utilizó, aún me retumba en la cabeza.

"Los sueños son eso, sueños. Nunca permitamos que los sueños sean obstáculos para amar, pero tampoco permitamos que amar sea un obstáculo para soñar. Amar soñando y soñar amando es lo mejor que le puede pasar al ser humano"

Esa noche fue mágica, Poché quiso recrear aquel primer cumpleaños junto a su esposa y después de una cena muy especial la montó en su moto y salieron a rodar por las calles solitarias de Las Vegas, pero primero se aseguraron que Angel no las haría caer.

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Daniela y María José fueron unas increíbles anfitrionas en el evento contratado por Danna Paola, quién se enteró por medio de la prensa que Caché volvía a ser real, una decisión tomada por Matu y Angel, quienes filtraron la información a algunas revistas y programas de farándula.

Daniela viajó el sábado siguiente a New York acompañada de María José Garcés, mientras sus esposas organizaban una escapada familiar en una finca que era todo un misterio de Angel. Estarían todos juntos en tres días más, pero está vez en la ciudad de Cartagena...

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Poché.

— Me tiene estresada el calor y más aún el hecho de que no tengo idea a dónde vamos. —Me quejaba por milésima vez, nadie de los que viajamos a la ciudad amurallada tenía idea de a dónde nos estaba llevando Angel, todos tenían teorías conspirativas, que para mi no causaban ni gota de gracia.

— Estás tan fastidiosa enana. —Respondió Angel al volante.

— Ella está estresada porque no tiene a Calle al lado, eso es lo que le pasa realmente. —Daniel decidió que su comentario era apropiado. Rodeé los ojos.

— Llegamos, se pueden bajar. —Habló Angel, mirándome fijamente.

— ¿Cuándo llega Daniela? —Pregunté, cuando todos se habían bajado del auto.

— Daniela y Matu llegarán esta noche, relájate. Sé que no te gusta el calor, pero intenta distraerte. Estoy segura que esté lugar te va a encantar. —Guiñó y se bajó. Suspiré profundamente y sujeté a Abril quien dormía en mis piernas, la acomodé mejor y bajé.

Caminé un poco hasta que llegue al enorme portón, un montón de recuerdos viajaron desde mí estómago hasta mi cabeza, sentía ganas de vomitar, de desmayarme y de llorar.

— Este lugar fue el primero que escogí para que empezarás a soñar. Todo esto es tú destino, el destino de ambas. —Las manos de Angel se posaron en mis hombros, puedo jurar que estaba pálida.

— Ven, te ayudo con Abril, ustedes entren las maletas. —Daniel tomó a la niña y se la llevó al interior del lugar.