Plan en marcha.

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Daniela.

— ¿Dijo eso? —Le pregunté a Matu mientras observaba la ciudad desde mi oficina en el piso once del casino.

— Si, debes estar el viernes allá. La reunión es el sábado al medio día, es indispensable, se trata de uno de los socios más importantes que tienen en Colombia y este, reclama tu presencia. —Me explicó Matu. La verdad lo había entendido todo desde la primera vez que lo mencionó, pero me encontraba en shock, solo pensaba que por fin la volvería a ver después de unos tres largos años de ausencia mutua.   

— Pues prepara maletas porque tu viaje a Colombia se adelantó, vienes conmigo. Comunicale a Amalia que estará a cargo de todo durante nuestra ausencia y a Sebastián dile que cancele todas mis reuniones la semana que estaremos allá, aprovecharé para pasar tiempo con mi hija, la extraño demasiado. —Dije y en ese momento entendí que vería a mis dos chicas, a las dos mujeres más importantes de mi vida.

Desde que nos habíamos separado jamás habíamos hablado nada de divorcio, legalmente aún éramos esposas y era, para mi, la única esperanza existente. No sabía nada de la vida de Poché, cada que intentaba preguntarle algo a Abril me respondía lo mismo, "Mamá, toma el celular y llamas a mi mami y le preguntas lo que quieras a ella". Mi hija es muy astuta, es una mezcla exótica entre María José y yo, picardía, seriedad, inteligencia y maldad, eso último creo que lo adoptó de Angel, al igual que el sarcasmo. Lo maneja a la perfección.

— Gracias, porque también muero por ver a mi esposa y a mi hijo, aunque también extraño a Poché y al terremoto de tú hija. Es un dulce. —Afirmó Matu y sonreímos. Todos éramos concientes de el fuerte carácter y marcada personalidad de Abril.

— Necesito que vayamos esta noche a buscarle un regalo, uno solo, pero que cumpla con todas las espectativas. ¿Se te ocurre algo? —Pregunté.

— Pues sólo hay una opción, llama a Poché y pregúntale. —Soltó la chica tatuada.

— Tan chistosa. —Torcí el gesto.

— Deberías aprovechar y hablar con Poché, ella jamás ha podido o querido, no sé, rehacer su vida y tú, bueno, tú no te atreves a tener sexo con alguien más, sales huyendo porque encuentras su rostro en cada cuerpo. —La verdad había salido de sus labios, una verdad que me dolía. Me dolía porque es mi culpa que el amor de mi vida no esté conmigo hace cinco años y hace tres no sepa nada de la chica de ojos oliva que era dueña de todo mi ser.

— No lo sé, ¿Y si ya está con alguien? ¿Si ya no me quiere? ¿Qué? —La miré con un poco de angustia y nerviosismo.

— No tiene a nadie, Angel, me cuenta cosas. —Resopondió con la mirada en el computador— Armate de valor, ya basta de tanta estupidez. Juan Carlos murió y fuiste tan cobarde que ni llamaste a María José para darle las condolencias, crees que ella te odia y resulta que lo único que Poché ha hecho es hacerse a un lado para que tú cumplas un sueño, un sueño que cumpliste y que no te hace feliz porque de nada te vale tanto éxito si la única mujer que has amado está a miles de kilómetros de ti junto con tú hija. Eres una egoísta y cobarde, solo espero que el día que quieras corregir tú error no sea demasiado tarde, porque lastimaste e hiciste sentir nada a la única mujer que te ha amado sin interés alguno, a la única que es capaz de darlo todo por ti y con todo eso también hiciste a un lado a tú hija. Las alejaste haciéndolas y haciéndote infeliz.   —Para cuando terminó de hablar el rostro de Matu estaba algo rojo y su expresión indicaba enojo.

— Cállate, tú no tienes derecho a opinar sobre mis decisiones, tú no sabes nada de lo que yo siento o pienso. —Caminé hacía la salida siendo detenida bruscamente por un jalón en mí brazo.

Magia, otra vez - Caché [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora