Tus ojos.

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Unos días después.

Poché.

Una pequeña cuna adornaba nuestra habitación, me había rehusado rotundamente a dejar a nuestra bebé en la suya. Yo ni siquiera puedo describir cómo me he sentido estos días, siento que el amor que acumula mi corazón no me cabe en mí cuerpo, hay momentos en los que simplemente me pierdo observándola observando sus gestos, sus manitos y como mueve sus piecitos, observándo lo divina que se ve hasta cuándo está llorando, debo admitir que tengo una fascinación demasiado fuerte por mi hija, me gusta, en las tardes cuando el sol se pone sentarme en el balcón con ella en mi pecho y simplemente dejar que corran las horas, la amo y no sé si sea posible alcanzar un nivel de amor más alto, estoy en esos momentos de la vida en el que la tranquilidad y la paz son reinantes. Confesaré que a veces me molesta que vengan a visitarnos porque quiero a mi esposa y a mi hija sólo para mí, me encanta en las mañanas luego de ayudar a bañar Abril, sentarme en la orilla de la cama y observar como Daniela la amamanta mientras le canta, es de mis cuadros favoritos en la vida.

Hoy es nuestra primera tarde solas solas las dos, Abril y yo, Daniela debe asistir a una cita con Isabel para revisión general y muy valiente le pedí quedarme sola con mi hija, ella insistía en que debía llamar a Valentina o Angel para que me hicieran compañía, pero me negué es el tiempo y el espacio que tendré con mi hija y sólo quiero estar con ella y que nadie más me distraiga.

Armé una pequeña cuna en el enorme sillón de la sala, busqué algunas caricaturas, las coloqué y aunque Abril aún no abre sus ojos sé que puede escuchar perfectamente lo que sucede a su alrededor, reconoce la voz de su mamá, reconoce mi voz, reconoce la voz de sus abuelos y de sus tías, incluso es sorprendente como se inquieta cuando escucha la voz del pequeño Aba, tengo la sensación de que serán muy buenos amigos.

La tenía recostada en mi pecho en una posición totalmente cómoda y donde yo tenía la capacidad de verla por completo, estaba perdida en sus gestos, en sus manitos, en su boca es raro, pero tiene unos labios muy delgaditos muy parecidos a los de Daniela y en definitiva sus cejas son mías, es confuso decir o siquiera pensar que alguien, que un ser tan pequeñito que apenas nació tenga algo tuyo, tenga una parte de tí algo que te caracteriza, espero que como dice Daniela no sea tan chiquita como yo.

Me quedé perdida en su en su piel suavecita, el su carita es divina, tiene unos bracitos gorditos y esa ropita que le había puesto Dani la hace ver como una muñeca. Mí hija es especial, es el amor de todas mis vidas, es la razón de mi existencia, es la razón y la fuente más grande de felicidad en nuestro hogar; de un momento a otro algo muy raro pasó y no sé cómo lo voy a explicar, lo voy a intentar, pero llevo casi una hora llorando.

Su manita se agarró fuertemente de mi mano y sentí esa necesidad de cantarle algo, mi voz no es perfecta como la de Daniela, ella tiene voz de ángel y yo tengo más bien una voz de tarro, pero bueno empecé a tararear una canción y poco a poco le empecé a cantar un poquito más, mí voz era muy suave, intentaba no hacer tanto ruido para no asustarla, simplemente quería arrullarla, quería hacerla sentir bien de un momento a otro sus párpados empezaron a separar muy despacito yo quedé sin habla quedé totalmente muda y congelada, literal no me podía mover simplemente la observaba. Todo a mi alrededor desapareció sólo eran mis ojos clavados en su rostro y en ese intento de Abril de poder abrir sus ojitos, fue un proceso muy lindo, mis lágrimas empezaron a brotar y un hilo delgadito entre sus párpados mostraba sus ojitos y sólo pensaba en mamá, le decía que era tan lindo experimentar todas estas cosas y que ya entendía todo el amor que ella nos tenía a Valentina y a mi, ya podía entender y sentir su corazón de madre, le agradecí a ella, a la vida a Diosito y a todo por permitirme vivir este momento yo sé, que quizás Abril no es consciente de lo que está observando quizás mí hija solo ve algunas diminutas ráfagas de luz, pero poder ser yo la persona que experimente esto nuevo para ella y para mi es indescriptible, lo único que alcancé a hacer fue tomar mi celular enfocarlo y tomar la fotografía, la primera foto que me había atrevido a tomarle a mi hija fue ese día sentadas en el sillón de la sala con el ruido de las caricaturas de fondo, con sus ojitos a medio abrir, con la tranquilidad que ella emanaba y con su manita aferrada a la mía acto seguido abrir el chat con mi esposa y se la mandé.

Magia, otra vez - Caché [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora