-No me acuerdo demasiado, pero si, ¿okay? yo estaba ahí, y fue...fue malditamente horrible, solo se escuchaban los gritos de Carla y básicamentequedé hecha hielo, el se acercó a mi, me gritó y me levantó del suelo, me dijo que por que estaba escuchando conversaciones ajenas y después solo sentí mi cuerpo chocar contra el piso, perdí el equilibrio y cuando me recompuse los vi. Y si lo hizo, bueno, casi, Samuel casi mata a su propio hermano, justo frente a los ojos de casi todo el colegio. Pero hay varias versiones de la historia.
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Sara Después de quedarme hablando con Ander y bailar un poco con gente que no conocía, comencé a divagar por el lugar, mientras acomodaba mi vestuario de esta noche, caminé hacia la barra y pedí un trago. Mientras esperaba me apoye sobre uno de los asientos, los pies me dolían demasiado, sentí un vaso apoyarse sobre la mesa y simplemente le sonreí a la linda chica que me lo había servido, tomé un trago largo, sintiendo como el líquido pasaba por mi garganta, generando varias emociones en mi.
Narrador omnisciente
Sara estaba completamente ida de su cuerpo, su enorme y blanca sonrisa podría iluminar hasta los universos más oscuros y fríos. Su mejor amigo, extrañado, nunca la había visto tan así, pero hizo caso omiso porque el alcohol corría por sus venas al mismo tiempo que su corazónbombeaba sangre. Desde que ese trago tocó los labios de la chica. Diez minutosdespués, comenzó a tener mareos, su cabeza dolía, demasiado, tanto que pensó varias veces en irse. Quince minutos después la música retumbaba en su cabeza, y ella comenzaba a ver colores donde no los había, aunque todavía no lo notaba puesto que la fiesta estaba demasiado oscura. Veinte minutos y Sara comenzaba a ver como las caras de sus amigos se deformaban, estrellas por todos lados, sin embargo pensó que era por el calor y encierro que había en el lugar. Treinta minutos, subió las escaleras casi moribunda, tratando de buscar un baño, abrió varias puertas, dejando ver a parejas casi desnudas y otras en pleno acto, pero estaba demasiado ida como para notarlo. Cuarenta minutos después; Sara salió de la enorme casa, comenzando a caminar hacia la calle, con su pollera y una pistola de mentira agarrada de esta, su mente seguía volando y el frío que pegó de repente en su cuerpo, no ayudaba. Caminó unos pasos, se quedó mirando lo que pasaba frente a ella, una chica rubia, un moreno, sintió el vómito correr por su garganta y expulsó todo sobre el césped de una de las veredas, pero cuando se levantó, alguien estaba frente a ella.
