LOVERS | élite

013: Lovers

-¿Por que mierda estoy acá devuelta?

-Porque vos estabas con Guzmán cuando desapareció Samuel, Sara.

-¿Y eso que tiene que ver?

-Creemos que Guzmán es uno de los sospechosos, y por ende, vos también.

-No me jodas.

Sara
Salí del lugar rápidamente, Lucrecia ya se quería ir y no estaba muy de buen humor, cuando lu esta enojada, es mejor simplemente callarse y seguirle el paso.
Ambas nos adentramos en el auto, ahí fue cuando la miré unos segundos, mientras se acomodaba en el asiento trasero, apoyando su mejilla contra el mismo y mirándome a mi. Yo solo me limité a sonreírle y agarrar su mano, entrelazando nuestros dedos y sintiendo esa corriente eléctrica viajar por toda mi médula espinal, las mariposas, absolutamente todo, un huracán en mi sistema.
A veces es difícil aceptar las cosas, a veces solo no quieres ver la realidad. Eso me pasó al principio, en nuestro primer abrazo, sentí como de repente cuando estaba ella comenzaba a temblarme todo el cuerpo, mis manos sudaban y mi mente se quedaba completamente en blanco, para después decir cualquier tontería.
Si bien fue difícil aceptarlo y entender que era lo que estaba sintiendo, lo sentía y ese era el punto. Esa sensación de que ya no estás sola, la sensación de alegría que te da cuando la vez sonreír y la sensación de angustia cuando la ves mal. Una montaña rusa.
Pero no puedo explicar lo que es el amor, o enamorarse. Porque cada uno lo siente diferente, y yo, yo solo siento amor cuando estoy cerca de ella, me siento libre; de mi papá, de mis tareas y de mi misión. Por primera vez en años me sentía feliz y completa, y si, estoy enamorada de una chica que es prácticamente mi mejor amiga, pero ella solo me ve como su amiga y eso me rompe el corazón.

-Me gusta que nunca dejes que nadie te pase por arriba, me gusta mucho eso de vos.- Vi sus ojos brillar y eso solo me incitó a abrazarla, dejando mi cabeza en su cuello mientras levemente pasaba mis uñas de acrílico por su espalda.

-Sara...- sentí la voz de Lucrecia temblar, nunca había visto a Lu nerviosa, era un don de ella, pero sin embargo ahora estaba demasiado nerviosa.

-¿Si?.- la miré y ella me miró, nos miramos, yo esperando una respuesta y ella perdida en mis ojos o en algún lugar del auto.

-Creo que te quiero.- hice un pequeño puchero con mis labios y sonreí tiernamente mientras le daba un leve besito en su frente.

-Yo a ti te quiero más, me encanta lo unidas que somos ahora.- lu iba a decir algo más pero simplemente de calló al ver que habíamos llegado a su casa, ambas bajamos y yo entré a la casa detrás de ella.
Luego de unos minutos ambas estábamos en la cama, era tan enorme que cabiamos perfectamente sin siquiera tocar alguna parte de nuestros cuerpos, ambas miramos al techo, pero desvíe mi vista hacia ella, apreciando su hermoso perfil.