020: Juntos.

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La respiración de Sara era normal, no emitía palabras y miraba a la puerta del ascensor esperando a que se abra

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La respiración de Sara era normal, no emitía palabras y miraba a la puerta del ascensor esperando a que se abra. Tratando de pensar un poco mientras miraba el folleto que el doctor le había dado, parecía como si todo fuera un Deja vu. La historia se repetía unos tres años después, y parecía ir todo igual que antes.



"TRASTORNOS ALIMENTICIOS

ANOREXIA
Miedo real y desmesurado a engordar. Imagen distorsionada del propio cuerpo.

SINTOMAS

Depresión, aislamiento, baja autoestima, distorsión de la imagen corporal, insomnio e hiperactividad.

Piel seca y fría, vellos en brazos, cara y espalda. Lento desarrollo físico y social.

Estrictas reglas alimenticias, ayuno, extrema rigidez en rutina de ejercicios."



Sus manos comenzaron a temblar, recordando cada una de las cosas que había hecho los meses anteriores, aunque tenía muy mala memoria. Las veces que después de correr kilómetros se encerraba a ejercitar en su habitación, la comida empezaba a asquearla y tenía ganas de vomitar de tan solo ver algo de eso, su piel estaba seca y agrietada, se veía al espejo y se sentía fea, insuficiente, pensando en las cosas que podría hacer si no tuviera este cuerpo, si no fuera la persona que era. Estaba tan ocupada pensando en lo tóxica que era su relación con la gente a su alrededor que había olvidado por completo la relación tóxica que llevaba consigo misma. Sintió sus mejillas empaparse, sus piernas flaquear, pero no se dejó caer. Se recostó en una esquina mientras miraba al espejo frente a ella, claro que lo había notado, pero le daba pánico mirarse. Mirar esas grandes y oscuras ojeras, los huesos de sus manos marcarse más de lo normal, como su vista y su cabeza estaban recaídas. Vio a una persona que nunca habia visto antes, mas destruida que nunca.

Las puertas del ascensor se abrió, entró un chico, la vista de sara, quien tenía la mirada baja y el gorro de su campera puesto sobre su cabeza, se fueron hacia el folleto del chico, sin poder leerlo, sonrió pensando que los médicos aconsejaban a todos y regalaban folletos, como si fueran carteles que dicen la clase de enfermedad que tenes a todo el mundo. El chico estaba cabizbajo, nervioso y con ganas de llorar, la chica habia notado esto ultimo por como movía su pierna izquierda, de un lado al otro, pero lento. Ella hacía lo mismo cada vez que sentía como las lágrimas iban a salir.

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