EPILOGO.

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Las valijas estaban siendo arrastradas por el suelo de el aeropuerto internacional John F. Kennedy, la sonrisa de Sara era ancha, pero cada vez se ensanchaba mas al ver como su novia la esperaba, sentada en una de las sillas de la sala de espera. Una vez frente a ella, viendo como el aeropuerto estaba todo decorado por las fechas navideñas que se acercaban, los vidrios reflejaban el paisaje detrás de ellas, casi todo completamente blanco por la nieve que caía del cielo.

-Nueva York te sienta bien.- dijo Sara, mirando a Lucrecia, quien no se había enterado de la presencia de la chica y miro hacia arriba con sorpresa, sintiendo como su pecho explotaba de felicidad.

-No sabes cuanta falta me hiciste, estoy muy feliz de que estés aquí conmigo de nuevo.- habla Lu, parándose de su asiento y abrazando a su novia con entusiasmo, mientras Amanda, mamá de Sara estaba detrás de ellas dos, bastante mas lejos.

-Ya estoy acá, preparada para empezar juntas, de nuevo.- dice Sara, mirándola con una sonrisa, mientras ambas se agarran de la mano y comienzan a caminar hacia afuera del aeropuerto, ajustando sus abrigos y saliendo al frio clima de Estados Unidos.





5 AÑOS DESPUES.





-Cuando ambas nos conocimos, éramos la peor versión de la otra, tanto iguales como diferentes en millones de cosas. Sin querer conocernos, nos encontramos, nos escogimos y nos enamoramos, en medio de todo nuestro desastre, en medio de todos nuestros líos. Los años pasaron y seguíamos completamente negadas a que haya algo mas a una relación poco afectiva, hasta que por una vez en mi vida fui valiente, fui lo suficientemente valiente por ambas. Y ahora, después de casi ocho años de conocernos, seis años de pedirte que seas mi novia, cinco años de vivir juntas y tres años de pedirte matrimonio... hoy, después de todo te vuelvo a pedir algo, te pido que me acompañes para siempre, hasta que nuestros pies ya no puedan caminar, hasta que nuestros ojos ya no puedan ver y hasta que la voz no salgan de nuestras bocas. Acompáñame a reír, a llorar y a ser feliz. Acompáñame a amarte por el resto de nuestras vidas. Te digo gracias, por los años vividos y gracias por los que nos quedan de vida juntas. Gracias por enseñarme que amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntas en la misma dirección. Hoy te pido que digas que si, una vez mas y te digo de nuevo, que te amo, te amo por encima de todo aquello que no podemos ver y lo que si, te amo por encima de lo que no podemos conocer. Te amo y te amare eternamente, hasta que mi vida termine y mas.- dijo Sara, mirando a su prometida, vestida de blanco, mientras sentía como su interior lloraba de felicidad. En una mirada rápida visualizo a todas las personas que habían sido importantes en su vida, primeramente su madre, y sus dos mejores amigos, sonreír con lagrimas en los ojos. Y volvió a mirar a Lucrecia, quien estaba tomando el micrófono para hablar.

-Coelho dijo "Cuando amamos, siempre nos esforzamos por ser mejores de lo que somos. Cuando nos esforzamos por ser mejor de lo que somos, todo a nuestro alrededor se vuelve mejor" y nunca tuvo tanto sentido como el día que te conocí. Mi pequeño mundo de color negro tomo un cálido color en el segundo en el que me di cuenta que realmente estaba enamorada de ti. Y fue difícil, todo el trayecto que pasamos hasta llegar hasta aquí, perdiendo amigos y personas, pero lo importante es que nunca nos perdimos a nosotras mismas. Aun recuerdo esa noche, en la que me acobijaste en tus brazos y me dijiste que caeríamos juntas si hiciera falta, en la que me dijiste que éramos nosotras dos, contra todo y todos. Recuerdo todo lo que hiciste por mi, y basado en eso te digo que si tuviera que volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte mucho antes, pero no cambiaria nada de las maravillosas cosas que pasamos juntas. Me salvaste mil y una veces, incluso sin darte cuenta, incluso con una simple sonrisa. Hoy te digo gracias, gracias por ser tan vos, gracias por amarme increíblemente a tu manera. Gracias por permitirme amarte con locura.- dijo Lucrecia, para luego soltar varias lagrimas mas y abrazar a su novia, con el corazón a mil por hora, con sus piernas sintiendo flaquear y enredando sus manos en el cuello de la chica un par de meses mayor que ella.

-Bienvenida a tu destrucción, cariño.- dice Lucrecia en su oído, mientras ambas estaban sentadas, mirando a toda su familia ya amigos juntos, bailando en la pista de baile. Sara solo rio y dejo un beso en su frente, para después mirarla a los ojos.

-Amar es destruir, y ser amado es ser destruido. Así que acepto mi derrota, esta y todas las noches que nos quedan por vivir. Acepte mi derrota el día que me di cuenta que estaba enamorada de vos. Ya te contaré esa historia... tal vez.- Sara con una sonrisa agarro la mano de la chica,  acariciándola con lentitud mientras miraban sus anillos con una sonrisa. Luego de unos minutos ambas se levantaron y fueron con todos a la pista de baile, desde el momento uno todos sabían que ellas iban a ser las primeras en formar una familia, en unirse de esta manera, pero sin duda su amor sobrepaso los limites de las expectativas, se veían tan felices, tan puras.

Y entre llantos, risas y mucho amor ellas terminaron su noche, esa noche que habían esperado mucho tiempo, junto a sus personas favoritas, junto a las personas que mas amaban, terminaron uno de los capítulos de su vida y empezaban uno nuevo, libres, felices y amadas. Amándose, curándose las heridas del pasado. Aprendieron mutuamente, pero por sobre todas las cosas aprendieron que el amor es amor, que el amor es aprender a sobrepasar las dificultades que pone la vida en el camino de ambas personas, apoyarse mutuamente. 

Es amarse incluso después de la muerte, por que no se ama con el corazón, se ama con el alma.


LOVERS | éliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora