Capítulo veintinueve.

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Después de horas de tratar de explicar a nuestro padre lo que sucedió, nos rendimos en un intento fallido de que nos crea.

¿Piensa que nos volvimos locos?

Si soy sincera, a esta altura ya me había acostumbrado a la incredulidad.

Estamos castigados por una semana.

Flashback

Nos encontrábamos sentados de un lado de la mesa: Luke, Oliver y yo. Mientras del otro lado estaba mi padre junto con los vecinos.

-A ver si entendí bien. -La madre de Oliver habló- Fueron a un concierto nocturno, se encontraron con Tyler, quien estaba siendo maltratado y todos terminaron huyendo de la maltratadora. Luego, caminaron por un misterioso pasillo que ¡oh casualidad! daba a un salón lleno de neonazis ofrecedores de trabajo de camareros. Tomaron el puesto pero también escaparon de ahí, y para hacerlo, robaron un auto.

Todos asentimos.

Hubo un silencio momentáneo, se miraron entre ellos durante unos segundos y estallaron en carcajadas.

-Sí que tienen imaginación, ahora cuenten. ¿Qué pasó realmente?

Nadie contestó.

-Si no dicen la verdad, su castigo será más largo.

Seguimos sin responder. ¿Qué podríamos decir? No nos creerían de todas formas.

Y así es como nos quedamos sin salidas.

La siguiente semana pasó con normalidad, nos aburrimos un poco. Oliver y su hermanita vinieron todos los días para hacernos compañía.

Mi padre se encuentra cocinando a unos metros de mí, yo estoy sentada en el taburete.

-¿Ya definiste qué vas a estudiar luego de terminar la preparatoria? -pregunta.

Me encojo de hombros. No sé lo que la otra Amelia desea estudiar. No quiero elegir y empezar una carrera que ella deba terminar, o que deje por la mitad cuando vuelva.

Porque en algún momento voy a volver a mi mundo y ella al suyo. ¿Verdad?

Quizás debería empezar a pensar en quedarme aquí. Por ahí volveré a mi realidad cuando sea anciana y viviré toda una vida aquí.

O tal vez nunca vuelva.

Lo peor es que, elija donde elija estar, siempre voy a abandonar a alguien que aprecio.

Si me quedo, no volveré a ver a mi familia y amigos de mi anterior realidad. Si me voy, no volveré a ver al Luke de aquí, a mi padre, Oliver, Francis y todas las personas que he conocido en este tiempo.

¿Me quiero despedir de ellos?

¿Deseo volver a una realidad en la que el control lo poseen los hombres? Donde tengo miedo a caminar sola de noche por la vereda de mi casa temiendo que algo pueda sucederme por ser mujer.

¿Quiero quedarme?

En un lugar donde no me puedo vestir como me gusta sin ser llamada "marica".

De todas formas, eso no depende de mí al parecer. Lo mejor será estudiar lo que tenga ganas, vivir el momento. Y si la otra Amelia vuelve, tendrá un título de una carrera ya formada.

Aunque no sepa nada.

Decido contestarle a mi padre lo que a mí me gustaría estudiar.

-Música.

Él se cruza de brazos, distingo sus uñas largas hechas, pintadas de rosa.

-¿Música? ¿Desde cuándo te interesa?

-No lo sé, pero quiero hacerlo.

-Vi que te compraste una guitarra, ¿te has dado cuenta que te gusta luego de hacerlo?

-Supongo.

-Está bien. ¿Ya sabes dónde estudiarás? ¿Aprendiste a tocarla? Quiero escucharte hacerlo luego si no te molesta.

Su entusiasmo me causa gracia. ¿Habrá la otra Amelia mostrado algún interés en continuar estudiando antes?

¿Mi padre estudió algo?

-¿Te gusta tu trabajo? -siento curiosidad.

Mi pregunta lo toma por sorpresa. Se seca las manos en su delantal, toma asiento y me mira de lado.

-Un poco, a veces tengo ganas de renunciar pero necesito trabajar para darles de comer.

-¿No has pensado en renunciar, o cambiar de empleo?

-No es tan fácil conseguir otro puesto a esta edad, por eso es importante que estudies.

-¿Has seguido alguna carrera?

-No. Terminé el secundario y comencé a trabajar en un local de ropa, después de años, me pasé a secretario en marketing de revistas.

-¿Cambiarías lo que hiciste si pudieras volver en el tiempo?

-Una vez quise meterme en un colegio industrial en el centro de la ciudad, para hacer el secundario.

-¿Y por qué no lo hiciste?

-Porque no se aceptaban hombres.

¿Qué?

-¿De verdad?

-Sí. Aunque volviera en el tiempo no podría haberlo hecho igual, quizás me metería en otro colegio si eso pasara.

-Necesitarías que se invirtieran los géneros además. -digo pensando en la ironía del asunto.

-O que la sociedad no haga diferencias de género, -acota- supongo que ahora ya es distinto de todas formas.

Asiento en comprendimiento.

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Más tarde, me encuentro jugando con el pasto en el jardín de mi casa. Odio desperdiciar los lindos día estando adentro.

Observo el libro abierto en frente mío que debería estar estudiando en vez de distrayéndome con pasto.

-La inflación aumentó causando menor poder adquisitivo, lo que bajó el consumo y a su vez la producción... ahg.

Dejo caer mi cabeza en el suelo, la tierra en mis manos se siente fresca, creo que va a ser imposible concentrarme hoy.

Me levanto y sacudo el polvo de mis pantalones.

Llego a ver que Oliver está también en su jardín. Es hora de molestarlo.

Salto las barandas que dividen nuestros patios y me acerco sigilosamente por detrás.

-¡Bu! -lo asusto pero no se inmuta.

Me mira y levanta la ceja. -¿Eres una niña o qué?

Me río y tomo asiento a su lado.

-¿Qué estabas haciendo?

Se encoje de hombros.

-Tomando sol. -levanta la cabeza y cierra los ojos.

-¿Puedo tomar sol contigo?

Abre un ojo, la luz iluminando los distintos tonos de verde y achicando su pupila. Sonríe.

-Mmm, no lo sé.

Finjo indignación.

-¡Ah! ¡Dejo mi valioso tiempo que debería usar estudiando para hacerte compañía y así es como me lo agradeces! -me levanto para retirarme.

Antes de que me vaya, agarra mi mano y me devuelve a su lado. Toma mi rostro y me besa.

Estoy sorprendidísima.

Mundo... ¿Al revés?✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora