❥seventeen: symptoms

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Durante el resto del día de trabajo, Felix se aseguró de concentrarse en las tareas que tenía entre manos de una manera adecuada. Empujó todos sus pensamientos sobre Changbin al fondo de su mente. E hizo todo lo posible por ignorar los ligeros remordimientos y fragmentos de culpa que se arrastraban sobre su mente. Si no hubiera hecho todo lo posible para dejar de lado sus problemas, lo más probable es que se hubiera quedado el resto del día pensando en todo lo que había salido mal en su vida.

Hacía menos de dos semanas, había regresado a casa con sus hermanas, y aunque su vida era cualquier cosa menos perfecta, encontró consuelo en el hecho de que su familia estaría allí para él sin importar qué.

Pero esa ya no era su realidad. Estaba a unas horas de su ciudad natal, trabajando en una casa para pagar las deudas de su padre a un prestamista. Estaba sirviendo a un hombre con sangre en las manos, una mujer con sed de hombres jóvenes, así como dos mocosos malcriados que parecían tener múltiples personalidades. Y, por último, estaba teniendo relaciones sexuales con el hijo mayor de la familia.

Era algo que ni siquiera él, que lo estaba viviendo, podía entender.

"La cena de Changbin está lista para ser entregada en su habitación", informó Jumin al rubio cuando terminó de llenar el carrito de té.

"Entendido," El australiano asintió levemente, y con una mirada sin emoción en el rostro, empujó el artilugio fuera de la cocina y se dirigió por el pasillo para entregarle la comida al pelinegro.

Mientras caminaba, sus pasos resonaron, y los ruidos hicieron crecer su irritación.  No había sido el día más largo que había trabajado en la casa, pero se sentía más agotador que cualquier otro, y comenzó a lamentar su decisión de trabajar, en lugar de haberse quedado con Changbin en la habitación roja y dormir hasta que decidiera la hora de despertarse. Pero sabía que los otros sirvientes de la casa hablarían de ellos.

Con una sensación de entumecimiento en sus emociones, el rubio levantó la mano y llamó a la puerta de la habitación de Changbin. Como de costumbre, el chico de cabello negro le dijo que entrara, y el australiano lo hizo sin más. Encontró al mayor dibujando en su escritorio, pero antes de que pudiera distinguir qué era lo que el más bajo había estado dibujando, rápidamente, cerró su cuaderno de bocetos.

"No pareces muy feliz", comentó Changbin, acercándose a él para recuperar su cena del carrito de té. 

"Es mi trabajo ser usado y dominado todo el día", comentó el más joven con un tono de voz amargo.

"Realmente no creo que tenga nada de qué alegrarme".

Las palabras de Felix golpearon a Changbin de una manera que, definitivamente, no esperaba. Tal vez fue porque era simplemente un ser humano con empatía y compasión por los demás, o tal vez fue porque se había permitido cogerle algo de cariño al rubio; pero no pudo evitar que su corazón se hundiera cuando vio la mirada oscura en los ojos del más alto. Estaba claro que Felix se sentía atrapado dentro de la casa, y Changbin sabía exactamente cómo era sentirse así. Día a día. Sabía lo que era tener a su propio entorno tragándose la esperanza y el brillo que normalmente tenía para la vida.

Esa casa había estado despojándose de la fuerza vital del pelinegro desde que tenía memoria. Incluso cuando era más joven, siempre sentía que su impulso y motivación eran absorbidos por fuerzas invisibles. De hecho, siempre había notado la forma en que los empleados de la casa estaban llenos de vida, con estrellas en los ojos al principio, pero no mucho después, esas estrellas serían reemplazadas por un cielo negro y nublado. El tipo de cielo que advierte la lluvia y aleja la luz solar de la superficie de la Tierra. 

"..¿Quieres hablar?" preguntó Changbin, aunque dudaba un poco en hacerlo.

La oferta tomó al australiano por sorpresa. Sabía que el mayor no era una persona mala, sino que era demasiado egoísta por su propio bien. Sin embargo, Felix simplemente no esperaba que mostrara preocupación por su salud mental de esa manera. Por supuesto, el rubio sabía que Changbin se preocupaba por su cuerpo, pero nunca se había detenido a pensar si el pelinegro también se preocupaba por sus pensamientos. Aun así, decidió rechazar la oferta. 

THE NIGHT SHIFT [trad] || s.cb + l.f [changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora