THE NIGHT SHIFT [trad] || s.cb + l.f [changlix]

❥forty five: in time

"Señor, no lo sé", declaró Jumin con firmeza, manteniendo una cara perfectamente recta mientras mentía entre dientes.

"¡Se suponía que llegarían hace horas!" espetó Seo, y el hombre de cabello negro tuvo que evitar retroceder ante la forma en que el padre de Changbin levantó la voz de manera innecesaria.

"Entiendo, Señor", respondió Jumin, su expresión valiente permaneció como tal a pesar de las mentiras que caían de sus labios. Pase lo que pase, no divulgaría ninguno de los secretos que conocía. Podrían amenazar su vida, torturarlo implacablemente; -e incluso siendo así, sus labios permanecerían sellados.

La ubicación de Changbin y Felix nunca sería revelada por él, y eso era simplemente un hecho en lo que respecta a Jumin. Las cosas habían sido así durante demasiado tiempo, y él había visto demasiado como para permitir que otras dos personas se agregaran a la lista de personas que el Sr. Seo había violado y victimizado a lo largo de los años.

Tratos con drogas, comercio en el mercado negro, armas ilegales, tráfico de órganos a la fuerza, comercio de esclavos, comercio ilegal de animales, tráfico de personas, tráfico sexual, prostitución, adopciones ilegales... Jumin había sido testigo de todo. Él mismo había venido de las profundidades de algo increíblemente sádico.

Nunca había conocido la libertad de ningún tipo. Quizás por eso tenía tan llpoco miedo de entrar en la casa. Tan horrible como fue tratado allí, y por mucho que sufriera en ese lugar olvidado por Dios, fue lo mejor que había recibido en sus cuarenta y siete años de vida.

Estaba sobrecargado de trabajo y era reprendido por los errores más pequeños, pero aun así, sabía que trabajar en la casa sería mejor que regresar a donde estaba. Así que Jumin se quedó. El miedo a ser encadenado a las paredes, ser golpeado sin sentido día tras día, matándolo de hambre y deshidratación; - Estar en la casa sería mejor que eso. Sería el menor de los males.

"¿Acaso te haces una idea de cuánto dinero iba a ganar con ese chico?"

El Sr. Seo golpeó sus dos manos sobre el gran
escritorio de madera frente a él, la ira cruzando por sus ojos de tal manera que le dio escalofríos en su columna.

"Sí, señor", respondió el sirviente, manteniendo la espalda recta y los hombros alineados mientras respondía. "Lo sé"

"Entonces también debes ser consciente del hecho de que no veré ese dinero a menos que me digas dónde está", dijo el padre de Changbin con rabia, un tono acusador en su voz.

Sin embargo, el Sr. Seo ni siquiera era completamente consciente de la situación en sí misma. Estaba culpando a Jumin, pero en realidad, no tenía idea de la ubicación de los dos niños. En realidad, simplemente estaba buscando a alguien a quien echarle la culpa, y Jumin era la persona más fácil de culpar.

"Si pudiera hacerlo, lo haría", dijo falsamente, "Pero yo no tengo esa información, Señor".

No quiso decirlo. No importa cuáles sean las consecuencias, el hombre de cabello negro se negaría absolutamente con cada fibra de su ser a revelar el paradero de Changbin y Felix. Preferiría morir antes que poner a esos dos niños en peligro. Los dos eran de hecho lo más cercano que había tenido a una familia.

A él lo habían dejado solo, obligado a abrirse camino a través de la vida desde el primer día; mucho antes de tener la edad suficiente para comprender lo que sucedía a su alrededor día tras día. Si no fuera por un descubrimiento accidental de su propio certificado de nacimiento, ni siquiera habría conocido su propio cumpleaños, ni habría sabido su propia edad.

Aún así, le dio igual si el documento era realmente correcto, o auténtico. Por lo que sabía, Jumin nació el dieciséis de noviembre. Por lo que sabía, su signo del zodiaco podría haber sido Capricornio o Sagitario en lugar de Escorpio. Por lo que sabía, su nombre ni siquiera era Jumin.