THE NIGHT SHIFT [trad] || s.cb + l.f [changlix]

❥twenty four: bad habit

Cuando llegó la hora del almuerzo, Felix no creía que hubiera estado más aliviado en toda su vida. Ordenar cosas en la biblioteca era más difícil de lo que imaginaba; y no por el trabajo en sí, sino porque estaba teniendo que trabajar con todo el personal que sabía que le juzgaba día y noche. Simplemente a ellos no les gustaba Felix, pero el rubio no estaba muy seguro de por qué, ya que no creía que realmente hubiera hecho algo por lo que tuvieran que ser tan hostiles hacia él y su alrededor. Después de todo, Felix ni siquiera ha interactuado personalmente con la gran mayoría de ellos, y las únicas cosas que sabían sobre él era los rumores de que aparentemente él había salido de la nada. Realmente disfrutan hablando mal de él, y el rubio tenía que aceptarlo como parte de su vida diaria ahora.

Incluso le había mencionado brevemente el problema a Jumin una vez, y el mayor simplemente le dijo que los ignorara y que no dejara que sus frívolas palabras le afectaran. El hombre de cabello negro les había rechazado tan fácilmente, y Felix estaba agradecido por eso, porque demostraba que Jumin probablemente no estaba interesado en creer nada de lo que se estaba creando en esa fábrica de rumores que era la casa: y eso incluía el rumor de que el australiano estaba teniendo una aventura ilícita con el hijo mayor de la familia Seo.

Dio la casualidad de que ese rumor no era exactamente falso. Sin embargo, Jumin no lo sabía, y ninguna de las criadas tampoco, porque aparte de su primer encuentro, Changbin y Felix habían tenido cuidado de ocultar su relación. No había sido tan difícil de primeras. Al principio, era algo simple. Solo era sexo. Pero ya no estaba siendo solo eso, y ni el rubio ni el pelinegro siquiera podían atreverse a negarlo. Si bien ninguno de los dos sabía lo que realmente sentía por el otro, y todo esto era solo un trato, también sabían que había algo allí; incluso si ese algo no estaba identificado. Para Changbin, se había manifestado de una manera extraña y obsesiva. Ciertamente había quedado cautivado por cada movimiento del más joven. Él vio a Felix como la encarnación viviente del propio arte.

Por lo tanto, quería que la belleza del más alto se reflejara en sus obras. Cada vez que dibujaba la cara del australiano, anhelaba hacer que cada detalle fuera tan fiel al original como pudiera. Cada peca, cada pestaña, cada destello de luz dentro de sus ojos... El mayor quería mostrarlo todo. Quería crear algo hermoso, y ahora sabía con certeza que si quería retratar la belleza dentro de su arte, Felix era el sujeto perfecto en quien basarse.

Pero en el caso del más joven, ese extraño sentimiento no identificado se había manifestado de una manera mucho más complicada. Era casi como si se hubiera dividido en dos personas distintas. Había una parte de él que quería rechazar todos los sentimientos por Changbin que no fuesen sexuales. Quería rechazar hasta el último sentimiento para que solo pudiera quedarse con lo que necesitaba, y cuando lo consiguió, él pensó que ya no estaría desesperado por ningún tipo de contacto corporal o afecto. Felix quería apagar sus emociones y convertirse en nada más que una cáscara de su antiguo yo para poder hacer con su cuerpo como él
quisiera, sin tener ningún compromiso y tal vez eso hubiera sido posible si estuviera tratando con alguien que no fuera Seo Changbin.

Tal vez podría haber funcionado de esa manera si hubiera sido alguien más que él. Sin embargo, el australiano se encontró disfrutando de la compañía del mayor. Por supuesto, no vio eso como un gran problema al principio, porque el pelinegro no estaba exactamente en contra de ello. Y de todas las personas en la casa, el más bajo resultó ser la mejor opción para Felix. Desafortunadamente, ese segundo lado del rubio aún seguía ahí. No había sido apagado, y todavía tenía un efecto en sus emociones.

La libertad, sin duda, también era una autoridad que empujaba al más alto hacia Changbin, pero la necesidad de contacto entre sus cuerpos era mayor que cualquier otra cosa y el rubio no se había dado cuenta de cuán insensible se había vuelto por dentro.Hasta que sintió cómo el pelinegro agitaba todas sus emociones, no tenía idea de cuán insensible se había vuelto al mundo que lo rodeaba y a todas las cosas hirientes y malvadas que había en él.