Capitulo XI Un acuerdo de paz

854 129 16
                                    

Esa mañana Jimin se despertó más temprano de lo normal, se preparó un buen desayuno y comió mientras leía las indicaciones de su jefe respecto a la galería donde iniciaría un nuevo proyecto publicitario. Por lo general, él trabajaba solo con fotografía, pero desde que su cámara sufrió ese accidente, tuvo que acoplarse a otras tareas para complementar su trabajo, así que acepto trabajar como comunity manager, también, Jungkook le había ofrecido prestarle su cámara para la creación de contenido audiovisual que debería hacer en ese proyecto. Así que sería una experiencia divertida, variar un poco en su campo laboral le hacía sentir bien.

Salió de su apartamento con un café latte y sus cosas bien preparadas para iniciar el plan, se detuvo en la parada de autobuses y en una pequeña libretita, anoto algunos pasos e indicaciones para orientar a su cliente y que el tiempo en el que trabajarán juntos fueran agradable y en sintonía, Jimin era muy organizado y meticuloso respecto a su profesión, le gustaba hacer siempre un trabajo pulcro y transparente, no solo para dejar una buena impresión, si no para sentirse bien consigo mismo, después de todo, amaba lo que hacía.

Luego de un trayecto de 30min en autobús, el rubio llegó a aquel lugar, era una galería pequeña pero con una hermosa fachada de color blanco. Cuando estaba por entrar pudo notar que las puertas de la misma se hallaban cerradas, miro su reloj y se dió cuenta de que iba al menos 30 minutos antes de la hora estipulada. Frunció un poco sus labios y decidió entrar a un pequeño café al lado de la galería para tomar algo y esperar mientras llegaba el encargado.





Yoongi iba caminando tranquilamente por la calle en dirección a su nuevo lugar de trabajo, si bien ya conocía las instalaciones y sus tareas, estaba nervioso y feliz de poder desempeñarse allí como artista

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yoongi iba caminando tranquilamente por la calle en dirección a su nuevo lugar de trabajo, si bien ya conocía las instalaciones y sus tareas, estaba nervioso y feliz de poder desempeñarse allí como artista.

Hace dos años ni siquiera habría imaginado poder hacer algo así, su vida había sido un caos hasta entonces, los recuerdos tétricos de la calle, las drogas y la delincuencia no se habían borrado de su memoria, al igual que aquella noche en la que su vida dio un giro de 180 grados, aquella noche en la que disparó contra aquel chico inocente. Habían pasado dos años, pero no había pasado ni un solo día en el que Yoongi no lo recordara y no pidiera perdón a Dios por aquel hecho, aunque sabía que no solo Dios debía perdonarlo.

Había pensado muchas veces en aquel chico sobre el asfalto, aquel por el que estuvo dispuesto a recibir un balazo de ser necesario solo por salvarlo, aunque las cosas no salieron como pensaba, ya que no fue él quien recibió dos impactos que le arrebataron su vida.

Apretó sus ojos y sacudió su cabeza para disipar aquellos pensamientos, era un nuevo día, era un nuevo comienzo y debía estar feliz. Continuó caminando hasta llegar a la galería, quitó el seguro de las puertas para abrir y seguidamente encender las luces de todo el lugar, era hermoso.

Se dirigió a la oficina para ordenar algunos papeles y encender el ordenador cuando dos pequeños toques en la puerta de entrada llamaron su atención. -Debe ser el chico de la agencia...-

Take Me ~ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora