Capítulo L

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Cuando tenia 9 años... Papá solía salir conmigo en las tardes lluviosas. No hacíamos gran cosa, al contrario solo me llevaba en la parte de atrás de su bicicleta mientras nos mojábamos, andábamos por todos los parques que encontrábamos y pasábamos sobre muchos charcos, incluso habían veces en las que papá pasaba a propósito bajo los chorros de agua de los canales de las casas, cualquiera podría considerarlo poco higiénico, pero para un niño de 9 años con un padre complaciente y divertido, era de las mejores cosas del mundo...

Ahora que lo pienso, sí era la gran cosa... De hecho, son los recuerdos mas hermosos que tuve junto a él...

Llegábamos a casa empapados y a punto de pescar un buen resfriado. Recuerdo que mamá se enojaba mucho con él por regresar junto a mi en ese estado, pero luego nos preparaba sopa caliente y cuidaba de nosotros con una sonrisa y todo su amor. 

 Mamá... Mamá fue un ángel en mi vida en todos los sentidos... Aún recuerdo el sabor del café que preparaba cada mañana, nunca volví a probar uno así... Por las noches, solía leerme un libro llamado ''Momo'' la historia de los terribles hombres grises y de la pequeña que niña devolvió el tiempo al mundo... Los hombres grises eran seres sin luz, sin felicidad ni emociones, vivían solo por y para el tiempo... Su labor era robar el tiempo de las personas haciéndoles creer que al ahorrar tiempo su vida sería mucho mas exitosa... Sin embargo, en el afán de rescatar a sus amigos y a la ciudad entera, Momo, junto a Casiopea, una tortuga llena de magia, emprenden un viaje para recuperar el tiempo robado y devolver la alegría a todos... Una historia muy emocionante y hermosa, mi favorita debo admitir... Mi momento favorito era escuchar la voz de mi mamá al citar:  

''El tiempo es vida y la vida reside en el corazón...'' 

Nunca lo comprendí del todo aunque haya escuchado aquella historia mas de 8 veces en mi vida...

Cuando ella murió, no supe como sentirme, más que solo. 

Recuerdo que tenía pesadillas todas las noches, soñaba  que la veía al borde de un abismo, y ella me pedía ayuda, corría para poder tomarla entre mis brazos pero siempre era demasiado tarde, lo ultimo que veía era su cuerpo caer a la profundidad. 

Despertaba llorando casi siempre y corría a su habitación, solo abrazando su ropa percibiendo el aroma de su perfume podía dormir...

Papá... Bueno... Papá nunca volvió a ser el mismo... 

Nunca estaba en casa cuando anochecía, se iba a beber licor y regresaba en las madrugadas hecho una nada.

No lo culpo... Estaba triste, igual que yo... Pero lo necesité con toda mi vida... 

No me sorprendió cuando llamaron del hospital para decirme que había sido arrollado, tampoco me sorprendí cuando no resistió y falleció... 

Ni siquiera voy a mencionar que era lo que sentía cuando el se fue, ni tampoco cuando se fue la sra. Yun a la que le debo absolutamente todo lo que soy como profesional. 

Y Jay...

Bueno... Jay... Jay Park...

Él simplemente... 

Él simplemente fue la peor de mis pérdidas... Ustedes ya saben, supongo... 

Ya al menos tienen una mínima idea de lo que fue para mí el haberlo perdido...

Muchas veces en mi vida llegué a pensar que comprendía a quienes cometían suicidio, incluso lo consideré...

Porque... ¡Seamos claros! A caso... ¿Es normal que solo un chico pase por todo aquello? No he sido el mejor ni un ciudadano digno de respeto pero... Pero no he hecho nada para merecerlo... 

Take Me ~ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora