Capitulo LIX

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- Mi... Versión...- Murmuró bajando el rostro.

- P-por favor...- Le susurró el menor - Lo... Lo necesito Yoongi...

El pálido no pudo evitar mirarlo nuevamente cuando aquello ultimo había sonado como una suplica realmente dolorosa. La camioneta, luego de unos cuantos minutos, los cuales ni siquiera contaron ya que se encontraban enfocados en ellos mismos y sus pensamientos, se había detenido, la ventanilla que dividía la cabina delantera se bajó y Yoongi pudo ver a uno de los hombre de su hermano Ociz.

- Mark...- Murmuró al verlo.

- Hemos llegado...- Le avisó.

Volvió la mirada a Jimin quien, mantenía la vista en sus manos, trago pesado antes de hablar.

- ¿Bajamos...?

El rubio asintió sin mirarlo y abrió su lado de la camioneta para bajar al instante, sin embargo, se detuvo al ver el lugar en el que se encontraban. El mayor, por su parte, no estaba muy alejado de lo que Jimin sentía, respiró pesadamente cuando vio que ambos se encontraban en el edificio donde vivía.

- Supongo...- Susurró el rubio rompiendo el silencio - Que deberíamos hablar adentro...

El mayor asintió acercándose a él para ambos ingresar al lugar, mientras subían en el ascensor, ninguno dijo nada, tampoco se miraron, los dos compartían los mismos sentimientos, uno por lo que escucharía, el otro por la reacción que tendría el otro al escuchar lo que debía decir.

Llegaron a su destino, ambos ingresaron al apartamento, aunque el mayor se impresionó un poco por la pulcritud en la que el mismo se encontraba, recordaba haberlo dejado hecho un desastre, porque durante las ultimas semanas se había enfocado en su entrenamiento y planes para el rescate de Jimin que lo ultimo que había pensado era en ordenar su hogar.

Pero ahora se encontraba brillante, incluso olía muy bien, definitivamente tenía los mejores aliados, eso pensó.

Miró a su lado, Jimin se encontraba viendo el suelo y temblaba casi tanto como él, así que respiró profundamente y se acercó a su sofá.

- Siéntate...- Murmuró con duda.

El menor asintió y se acercó al sofá, mientras tomaba asiento, miró hacia el escritorio del mayor, y vio desde allí las láminas de acuarelas en las que el mayor le había dibujado, sonrió con nostalgia sintiendo nuevamente aquella presión de tristeza en su pecho al recordar que aquella había sido la primera vez que habían hecho el amor.

Apretó sus ojos pues sin poder evitarlo estos ya se hallaban repletos de lágrimas, y no, no quería llorar.

Frente a él, el mayor puso en vaso con agua y se sentó a su lado.

- Bueno...

- Desde el principio...- susurró Jimin- No omitas ningún detalle... Por favor...

El pelinegro asintió y cerró sus ojos antes de comenzar.

- Cuando era pequeño... Y mamá murió...- comenzó- Yo... Yo me fui a Italia, quería iniciar una nueva vida... Pero era muy joven, sólo tenía 17 años, así que no lograba conseguir trabajo... Las primeras semanas dormía en la estación del tren, o en los terminales de autobuses...

El rubio lo miraba con tristeza, le impresionaba el hecho de no haber nunca preguntado sobre su pasado.

- Durante varios días, sólo comía una vez al día porque no me alcanzaba el dinero... -continuó- Sin embargo, una noche conocí a HeeSu... Él, me ayudó, me brindó un techo y comida, con el tiempo... Me ofreció trabajar con él... él... él era la mano derecha de un hombre con mucho poder... Eran mafiosos...

Take Me ~ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora