Treasure (Drarry/Harco)

12

𝓓𝓾𝓸𝓭𝓮𝓬𝓲𝓶𝓸 𝓬𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸

🦋

Unión

-¿Y por qué los castigaron?

-Bueno... -rió Harry con nervios al escuchar la pregunta de Hagrid.

-Solo jugamos ajedrez mágico a media noche, ¿no es cierto? -el rubio miró al de gafas con una ceja levantada.

-¿En serio? Bueno, pudieron haber jugado durante el día. ¿Es diferente hacerlo de noche? -preguntó con inocencia el gigante.

-¡Muy diferente y divertido! -dijo Draco ante la inocencia del más alto-. Y más si es a oscuras porque...

-¡Es hora de volver a nuestro castigo antes de que descubran que no estamos! -gritó un avergonzado Harry interrumpiendo por el doble sentido que tenían las oraciones que decía su novio. Lo tomó de la mano y salieron de la casa de Hagrid rapidamente.

-¿No disfrutaste jugar "ajedrez"? -preguntó Draco siendo arrastrado por Harry.

-¿Tú que crees? -le sonrió de lado mientras llegaban al colegio.

-¡Ahí están! -decía la bibliotecaria cuando los vió por los pasillos-. Les di unos minutos libres para que coman, no media hora.

-Ya estamos aquí, se nos hizo tarde. -respondió Draco.

-Bueno, continuen con su castigo.

Ambos chicos asintieron y se adentraron en la biblioteca. Clasificaron tantos libros que ni pudieron contarlos, era una verdadera tortura hacer el trabajo sin varita. Ese era el castigo que debían cumplir gracias a que Draco convenció a Harry de quedarse un rato más en la torre. Una cosa llegó a la otra y Filch apareció con su bola de pelos con rabia que se atreve a llamar "gato".

-Draco, no pongas ese libro ahí. -el rubio lo miró sin entender.

-¿Por qué? -preguntó y un segundo despues el libro se cayó del lugar alto en el que estaba causandole dolor a Draco cuando éste golpeó su cabeza-. ¡Maldita sea!

-No diré que te lo dije pero... -Malfoy lo miró frunciendo el ceño.

-No continues esa oración, Potter -pronunció más o menos enojado sacandole una sonrisa a Harry-. No te atrevas.

-Te lo dije. -soltó una risa y Draco dejó de pasar su mano por su cabeza intentando calmar el dolor para mirarlo mientras escondía una sonrisa. Era casi imposible no sonreírle de vuelta a Harry, sea cual sea la situación.

-Estás muerto. -empezó a caminar lentamente hacia Harry.

-No me asustas ni un poco, Draco. -decía riendo el más bajo mientras caminaba de espaldas.

-¿Ah no? Ya veremos. -dicho esto, empezó a correr hacia Harry y el castaño corrió en dirección contraria. Esquivaba estanterías llenas de libros con torpeza mientras Draco le resultaba facil hacer lo mismo. Varias veces Harry recibió golpes en los hombros por las estanterías. Parecían un par de infantes corriendo detrás del otro intentando alcanzarse. La bibliotecaria los había dejado solos hace varios minutos así que no presenciaba lo tierna que era esa escena.

Las risas inundaban el lugar, no había nadie a excepción de ellos dos. Harry saltaba pilas de libros que les faltaban por ordenar mientras que Draco se tropezaba un poco con ellos. En un momento Harry no pudo correr más rapido entre las estanterias y se detuvo mirando a todos lados logrando que el rubio lo alcanzara.

Draco lo tomó por los hombros y lo aprisionó contra la pared más cercana, les faltaba el aliento a ambos y solo se miraban a los ojos. Harry no podía parar de reir y ésta risa pronto se le contagió a Draco el cual apoyó su frente contra la de Harry.