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𝓓𝓮𝓬𝓲𝓶𝓸𝓼𝓮𝔁𝓽𝓸 𝓬𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸

💐

"Nos prometieron que los sueños podían volverse realidad. Pero se les olvidó mencionar que las pesadillas también son sueños".



–Lamento decirles pero no, no se puede hacer mucho más por ahora. —respondió McGonagall logrando que Narcissa apretara los labios por la impotencia y Sirius casi empezara a gritar improperios.

Se escuchó como la puerta se abrió dejando ver a Pansy que avanzó lentamente.

–Harry y Draco... sabemos donde están.

La cara de Narcissa se iluminó y Sirius palideció tomando fuerte de la mano a Remus. Miraron a McGonagall que estaba sorprendida ante dicha confesión.

–¿Habla en serio, señorita Parkinson? —preguntó Minerva y Pansy asintió pidiendole que le acompañe.

Salieron los cinco del despacho directo al pasillo donde se encontraban los demás con Dobby casi sufriendo un ataque de panico. Por los pasillos desiertos a esas horas de la tarde se escuchaban los tacones valiosos de Narcissa. Más atrás venían Sirius con su saco tan elegante el cual siempre portaba acompañado de Remus que estaba más que nervioso.

Al final del pasillo divisaron a Ron en cuclillas frente al elfo

–¡Dobby! —se apresuró Sirius corriendo de primero hasta donde ellos—. ¿Sabes donde están los chicos?

Dobby se quedó en silencio mirando el suelo detalladamente, buscando rastro del recuerdo más importante y que les salvaría la vida a los chicos. Dicho recuerdo que estaba borroso y perdido por el momento.

Narcissa estaba impaciente cruzada de brazos viendo a los demás intentar saber algo. Pansy estaba al lado de Narcissa brindandole apoyo y luego vino Blaise a hacer lo mismo.

Al cabo de un rato pensaron que Dobby había olvidado por completo donde se encontraban Harry y Draco. El tacón de Narcissa golpeaba repetidamente contra el suelo dando a entender que no podía pensar en nada más que su hijo.

Sirius intentaba hacer que Dobby recordara algo pero sin presionarlo ni hacerlo sentir culpable por no recordarlo.

–Por el amor de Merlín, sus calzones y todo su campo de maíz —bramó Ron desesperado mientras se pasaba violentamente una mano por su pelo.

–Campo de maiz... —murmuró Dobby.

–Sí, y sus calzones. —dijo el pelirrojo como si fuera obvio.

–Deja hablar al elfo, Weasley. —habló Blaise causando un tono rojo de verguenza en el rostro de Ron.

–¿Recordaste algo? —preguntó Hermione escuchando las pisadas que daba Ron en circulos. Dobby duró unos minutos callado pero de vez en cuando murmuraba la misma palabra.

–¡Harry Potter está en el campo! —gritó feliz de repente—. ¡Harry Potter y Draco Malfoy están en un alejado bosque de Ottery St. Catchpole! Pero están en peligro...

–¿Cómo sabes eso? —preguntó la directora queriendo estar segura. Dobby les explicó lo que vió y a quién vió hasta que McGonagall estuvo convencida—. Muchisimas gracias, Dobby.

–Gracias Merlín, ¡Gracias... ehm, ¡Dobby!—bramó Narcissa recibiendo una sonrisa por parte de Pansy y Blaise. Remus sonrió calidamente al imaginarse ver de nuevo a los chicos a salvo.

Treasure (Drarry/Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora