Capítulo 13: La unión hace la fuerza

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Intentó por todos los medios, durante más de media hora, ser lo más clara posible. Al principio sus palabras no tenían ningún sentido y se vio obligada a empezar de nuevo porque se le había olvidado mencionar la carta de Flora, luego sentía que lo que decía era una estupidez y sus palabras se resistían a salir de su garganta por la vergüenza que sentía solo de pensar en la impresión que le estaba dando a su amiga. Entonces se dio cuenta de que aquella explicación estaba siendo un resumen de sus emociones y sentimientos confusos desde que descubrió la carta y consiguió explicarse mejor.

-A veces creo en lo que me dijo la madre superiora en su carta y siento que todo encaja a la perfección, que todo lo que estamos pasando puede explicarse con ese mensaje que me dejó, y recuerdo cómo Esrandir pareció reconocer que había algo diferente dentro de mí, como si le diera sentido y razón a esa carta. Y entonces creo realmente que soy una especie de reencarnación de la diosa, y que realmente estamos buscando a mis hijas. Pero luego lo pienso desde una perspectiva más racional y toda esa creencia ciega se desmorona en cuestión de segundos porque todo carece de sentido y parece que se trata de una especie de cuento o algo similar. Porque, ¿qué tengo yo de especial? ¿Por qué iba a elegirme una diosa para ser su reencarnación? Y si realmente lo fuera, ¿por qué no siento nada? ¿No sería lógico que se me mostrara o algo?

Lyris, quien estuvo todo el tiempo escuchando con paciencia intentando comprender algo de lo que le estaba diciendo, acabó por interrumpirla cuando Iria empezó a acelerar el ritmo con el que salían sus palabras pues, por un momento, ella también empezó a sentirse como si estuviera en una montaña rusa incapaz de seguirle el ritmo:

-A ver si me ha quedado algo claro de todo esto-dijo posando sus manos sobre los hombros de la sacerdotisa bruscamente para que se callara-. Dices que la madre superiora de las sacerdotisas te escribió una nota...

-Carta.

-Para explicarte que tu nacimiento fue extraño y que por eso pensaron que eras la reencarnación de Gaia o algo así, ¿cierto?-preguntó Lyris a modo de resumen, un buen resumen de hecho, tratando de recapitular toda la historia. Iria asintió con la cabeza-. Pero eres consciente de que muchos niños habrán nacido en condiciones como la tuya, o incluso peores, ¿verdad? Es decir, habrán niños que directamente sus padres creyeron que nacería sin vida y acabaron sobreviviendo, o niños que nacieron aparentemente sanos y acabaron muriendo. Eso no significa que sean especiales o diferentes al resto, ni mucho menos que tengan nada que ver con profecías antiguas. Si creyéramos que cada niño que nace en una circunstancia extraña fuese el elegido para salvar al mundo acabaríamos teniendo a un montón de tarados poniendo sus vidas en peligro por hacer locuras.

-Pero, en cierto modo, parece ser verdad que he sido elegida por la diosa. Si no, ¿cómo explicarías que nos esté pasando todo esto? ¿O que el anciano me reconociera como si fuese la reencarnación de Gaia?

-Nos está pasando lo que está pasando porque te han conducido a ello toda tu vida desde que naciste-comenzó a explicar la arquera-. Te han criado como si fueses única y especial, te han encerrado en ese templo desde el día de tu nacimiento y por la creencia de que eres la elegida te hicieron escapar aquella noche e ir a ver al rey de Kryn. Pero eso no significa nada, solo que otros han creído que eres especial y te han llevado a esta situación. Y lo del anciano puede ser simplemente que necesita creer en algo. No creo que los elfos estén exentos de sufrir demencia, y entre su edad y lo que acababa de pasar en su poblado, es lógico que pensara que venías a salvarlos y acabó viendo cosas que no son verdad. Solo fue una mala jugada de su mente al relacionar nuestra llegada con el ataque de esos bichos.

-¿Y por qué creyó que yo era la diosa, y no tú?-preguntó indecisa la sacerdotisa. Por una parte quería creer lo que decía Lyris. Al fin y al cabo eso significaba que no tendría que cargar con la responsabilidad de ser una elegida, aunque todavía quedase todo el asunto de la guerra que estaba cada vez más cerca de estallar-. Me habló con demasiada seguridad para tratarse de demencia.

IriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora