ÚNICOS - Parte 5

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- ¿No lo encuentras agradable Levi? – dijo Hange mirando el cielo.

-Tsk- respondió él. Lo encontraba agradable.

Era noche cerrada. Tranquila y fresca. Ambos estaban en la torre de vigilancia, ya que cada cierto tiempo los oficiales por parejas, debían realizar labores de vigilancia. No estaba dentro de la rutina planeada para los oficiales de la Legión, pero Erwin creía que sería una buena forma para que sus oficiales interactuaran y crearan vínculos de camaradería.

La primera vez que Levi hizo turno fue con Mike y solo intercambiaron dos frases. Mike olisqueó el aire y le dijo "Hueles a limpio". Levi contestó "Apártate de mí o te rebano". Mike sonrió y le ofreció té. Levi extendió la mano para recibir la taza. Así se instaló entre ellos una incipiente confianza. Cuando a Mike le tocó hacer guardia por primera vez con Hange Zoë, apareció al día siguiente con profundas ojeras. Nanaba lo miró inquisitiva, y él solo respondió "Hange... toda la noche", y se desplomó en su asiento, ante la sonrisa burlona de Nanaba.

-Alguna vez me he preguntado qué habrá en esas estrellas, por qué brillan tanto y por qué unas brillan más que otras-habló sin apartar la mirada del cielo.

-Estás demente, cuatro ojos, no hay nada en las estrellas-le dijo. Ella se volteó y lo miró, interrogante, con sus grandes ojos.

-¿Cómo lo sabes?-dijo. Pero él no le dio ninguna respuesta.

-¿Lo ves? Si tuviéramos información de las estrellas podríamos afirmar o negar, si hay algo en ellas -le dijo sonriendo, y volviendo a mirar el cielo.

Levi se dedicó toda la noche a escucharla. Solo a escucharla. Encontró su charla interesante, auténtica, sin pretensiones intelectuales. Imaginó que Hange, de no estar en la milicia, podría haber sido maestra de escuela.

-Cuatro ojos, hablas demasiado ¿cagas igual?-le dijo bostezando, en un repentino ataque de humor.

-Puedes estar seguro, lo hago en la misma proporción... Sin embargo, tú siempre tienes cara de estreñido ¿No será por tanto té negro? –le dijo con fingida preocupación.

Se miraron por unos segundos, midiendo el alcance de la broma. Y ambos acabaron por reír. Hange rompió en una sonora carcajada, Levi con la cabeza baja esbozando una sonrisa.

Ella lo contempló unos segundos, se veía terriblemente guapo.

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