ÚNICOS - Parte 11

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Hange Zoë estaba exultante. Lo había conseguido. Después de presentarle un informe extenso y pormenorizado, donde destacó los hallazgos de las anotaciones de Ilse y su encuentro con un titán que pudo gesticular lenguaje, rogaba que su sacrificio no fuera en vano y que, para lograr avances en la investigación titán, era necesario contar con un sujeto de estudio. Erwin por fin, había daba la orden de atrapar uno. ¡Por fin tendria la posibilidad de comprobar sus teorías! No cabía en sí del entusiasmo.

–¡¡¡Yahooo!!!-volvió a gritar dentro de su habitación. Tan absorta estaba que no vio la figura de un hombre que la contemplaba.

-Te saliste con la tuya, cuatro ojos, tendrás tu titán, me encargaré personalmente de conseguírtelo-dijo Levi.

-¿Lo harás? ¿Por qué?-le preguntó intrigada.

-Para asegurarme de que no te conviertas en vómito de titán, ya que cagarte no pueden-dijo Levi con intención.

Ella bajó la vista, recordando la reprimenda del día anterior.

-Lo siento Levi, mi temeridad casi mata a Oluo, sé que los puse en peligro a todos-se disculpó otra vez-Siento haberte preocupado-y lo miró recordando la manera tan furiosa con la que la trató, la cual solapaba una preocupación extrema.

-Tu imprudencia descubrió a Ilse Lagnar, pudimos recuperar su cuerpo y entregarlo a sus padres. Eso es un consuelo para la Legión. Su diario servirá muy bien a nuestros propósitos -dijo y continuó-Como siempre, aunque pareces una calamidad, consigues resultados.

-Viniendo de ti, es un cumplido-sonrió agradecida- Espera un momento, voy por una botella al despacho de Erwin. Sé dónde las guarda y no la extrañará. Tenemos que celebrarlo.

Salió precipitadamente. Levi la vio marchar y mientras esperaba, observó la habitación de Hange. Un verdadero vertedero a su juicio. Pilas de diferentes tamaños, entre libros y documentos, se aglomeraban por todas partes, sin un espacio para sentarse. Se acercó a su escritorio y mientras leía los títulos de los reportes, le llamó la atención una carpeta que ponía "Levi". Frunció el ceño. La tomó entre sus manos y la abrió encontrando los dibujos de Moblit, y una frase que lo hirió: "Sujeto de investigación Levi". Comenzó a leer las anotaciones de cada dibujo.

-Lo puedo explicar-dijo Hange desde la puerta.

Una sonrisa triste apareció en el rostro de Levi.

-¿Qué tienes que explicar? ¿Qué soy tu bicho anormal al que puedes observar y disecar para tus fines de investigación? ¿Eso he sido para ti todo este tiempo?

Dejó la carpeta sobre el escritorio y al pasar por su lado le dijo:

–Sea, Hange- y se marchó.

Hange cayó de rodillas y un profundo sollozo la ahogó.

Moblit la encontró en esa posición. Hacía un momento que Levi había pasado a su lado como una exhalación, ignorando su saludo.

-Lider de Escuadrón... Hange... ¿qué ha pasado?-le preguntó preocupado.

-¡Ha pasado que soy un desastre, Moblit, una cagada de desastre!-y Hange continuó sollozando.

Moblit se dirigió a la repisa de la habitación, cogió un vaso y lo llenó con agua. Luego se lo entregó a Hange. Ella bebió un trago largo, y cuando se calmó, le explicó lo que había pasado.

Moblit la escuchó atento y le dirigió una mirada comprensiva.

-Lider de Escuadrón, creo que sería bueno que el Capitán Levi conozca tus sentimientos. Creo que lo merece.

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