ÚNICOS - Parte 12

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La noche estaba bien entrada. Él había decidido no ir a cenar, no tenía hambre. Tampoco quería encontrarla. Necesitaba tiempo para ordenar sus pensamientos y sus sentimientos, en ese orden. El dolor que sentía era diferente. Era la constatación de su anormalidad. "Sujeto de investigación" se dijo. Apretó los labios y unas lágrimas rabiosas humedecieron sus ojos. Estúpido.

Unos leves toques a su puerta lo volvieron a la realidad. Se levantó y abrió la puerta de un tirón. –Lárgate-dijo al verla.

Hange se encontraba delante suyo, con un papel en la mano. Sus ojos revelaban que había estado llorando.

-Por favor, escúchame-le pidió.

-Si quieres hacerme una entrevista, que sean en horas de trabajo-le espetó dándole la espalda.

Hange entró y cerró la puerta. Su imagen era de absoluta desolación, pero a la vez, de determinación.

-Soy una investigadora-comenzó- quiero encontrar una manera de vencer a los titanes y evitar la muerte de nuestros camaradas. Y daré todo lo mejor de mí para conseguirlo. No pienso pedir disculpas por ser como soy... Sin embargo quiero pedirte perdón, por haber pasado por encima de nuestra amistad, no fue justo para ti y te prometo que nunca más lo haré. Te pido aceptes mis disculpas-y bajó la cabeza, en señal de arrepentimiento. Antes que Levi dijera nada, ella prosiguió:

-Es verdad que cuando viniste, me entusiasmó tu habilidad para la batalla. Quise conocerte y aprender de ti, con el propósito de mejorar las técnicas de nuestros soldados... Maldición, caíamos como moscas y cualquier posibilidad de mejora, para mí significaba salvar vidas. Pero mientras más te conocía, más te entendía. Y mientras más te entendía, más me fascinabas. Más pensaba en ti. Tanto que un día, sentí la necesidad de hacer esto- y le entregó el papel-Copié la base de un dibujo de Moblit, y añadí unos detalles tuyos.

Levi vio el papel, era el dibujo de su rostro, con una sonrisa casi imperceptible. El papel lucía muy gastado de los bordes.

-Lo tengo en el cajón de mi escritorio, y lo miro constantemente... Sí, sé que es patético-confesó con una sonrisa sombría. Tomó aire, como dándose valor-Antes que vinieras, yo era un bicho extraño, alguien al cual las personas preferían tener lejos. Una anormal también. Y aunque no me importaba, igual dolía ¿sabes? Era como estar sola en medio de una multitud. Entonces me marqué un objetivo y ese objetivo se convirtió en mi vida... Pero cuando llegaste tú, por algún motivo, ya no me sentía tan sola. Poco a poco comenzó a doler menos. Quizás porque sentí que podías entenderme, con solo estar allí, acompañándome... Desde hace algún tiempo he comenzado a tener un sentimiento especial hacia ti. Y ya no puedo mirarte de otra manera. Sé que tú también sientes algo por mí, pero no espero más que el respeto de un compañero de armas-dijo.

Su mirada acongojada, de pronto se tornó decidida.

-Esta noche la vengo a pasar contigo. Y mañana puedes olvidar que existo, el resto de tu vida.

Y lo besó.

Era un beso ansioso, casi un sollozo, como una despedida. Tenía miedo que en cualquier momento, él la apartara ásperamente.

Pero él no la apartó. Por el contrario, la estrechó aún más, con fuerza. Luego de un momento, tomó sus muñecas apartándola lo suficiente para que ambos pudieran respirar. Levi miró su rostro inclinado, sus grandes ojos llorosos, sus mejillas ruborizadas, su pecho agitado y ese adorable pelo rebelde cayéndole en desorden.

Y sintió una oleada de afecto. Y sintió una oleada de deseo.

-Estúpida cuatro ojos-jadeó y volvió a besarla.

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