HARREY
-Entonces... -___ volteó el rostro mirando hacia fuera. Íbamos camino a casa y nada, nada se había solucionado.
-No pasa nada, Harry -frené el auto y esperé a que ella me mirara.
Tenía que hacerlo.
Porque me ama.
-Amor...
-Sólo vamos a casa -____ no estaba siendo grosera, su voz estaba cansada.
Cansada de nosotros.
-¿Puedes mirarme? -bufé ya harto de su arrebato. Somos adultos y tenemos que hablar las cosas.
-¿Qué? -sus ojos estaban rojos y su cabeza apoyada en el asiento.
Oh por Dios.
-Vamos a arreglarlo -murmuré- Sé que la rutina siempre aburre a la mayoría de las parejas pero nosotros no somos la mayoría, pensé que lo tenías claro. Por favor, ___ estábamos bien... estamos bien.
-Lo sé, es sólo que yo no...
-¿No qué? -pregunté.
-Yo no... no quiero... estoy un poco cansada de todo.
-¿Cansada? -genial, una hora en silencio en un restaurante lujoso y ahora hablamos, en el
auto.-Sí, sé que la mayoría de las mujeres estarían felices si su esposo les regala un auto lujoso o un viaje a un lugar soñado pero yo no soy la mayoría, quiero que cuando nos enojemos por cosas sin sentido hablemos y nos arreglemos así en vez de que me regales cosas. ¿Es que no entiendes? No soy igual a las esposas de tus amigos, sé que odias que lo diga pero estuve sola con los gemelos, no soy una inútil y... no estoy bien, nunca me voy a acostumbrar a tener tanto. Genial, soy una idiota y...
-Ya, está bien -toqué su mano y sentí lo fría que estaba- Ven aquí -golpeé mis piernas mientras echaba el asiento hacia atrás. ___ sonrió y con dificultad (por el poco espacio) lo hizo.
-¿Aún me amas? Lo siento por ser tan gruñona y...
-¿Qué? -estoy a segundos de comenzar a reír tan mal- Dime por favor que tu no hiciste esa pregunta.
-Harry -gruñó.
-Bien, bien. Sabes que te sigo amando, más que ayer y mucho menos que mañana -___ abrió los ojos sorprendida y a pesar de la oscuridad vi sus mejillas sonrojarse.
Joder. Es tan caliente.
Gracias Dios por hacer que estemos en una calle vacía.
Harry, no... Estas pidiéndole perdon, no hagas malas cosas...
Pero...
¡Aghhhhh!
-Yo también te amo -susurró- Pero...
-Pero nada -la callé antes de que dijera algo estúpido.
-Pero quiero...
-____.
-AGh, está bien -bufó y apoyó su rostro en mi pecho- Prométeme algo, Harry.
-Lo que sea.
-Prométeme que nunca dejaremos que la rutina termine con nosotros y que estaremos por siempre juntos.
-Te lo prometo.
-¿Prometido, entonces? -asentí- Bien...
-Oye, no te duermas acá -reí.
-Es que tengo sueño -murmuró.
-Heeeeey, es nuestra noche y tenemos que aprovecharla -susurré en su oído.