°Narrador Omnipresente°
Situado en un Japón antíguo, en un hermoso valle el cual tenía un lago en el centro, se podía ver un pequeño pueblo tranquilo, que trabajaba arduamente la tierra para conseguir sus alimentos y tenía un próspero futuro.
-¡Saquen más agua del lago, hay que parar el fuego!- grito una mujer llena de panico, cubierta de ceniza que cargaba un niño el cual tosía fuertemente.
Este pequeño y pacífico pueblo se encontraba ahora ardiendo en llamas; todas las casas y los cultivos quedaban reducidos a cenizas, el humo se podía ver hasta a un kilómetro de distancia, demostrando como ese pueblo estaba desapareciendo entre el fuego que nadie sabía dónde o quien lo inició.
Corriendo entre el humo y caos, una joven de azul cabello corría buscando desesperadamente por todos lados a las personas más importantes en su vida, rezando para que estuvieran bien y a salvo del fuego que se esparcía más rápido cada vez.
-¡Yamikumo! ¡Aiko! ¡Por favor! ¡Kazuhiko! ¡Chicos!- la joven corría entre las casas que caían a pedazos buscando a sus amigos; su familia.
-¡Mama! ¡Papa! ¡Ayuda!- de repente, la joven escucho el grito de un par de niños que lloraban desconsolados entre los escombros, quienes miraban a todos lados, buscando a sus padres.
La chica se detuvo al oír los gritos de esos niños entre todo el caos que había a su alrededor, de inmediato, corrió hacia ellos para alejarlos del peligro.
-Niños, vengan conmigo, es peligroso estar aquí, vamos a buscar a sus padres,¿está bien?- le dijo la peliazul a los pequeños frente a ella, sonriendo tranquilizadora mente para calmarlos, lo cual consiguió ya que ellos corrieron a tomar sus manos para luego salir de ahí.
Luego de dejarlos en un lugar seguro junto a un grupo de niños cuidados por varias mujeres del pueblo, volvió corriendo a buscar a sus amigos, rezando por no encontrarlos bajo los escombros de el hogar que compartían.
-¡XXXXX!- oyó una voz conocida llamando por su nombre, lo cual calmo un poco su agobiado corazón.
-¡Aiko! ¡Mikan!- la peliazul corrió a sus amigas, abrazandolas fuertemente, feliz de haberlas encontrado a salvo del fuego.
-¡Gracias a los dioses estás bien! ¿Dónde estabas? Te perdimos de vista cuando todo comenzó- dijo la pelirroja con un rostro que reflejaba la preocupación que sentia.
-Corrí a buscar a Katzuo que estaba fuera del pueblo para avisarle, cuando lo encontré y se lo dije corrió tan rápido para ayudar que lo perdí de vista muy fácilmente, luego comenzé a ayudar a evacuar a los niños y las mujeres embarazadas, así que no te preocupes, estoy bien Aiko- le respondió la joven con una sonrisa tranquila y segura, calmando a la pelirroja.
-Es bueno encontrarte, todos estábamos preocupados por ti y nos dividimos para buscarte, pero ahora que estás aquí podemos buscar al resto e irnos- hablo por fin la joven más alta de las tres, para seguidamente correr hacia la salida del pueblo junto a sus amigas.
Las tres chicas corrían hacia el exterior, evadiendo las casas que caían y los escombros para salir de ahí. Rápidamente divisaron la salida, viendo allí al resto de sus amigos quienes esbozaron sonrisa alegres y tranquilas al ver a la chica que habían perdido.
-¡Abuela! ¡Alguien ayude a mí abuela!- escucho la peliazul de repente, una voz joven que salía de una casa que comenzaba a ceder al fuego y comenzaba a dar indicios de un derrumbe.
De inmediato, desvío su camino hacia la casa, entrando de inmediato para ayudar a las personas que aún estaban atrapadas dentro, oyendo como todos sus amigos gritaban su nombre preocupados.
Ente el fuego y el humo, la joven tapaba su boca y nariz con un paño mientras seguía los gritos de auxilio.
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Almas Unidas [BNHA x Tú] (Actualizaciones Muy Lentas)
FanfictionTodos conocen los kosei pero... ¿De dónde vienen? ¿Realmente una evolución tan minúscula es la causa de su existencia? Un lejano pasado del cual ya nadie tiene evidencia, y solo quedan restos en lo profundo del alma de los afortunados que, sin sabe...