Katsuki Bakugo era un niño de a penas 11 años, aquel niño nunca había conocido el mundo exterior, y para su mala suerte, ese era su mayor deseo, desde que nació se encontraba encerrado en una jaula, eso se debía a que había nacido siendo un omega, e...
Deku llegó a la sala principal seguido por su secretario, el ambiente a su alrededor era tenso, había empezado a tirar leves feromonas pero estas no transmitían negatividad, era mas como superioridad, su porte también describía lo mismo, se parecía mucho al Izuku soberbio y creído que en ocasiones se hacía notar, aunque éste tenía algo diferente, algo que no se podía descifrar con facilidad.
En el sofá se encontraba sentada una hermosa mujer, por su aroma y sabiendo como era la mentalidad de su padre, Izuku, y no solo él, dedujeron que era una Alfa, el cabello de ésta era medianamente largo y lacio de color azabache, su mirada era seria pero a la vez preciosa y su vestimenta era muy común pero transmitía elegancia, sorpresivamente su aura no comunicaba algún signo de agresividad.
Eso era algo bueno, por lo menos para ella...
—Buenos días...— saludó amablemente a su invitada no esperada, la susodicha al notarlo se puso de pie.
—Buenos días, Midoriya-San— regresó el saludo —Mi nombre es Yaoyorozu Momo...— se presentó, Izuku al escucharla le sonrió amablemente y luego con un gentil tacto, tomó su mano y depositó un beso en ella— Aunque creo que ya sabe porque estoy aquí.
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Izuku la miró por unos segundos en completo silencio parecía que la estuviera analizando de pies a cabeza.
—En realidad no sé porqué está aquí Yaoyorozu-San— dijo directamente, la mujer retiró su mano y luego volvió a tomar asiento— Tengo entendido que mi Padre la envió, pero seré directo, no me casaré con usted— su mirada se volvió fría, daba escalofríos de solo verla, aunque para otro alfa esa expresión no era mas que una provocación.
—Midoriya-san, ambos sabemos que este compromiso es arreglado por nuestras familias, lo crea o no yo soy la que menos quiere esto— dijo con un tono de voz tranquilo, en ese momento Todoroki llegó con una bandeja en manos la cual tenía encima un par de tazas de lo que parecía ser café— ¿Así que también contrata a omegas para los labores del hogar?— esa pregunta no tenía ninguna malicia, pero, Izuku no la interpretó de manera positiva.
—¿Tiene algún problema con eso, Yaoyorozu-San?— otra vez esa mirada llena de frialdad se colocó en su rostro, su puño se cerró con fuerza provocando que sus dedos tronaran, Shoto no decía nada, solo se mantenía en silencio con un semblante calmado.
—No tengo ningún problema con eso, solo me sorprende un poco que alguien dentro de la familia Midoriya tenga a un omega trabajando de una forma "ejemplar" —respondió mientras recordaba como eran tratados los omegas que "Trabajaban" en las familias de renombre.
—Ya veo— dijo el pecoso volviendo a sonreír, su cambio de humor era muy frecuente el día de hoy.
Shoto observó con cuidado esa actitud nueva que su amo tenía, y luego a paso lento se acercó a su pareja quien observaba la situación un poco lejos de ellos.
